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Nunca diré que estoy completamente orgullosa de lo que hice para subsistir, pero demonios, ¿Cómo es que siguen cayendo en lo que digo?
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Querido Vladimir;
Todo está saliendo de acuerdo al plan. Esos imbéciles creen que porque hayamos perdido unos soldados, estamos tirando las cuerdas para atrás y colocando la defensiva. Bueno, una parte si es cierta, estamos moviéndonos hacia atrás, pero por el motivo de tener mejor visión de su caída. Diré que somos pacientes, y ellos también lo son, pero… la paciencia no es simplemente esperar, sino como nos comportamos mientras lo hacemos. Muchos creen que la guerra se gana con liderazgo, burocracia y números. No pueden estar más equivocados. Volvamos a la Primera Guerra Mundial, si bien sus primeros años fueron victoriosos y llenos de celebraciones, la agitación y desbalance de suministros los hundió políticamente para lo posterior, una desgraciada derrota amarga que ese país nunca perdonará. Pongámoslo de ejemplo y miremos los números actuales. ¿Son muchos? Sí. ¿Van ganando por ahora? También. ¿Han hecho algún sacrificio para balancear sus hallazgos? No. Y eso es a lo que voy, son unos malcriados que nunca perdieron nada. A la primera de cambio se encontrarán completamente perdidos y su exponencial se irá en negativo. Si le soy honesta, a día de hoy me imagino la muerte tanto que se siente como una memoria, un vívido recuerdo. Cada vez que me despierto miro a mis alrededores en busca de algunos ojos vigilantes. Cuando salgo con a hacer recados o simplemente pasear, presto más atención a mis retrovisores que el camino. ¿Pero de eso se trata, verdad? Usted mismo me lo ha enseñado. Todavía recuerdo esa guerra, y cito a los cadáveres que eran nuestros enemigos en su momento, “95% de la ciudad contra ustedes”. Pero ahora mismo me encuentro yo escribiendo al respecto, no ellos. En la historia, no elegimos quién vive o muere. Mucho menos quién la cuenta. Muy poca gente sabe eso, y es otra cosa que he aprendido con usted. Es preferible ni figurar y pasar desapercibidos. De ser necesario, que toda la ciudad piense que hemos muerto, eso es mejor y todavía oportuno. Que se crean todo. Que crean que una muerte es perder una pieza de ajedrez, que piensen que estamos en la misma partida. Igualmente, es mejor así. Tardaremos menos y podré seguir con mi descanso lo antes posible. Ilusos de ellos por no saber los principios básicos de cualquier juego de estrategia popular, sacrificar siempre fue una opción porque perder nunca estuvo en la baraja.
Al final cantaremos victoriosos en el cielo, con un rumbo predestinado y una guerra finalizada.
Mis más honestos cariños, Réznikov.
Y la sangre americana de Murphy
Digamos que en su tiempo libre le gustaba andar en moto, patente ######; Si, la recuerdo. Recuerdo también la patente de su vehículo, ######, con el que atendió a nuestra cita en el café de Vinewood. Tengo memoria de las facetas de su rostro y hasta de su rutina para mantenerse en forma para su servicio. Cuán importante era su hidratación y como nunca había sido sancionado antes. Él recordaba como nos conocimos… yo no. En algún lado de mi memoria quedó almacenado nuestro conocer como algo “debajo de la mesa”. Él sabía en qué estaba metida, sin embargo, nunca me delató… o eso creí. Si les soy honesta, mi intención nunca fue matarlo, pero órdenes son órdenes y yo soy un soldado.
Alto rango de las fuerzas armadas, 37 años, 20 años de servicio. ¿Quién diría que habría sido el funerario corrupto del ejército rojo?. Fue el 23 de diciembre de 2022 alrededor de las 6 de la mañana, cuando el Pakhan me encomendó esta complicada tarea; asesinar a Jhon Murphy, no sin antes descubrir algunos puntos cruciales para nuestra documentación.
Comencé de inmediato, le escribí con la excusa de redactar un documento importante sobre agentes gubernamentales. Hice preguntas que no tenían sentido, además de otras que me servían bastante, pero él no estaba enterado. No tomé demasiadas precauciones, no es que me importe tanto que me sigan o investiguen, ya que tengo la coartada perfecta, y además de eso, sé que nunca encontrarán los principios por los que hice esto o el arma homicida. Sería algo ingenuo atraparme a mí sola, no van a sacar nada, mucho menos conseguir justicia por el tipo este. Todavía recuerdo una de las cosas que dijo Murphy en la entrevista: “En un enfrentamiento, ya no me tiembla la mano. Esa persona sabe en lo que se estaba metiendo, es él o yo”, o algo así. Supongo que entonces me entiende y no me guarda rencor para cuando nos encontremos en el infierno.
Igualmente, no sé que los hace pensar que por ser un soldado no ha matado a gente inocente. Si bien acá en Los Santos la mayoría son escoria, eso incluye a todos los agentes gubernamentales que existen en esta ciudad de porquería. Tienen la misma o más sed de sangre que todos los que andamos metidos en el bajo mundo, ¿O por qué creen que acceden a la corrupción? ¿Piensan que es poco el salario legal?. Están igual de podridos que cualquier otro ciudadano de esta isla, solo que su narcisismo patriótico no les deja entender ni ver la citación con claridad.
Akali Moon, otra involucrada en todo este asunto. Asesinada también por el ejército rojo hace unos once meses… Nunca supimos la razón del encargo, pero ahora tenemos a disposición no solo eso, sino una confesión del soldado traicionero. ¿Con qué ibas a denunciar la corrupción en las fuerzas armadas? Es realmente lamentable que no hayas llegado a cumplir tu cometido autoasignado. De todas formas, no me siento culpable. Estas cosas tarde o temprano llegan, las mentiras tienen patas cortas… A menos que sepan volar.
Voy a ser honesta, me tembló la mano por un segundo. Realmente me guié por sus propias palabras, él quería que lo jubilen, no jubilarse. Sin embargo, no podía evitar pensar que esto iba a ser un antes y un después en mi vida. No podré volver a tener una vida normal después de esto. Tic tac, tic tac. Ya le había disparado los primeros desaciertos, debía finalizar ahora el trabajo. No podía dejarlo así, me matará. Es él o yo, no hay otra. Finalmente, me concentré y logré atinarle los disparos necesarios. Mi cuerpo recobró el oxígeno que necesitaba y mi conciencia retomó su rumbo normal; a deshacerme del chip de mi celular y el arma. No les contaré qué hice con ambos, solo que no los van a encontrar, al igual que el cuerpo del soldado. Todo fue tomado en cuenta.
Ahora, sé que tengo la soga al cuello. Sé que dentro de poco me volveré enemiga pública y estaré sin poder vivir tranquila. Pero, ¿Quién dice que es la primera vez que pasa esto? ¿Creen que pueden atraparme, encarcelarme y privarme de mi libertad? ¿En serio creen que luego de tanto tiempo de cautiverio mental, no tengo un as bajo la manga para librarme de toda esta mierda? ¿Son tan ingenuos de pensar que no tenía todo planeado desde el momento que me involucré en esta misión?
Esto no quita que debería de dejar esta maldita costumbre si algún día anhelo tener una vida normal.
Siempre me imaginé que la gente moría por ser juzgada ante un ente ciega. Alguien que no mira la situación, sino el contexto de nuestros accionares y lo que nos lleva a tomar decisiones que nos involucran en distintas oportunidades. Y supongo estaré en lo cierto dependiendo de algunos estados, pero definitivamente no en los que estoy acostumbrada. Verán, cuando alguien tiene un arma en tu nuca y decide tirar del gatillo, o esa persona que suelta ese contenido en tu bebida, o quién falsea tu cinturón y empuja el carro al agua… Esas personas deciden por ese ente. Asumen que tus accionares fueron los suficientes para que recibas ese silencio eterno que, en la mayoría de los casos, no estaban ni esperando o buscando. Y ustedes pensarán, ¿Acaso estos “asesinos” son juzgados luego? Quién sabe, quizás si, quizás no. El mayor cargo que alguien puede tener es su propia conciencia, lo último mencionado es lo más traicionero que puede llegar a tener un ser humano.
Todavía recuerdo mi última misión, el vestido que usé, el color del que me teñí el cabello y lo mal que veía con esos lentes de contacto. El sujeto se veía mayor, era un hombre “maduro”. Nunca se me informó que había hecho, pero recuerdo perfectamente como luchó por su vida hasta el último segundo. Sus insuficientes esfuerzos para que la droga no consumiera todo su organismo y destruyera sus órganos de a poco. Como me repetía el nombre de sus hijos, de su esposa, de su madre… Es gracioso como la gente se arrepiente cuando ya no hay vuelta atrás. Como piensan en sus errores y malos caminos, una vez ya pisaron en falso y son vividores de sus consecuencias. Igual lo entiendo en cierta forma, si no recibimos el castigo, ¿Por qué deberíamos retractarnos?
La secuencia de los últimos momentos es algo que no esperaba ver tan cerca de mí, pero lamentablemente -o afortunadamente- hoy me toca. Luego de tanto, viví con el miedo que este último respirar me haga agonizar, que mi conciencia no pueda con los atroces actos que cometí en un pasado y me tomen por sorpresa demasiados pensamientos fuera de lugar que me hagan sentir que desperdicié mi vida obedeciendo órdenes de quién ni vi la cara. Sin embargo, no es así. Siento un ardor en mi nuca, una sensación más de impaciencia que de evasión. Cometo el pecado de esperar la bala, anhelarla. No pienso en mi familia, ya no recuerdo nada de ellos. Comienzo a ver los rostros de todas y cada una de las personas a las que “juzgué”. Sí, tengo en la memoria todas sus facciones faciales, sus últimas palabras y alientos. Tengo los ojos abiertos, pero no veo nada, intento distinguir entre lo poco que se ve de los enmascarados, alguna mirada conocida… nada me suena. Todos están igual de nublados que yo. Seguramente trabajé con alguno, pero no quieren que los reconozca, esta situación es deplorable para sus mentes.
Me estoy quedando sin tiempo, escuché el seguro del arma y mi corazón no evitó dar bombardeos más rápidos a cada segundo. Luego de que la adrenalina se disipe levemente, logré entender que no era por miedo, sino por emoción. Esperaba este momento, quería que pasase esto. Y entonces, finalmente lo entendí. Todas las veces que me encontré en situación de peligro, rogaba que terminé todo, que sea la última. A decir verdad, nunca quise elegir este camino y cada oportunidad que tenía de estar más cerca de “dejarlo”, la tomaba. ¿Pero qué puedo decir? Seré extremadamente suertuda. No importa cuantas veces intentaba errarle, salía bien. Supongo que terminaron enterándose de mi autosabotaje y tomaron esta decisión. Lo que no entiendo es, ¿Por qué dejarme cumplir con mis deseos?. Uno pensaría que me mantendrían operativa, pero en situaciones no tan extremas, pero realmente quiera o no era funcional y metódica, aun cuando no quería. Esas son las consecuencias de una vida que ya no es la tuya, tu cerebro deja de obedecer a tus intenciones, sino a las de su adiestrador.
Ahora, asumo que toda esta reflexión salió a partir de este “juicio”. Y no, no estoy siendo juzgada por un ente, sino por un humano. Mis caminos se cierran, mis músculos se relajan y mi cabeza choca contra el suelo. Suelto mi último suspiro y lo único que puedo pensar es gracias, deseaba poder tener algo de paz luego de meterme en esta mierda de trabajo -si así se le puede llamar-. No tuve un segundo de libertad desde que entré, y ahora mismo me lo están otorgando. Al final, si era verdad que luego de cuatro años sería libre, solo que no leí la letra chica. Pero está perfecto, estoy feliz así. Quiero descansar, quiero implorar perdón a las víctimas que se lo merecen y hacer un infierno de quienes lo ameritan. Pero en otra vida, en otro momento, en otra situación. Lejos de esta mierda, de mundo y gente.
El piso es frío, mi sangre caliente. Mi piel se siente irreal y mis dedos se contraen de forma inevitable. Pero no se preocupen, no siento dolor, solo alivio. Adiós camaradas, ha sido un gusto servir con ustedes.
El trabajo que llevo a cabo no es para cualquiera. Lleva un tipo especial de resistencia para poder meterse en los zapatos de alguien completamente inventado y aguantar sus cosas. Es como entrar en la piel de un personaje ficticio y vivir sus desgracias. Todo eso mientras que informas cada paso por el simple hecho de que quizás mañana mueres en esa versión de ti. Siempre que hago estos contratos, intento dejar algo de mi presente, para no perderme. Hay casos que llegan a dispersar un poco tu mente, es por eso que mantenerse frío es de lo más importante en estos trabajos. No solamente por los humanos que sabes son nefastos e igualmente tenés que entablar un buen trato, sino también por los inocentes que se metieron en el lugar equivocado. No creo en la inocencia, soy partidaria de que todos cometimos algo que nos vuelve culpables en algún punto de nuestra vida, y obviamente si yo fuera juzgada, voy directo al infierno. Por suerte no creo en esas cosas y mi consciencia está limpia, o algo así… Hasta diría que mi empleo es un arte, la actuación, persuasión, resiliencia y detalle que hay que tener, lo hace profesional. También hay que saber en qué momento actuar y cómo, es importante ser paciente y recordar los detalles de los contratantes. Esto puede ser: dejar la puerta abierta, la ventana rota, la casa desordenada, reemplazar algún archivo por uno ficticio… y demás. Lo que nunca hay que sentir es empatía, allí es donde perdés. Es crucial recordar que interpretas un personaje, no eres quien te estás presentando. El maquillaje, la peluca, la vestimenta inusual en ti, todo forma parte de una actuación que va a cerrar con algo que solo tú sabes.
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¿Qué es Rose E&E? Rose, estética & estudio, es un emprendimiento dedicado a agregar a la belleza de la ciudad. Brinda servicios esteticos de todo tipo para todo tipo de personas. Se compromete a entregar la mejor experiencia en cuanto a estos mismos, y grabarse en la memoria de sus clientes para que quieran volver.
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Venta de productos En Rose se venden todo tipo de productos, desde cuidados de los servicios anteriormente mencionados, hasta mismo maquillajes, cremas y esmaltes de fabricación propia por el emprendimiento.
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Mi historia previa a los santos no importa mucho, comenzaré por la razón por la cual llegué a esta ciudad de mierda.
Tenía una pequeña herencia de un padre ausente, me permitió viajar hasta la ciudad y descubrir nuevas oportunidades. Mi esperanza era desarrollarme en lo artístico y concentrarme en diseñar para el taller en que habría logrado acomodarme un gran amigo, pero todo se transgiversó al poco tiempo.
Nadie nace sabiendo, por lo que cometí varios errores al comenzar en lo ilegal. Al principio tenía gente que me guiaba, quienes estaban más desarrollados en todo este ámbito, pero luego me hicieron entender que la traición era algo a lo que debería acostumbrarme en este lugar. Igualmente, no apuremos la historia… ya llegaremos a eso. Comencé haciendo tratos con el norte y sur al mismo tiempo, paralelamente. Ambos lados sospechaban de la doble cara de la sociedad en la que estaba como cabeza, pero ninguno hizo nada al respecto hasta el “Día del asado”. Manteníamos una relación distante, pero agradable con toda la isla, fuera de causar problemas y más bien como gente de confianza y responsable. Siempre me gustó mantenerme diplomática y serena ante cualquier situación, es lo que hace los modales y a la gente ¿verdad?. Inclusive en este círculo de gente conocí a dos personas que pasarían a ser muy importantes para mí, quién se volvería mi figura paterna y quién se volvería mi pareja mucho más adelante… ambos decidiendo traicionarme en algún momento, logrando nada.
Día del asado
La cuestión es esta, ya estábamos planeando traicionar a los campesinos a las espaldas de quien era como mi padre, pues los quería más que a su propia sangre, diciendo ser inevitable que el plan fallase si él lo supiera. Ilusa de mí en pensar que la gente sabría guardar secretos. El bendito día del asado… ¿Cómo fue eso?. Era una despedida para el pelado, mi segundo padre. Este sujeto nos habría enseñado tantas cosas que decidimos hacerle una lujosa despedida, comiendo algo rico y bebiendo algo para acompañar. Todo estaba perfecto hasta que comenzaron a llegar vehículos por todos lados, fue una chivada. No tengo mucho para decir al respecto de la tortura físico/mental a la que nos sometieron, solo aclarar que me dejaron viva… grave error. ¿Recuerdan de los tratos que teníamos en el sur? Bueno, esos malditos rusos le tenían tratos pendientes a los norteños. Obviamente, no dudé en pedir su ayuda para abrir una guerra contra ellos y destrozar el norte. Y así fue, masacramos a todos y cada uno de ellos durante dos semanas. Dos semanas de acampadas nocturnas y largas esperas, binoculares e informes a más no poder… la bronca me tenía consumida, no encontraba la forma de parar. Esta guerra dejó caer gente importante para mí, pero lo que tiene que saber es que la ganamos. Acabamos con el mayor de esos campesinos y los demás ya no sacaron la cabeza. Me habrían dejado en paz, era libre y podía continuar mis sueños. Finalmente, podría aplicar para un trabajo dentro de la empresa de Weazle quizás y comenzar con reportaje o diseño. Otra vez, ilusa de mí.
Trabajando para el Pakhan
Era obvio que iba a quedar en deuda con el ejército rojo, pero no esperaba que sea para tanto. Me mandaban a todos los trabajos sucios y a interponerme en la primera línea de batalla. ¿Les soy sincera? No sé cómo sigo viva. Asumo que poco a poco me fui adaptando y aprendí a cumplir con las labores que me eran elaboradas. Pasé de abrir cerraduras de coches caros a seducir a miembros de rangos altos en sociedades alternas o enemigas. Ni yo me di cuenta de como pasó tanto el tiempo, el entrenamiento era arduo y diario, me mantenían ocupada 24/7, sin respiro ni paga. Bien sabía yo que el desistir significaría mi cabeza rodando, y todavía me quedaba tanto… Aprendí además a pasar una vida simultánea a la de mula, me enamoré y logré comenzar una pareja con quién conocía desde mi primer trato de armas. Mezclar el trabajo con pasión hace que todo se sienta más unido y fluido, te permite mantener la sangre circulando aun estando más quieto que un perro oliendo peligro. Pero así era, oler el peligro a lo lejos, pero mantener la cabeza quieta para que no me vean.
Mi segunda traición.
Antes de comenzar con esta parte de la historia, quiero aclarar que al maldito que me traicionó la primera vez, logré encontrarlo y cerrarle los ojos. Con esta aclaración, seguiré relatando. Seguía trabajando para los rusos cuando hubo una disputa interna, la organización se dividió. Esto fue una guerra interminable entre ambos bandos, balas aquí, investigación allá, apuñalada por la espalda de este lado y demás. Para ese momento ya habían terminado las cosas con el sujeto previamente mencionado, sin embargo, había cariño y estimo presente… confiaba en él -hasta ahí-. No entraré en detalles sobre cada paso de la disputa que hubo, solo aclararé que estaba de pareja con alguien más para este tiempo y aunque me dijo que no vaya a este encuentro, fui a la citación de mi ex para agarrar a un traidor que no se asomaba ni aunque le estén prendiendo fuego la madriguera. Ahora deberán entender que órdenes son órdenes y debía obedecer al Pakhan en asistir a hacer el reconocimiento o asesinar al objetivo. Larga historia corta, no lo logré y ni sé cómo sobreviví. El desgraciado me tendió una trampa, mandando a todos en mi contra para asesinarme. No recuerdo cómo fue, pero aquí estoy, contando la historia de lo sucedido y él no. Poco después de eso se entregó a las autoridades centrales de los rusos y fue asesinado. Ni me presenté.
La caída libre.
Por más de estar en pareja y con unas vacaciones bien merecidas entre manos, me encontraba divagando en mis pensamientos a menudo. Necesitaba mantenerme ocupada y los rusos no me daban trabajo nuevo, decían que debía refrescar mi mente antes de seguir. Mis días solo veían drogas y alcohol, las cosas con mi pareja terminaron poco después de comprometernos y cada vez se volvía una pesadilla más oscura. Asistía a fiestas, iba a reuniones, salía de mi casa, pero mi mente estaba en otro lado, necesitaba mantenerme ocupada. Fue entonces cuando comencé a recabar información de expedientes abiertos. Participé más que nunca en todas las investigaciones que estaban a mi alcance y bueno, el resto es historia. Gracias a esa caída libre me volví una de las principales agentes de investigación del ejército rojo. Las pocas ganas de presenciar mi día a día me volvieron un soldado perfecto en el ámbito de la investigación. Las ganas de fingir ser alguien que no soy me permitían salir de la realidad que las personas que más quise, o me dieron la espalda o me apuñalaron por la mía.
Volviéndome indispensable
Entonces mi siguiente plan se puso en marcha, debía hacer que me necesiten. Me enfoqué en ser de la mayor utilidad para los rusos, desde tareas diminutas a grandes operativos de los que me encargaba casi sola o con poca ayuda. Escalé de a poco pero seguro y logré alcanzar mi puesto actual en esta “empresa”, como le llaman ahora. Hice mi camino con logros diversos que me permitieron demostrar mi capacidad y ejercicio, deslumbrando todo mi trayecto y lo que aprendí a través del año que trabajé para ellos. Ya no era ninguna novata, y lo sabían. No era la misma tipa que conocieron en un granero, a la que intimidaron mientras entregaban un cargamento de Vintages… Organicé muchas cosas dentro del “ambiente laboral”, haciéndome titular del buen funcionamiento de las cosas. Sin enseñarle a nadie claramente, así era de primordial necesidad si algo se averiaba en el perfecto sistema que tenemos hoy en día.
Réznikov
No puedo comentar muchos de mis operativos, son clasificados. Solo puedo decir que tengo la sangre de demasiada gente en mis manos, desde insignificantes hasta altos rangos de gubernamentales. Podría decir que a día de hoy mi preocupación y responsabilidad mayor es mi trabajo, ando hablando con unos arquitectos para realizar nuevas instalaciones inclusive. Podré haber mentido y traicionado a mucha gente, además de nunca bajar la guardia, no importa que tanto confíe en la gente… Esto con una excepción, la única gente por la que daría la vida son mis camaradas. Ellos y nada más.
En la necesidad de una nueva vivienda, los miembros de Malvinas insistieron por todos lados para poder concretar un techo seguro, y asimismo usar de almacenamiento.
Poco tiempo después de adquirir la casa, comienza la fabricación...
Los nuevos jefes del taller concretaron en que era inminente una nueva ubicación para el mismo!
El taller Grappeseed Customs comienza su nueva etapa a manos del grupo Malvinas, concretando la trasferencia del taller a sus manos. Los primeros pasos fue juntar a la gente y organizar a los nuevos empleados. El taller va a seguir su camino en el campo, cerca de los granjeros y la tierra.
El día 2 de diciembre organizamos el primer asado en pillbox. Gran cantidad de gente se acercó a disfrutar la noche con nosotros, hasta que llegó la policía y nos querían sacar por el mero hecho de estar disfrutando de nuestra patria. Dejaron libre al asador y seguimos nuestra fiesta hacía nuestro “obelisco”. Ya que el evento atrajo gente de nuestro país, ese día reclutamos varia gente.
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El origen de este grupo viene de las oportunidades de compartir y disfrutar de la cultura. Somos apasionados por las costumbres argentinas y todo lo que tiene que ver con nuestras tierras. Amamos pasar tiempo con nuestros compañeros y aliados, asado de costado y vino de acompañante. Nos entusiasma celebrar nuestras fechas patrias y pasar el momento con música de nuestro país. Sin embrago, este grupo se formó también para juntar gente con cualidades, pasado e historias parecidas y llevar a cabo negocios oportunistas. Nos juntamos entre gente visionara y que entienda el arte del “chamuyo” para avanzar en las ligas ilegales y hacer conocido no nuestro nombre, pero nuestras acciones.
Nuestro mercado de fachada es exportación e importación de diferentes carnes. Nuestras oficinas principales estén en el norte, aun así, en el sur tenemos otras centrales para manipular todo el trayecto de la mercancía.
Gauchos, habitante característico de las llanuras y zonas adyacentes de Argentina.