Me tomé un descanso de mi trabajo durante el fin de semana y regresé a la ciudad esta mañana. Hice unas compras y luego realice mis ejercicios para mantener el cuerpo preparado. Al terminar con mis ejercicios me preparé un "emparedado de atún con crema de maní y jalea de frutilla" (si, suena asqueroso, pero ya saben lo que dicen de los alimentos saludables, si es feo es bueno).

Al terminar de desayunar me duche y me vestí para el trabajo. Antes de dirigirme a la oficina, decidí cambiarle el color a mi vehículo por un tono más pulcro como el blanco. Fui al mecánico de "AN Performance" y me cobraron un total de 4800 dólares por el cambio de pintura. Quedé muy conforme con el trabajo de ese lugar.

De camino a la oficina se empezó a nublar el cielo y ponerse cada vez más gris, encendí los rompenieblas del coche y la radio del mismo para enterarme por la Weazel que vendría una tormenta leve en unas horas. Por suerte como soy precavido para todo, tenía preparado mi piloto (chaqueta para lluvia) de color naranja en caso de necesitarlo para bajar del coche y trabajar.

Al llegar a la oficina, todos mis compañeros me dijeron que me extrañaron, hasta mis jefes. Me sentí bastante bien con las apreciaciones de sus partes, también hubo abrazos. Por mi parte también me alegro verlos bien y poder trabajar con ellos nuevamente, tenía miedo que me echarán del empleo por la ausencia (que por cierto, fue justificada) pero gracias a mi esfuerzo diario de entresemana rindió para generar la confianza mencionada anteriormente.

Tuvimos un turno de trabajo de reposición de cajeros, básicamente consiste en reponer a los cajeros de la ciudad que se encuentran vacíos con billetes nuevos del banco central de San Andreas (BCSA). La ronda de trabajo fue excelente, el único detalle fue que mi compañero Antonio estaba muy inquieto (¿tal vez nervioso por ser una primera vez?) y no paraba de caminar, esta vez se lo deje pasar, pero la próxima vez le tendré que aclarar que el tiene que cubrirme la espalda mientras lleno el cajero con billetes.

Al terminar el trabajo volvimos a la volvimos a la oficina y durante ese trayecto se largó la tormenta que había mencionado por la radio la Weazel New's. Tuvé que sacar mi piloto y colocármelo. Subí a la oficina intentando no mojar toda la recepción de abajo y me despedí de mis compañeros y jefes.

Eso es todo lo que puedo decir de hoy...