Mace Parker



  • NOMBRE COMPLETO: Mace_Parker

    EDAD: 36 años

    LUGAR DE NACIMIENTO: Morro Bay, California.

    NACIONALIDAD: Estadounidense

    SEXO: Mujer.

    PADRES:
    Madre: Hanna Parker
    Padre: James Kean

    APARIENCIA FÍSICA: De estatura aproximada 1,70. Delgada y con pechos pequeños. De tez blanca, pelirroja de nacimiento y con algunas pecas en su rostro.

    PERSONALIDAD:
    Mace es una persona bastante tranquila hasta que llega a su límite. Debido a un pasado doloroso es una persona desconfiada y algo antisocial aunque sabe disimular. Suele pasar desapercibida en casi cualquier entorno, sin embargo destaca en su círculo más cercano como una persona capaz de tomar decisiones y especializada en detectar las debilidades ajenas.
    Cuando se pone un objetivo en la cabeza es perseverante y no se detendrá hasta conseguir lo que desea. Es organizada con las cosas importantes y sabe analizar situaciones y resultados. Tiene buenas habilidades de comunicación, empatía, persuasión y un alto nivel de compromiso cuando le motiva el proyecto, entiende las emociones de los demás, así como sus fortalezas, limitaciones y potencial.
    Por norma general tiende a evitar confrontaciones y conflictos innecesarios y suele más bien apaciguar la situación. Evalúa antes de actuar y escucha antes de hablar. Es algo introvertida y reservada con sus pensamientos más profundos y su historia personal, de los que no habla hasta que lo ve sumamente necesario, por lo que es complicado saber cuáles son sus verdaderas motivaciones.
    Cuando consigue confiar en alguien es una persona sumamente leal que pondría en peligro su pellejo por proteger a los suyos ya que detrás de su coraza normalmente fría y cerrada existe una persona cálida y sensible aunque pocas personas consiguen conocer esa cara.

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    INFANCIA:

    Los Kean eran una familia de orígenes humildes, que había sobrevivido a lo largo de los años en California gracias a su maestría en la pesca en alta mar. Aunque desde incluso antes de nacer Mace la suerte de los Kean había mejorado drásticamente, al aprovechar las idas y venidas en los barcos de pesca para realizar contrabando entre EE.UU. y México.

    Mace nació y creció en ese entorno, prácticamente se crió sus primeros años de vida en el mar, entre el barco de su padre, el puerto y ayudar a su madre con las labores de la casa. Tuvo una infancia feliz, que fue aún mejor después que nació su hermano pequeño Jason, 10 años menor que Mace y al que siempre estuvo muy unida hasta que las cosas se torcieron.

    Por descuidos en ciertos trabajos y poniendo en peligro la identidad de una organización muy superior, el patriarca de los Kean se vio envuelto en una disputa que acabó con la vida de varios integrantes del clan, y con el peor de los resultados, la desaparición del menor de la familia, Jason. Estos desafortunados eventos pusieron fin al clan de los Kean como se los conocía hasta el momento, pero la historia de Mace estaba aún por comenzar.

    La separación entre Mace y Jason la transformó completamente. El día en que se lo llevaron ella estaba presente. En ese entonces Mace tenía 14 años y Jason 4.
    Una mujer de unos 50 años, con vestimenta elegante y acompañada por dos enormes sujetos que se mantenían a la distancia pero no dejaban de observar la situación se presentaron en su casa. Hanna, la madre, mandó a los niños a la habitación, y después de unos minutos que para Mace parecieron una eternidad, la madre con lágrimas en los ojos llamó a Jason mientras cogía algunos de sus juguetes favoritos, sacaba una foto familiar de un portarretratos de la sala y guardaba todo en una pequeña mochilita que luego cargó en los hombros del pequeño.

    Abrazó al niño con todas sus fuerzas y les explicó a ambos que Jason se iría con esa señora durante un tiempo. Ante la sorpresa de Mace y los llantos que comenzaban a brotar del rostro del pequeño Jason, la madre insistía en que solo serían unas semanas, como unas vacaciones y que no había nada de qué preocuparse.
    Mace se quedó paralizada, sin entender lo que estaba sucediendo pero confiaba en su madre, así que abrazó a Jason y le dijo unas palabras al oído que consiguieron calmar al pequeño casi de forma inmediata.
    La señora tomó la manita del niño y se subieron a un coche. Mace no lo sabía, pero esa sería la última vez que vería a su hermano.

    Esa misma noche, su madre le contó a su hija la verdad, su padre no volvería de su viaje de pesca, ese día perdió tanto a su hermano como a su padre. Algo malo había pasado y a partir de ese momento todo iba a cambiar. Preparó unas maletas para ambas, las cargó en la furgoneta y partieron en un largo camino.
    En el viaje, Hanna fue poniendo al tanto de toda la situación a Mace. Le contó acerca de los negocios ilegales de su padre, los problemas y riesgos a los que estaban expuestos. Le explicó que irían a quedarse con un viejo amigo de la familia, que también formaba parte de esos negocios, pero que era la única persona de confianza que podría ayudarlas, Carlos.
    Aquel día murió su infancia, terminó su vida tal y como la conocía. De la noche a la mañana le tocó madurar y afrontar una realidad difícil para cualquiera y más para una joven de 14 años.

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    JUVENTUD:

    Vivió durante mucho tiempo con un gran sentimiento de culpa por no haber hecho más para evitar que se llevaran a su hermano. Este sentimiento se transformó en ira, rebeldía, desconfianza y ansias de venganza. Aunque por encima de todo primaba la necesidad imperativa de encontrar a su hermano, de saber qué era de él, quién era, qué era de su vida…

    Carlos, las había acogido y se transformó casi en un padre para Mace. Aunque era mucho más permisivo y trataba a Mace como una persona adulta, enseñándole los negocios a los que poco a poco se fue introduciendo. A los 17 empuñó su primer arma, y aprendió a manejarla, aunque no tuvo que usarla hasta varios años después.

    Si bien la vida continuaba, Mace nunca perdía de vista su objetivo, encontrar a su hermano y vengarse de aquellas personas.
    Si algo la ha caracterizado desde pequeña, es su eterna paciencia y su marcada metodología para conseguir las cosas. Estaba motivada por la ira y la culpa, aunque lograba controlar sus impulsos más primitivos bajo un análisis profundo de la situación. Sabía que si quería encontrar a Jason tendría que introducirse aún más en ese entorno y viendo cómo habían acabado las cosas para su familia, no podía ser descuidada con sus pasos.

    Continuó aprendiendo sobre el negocio, el valor de la información, la importancia de la lealtad de las personas que se tienen cerca. Pero sabía que mientras estuviese bajo el ala de Carlos no conseguiría nunca obtener la información que buscaba.

    A los 20 tomó la decisión de continuar su camino en solitario. Cambió su apellido por el de su madre, Parker, y se desvinculó por completo de la familia Kean. Si quería acceder a la información de su hermano, lo primero sería desaparecer.

    Aprendió a pasar desapercibida, a no destacar, a mimetizarse con el entorno. Gracias a esta habilidad para pasar desapercibida y algunos contactos que le había dado Carlos, conseguía entrar en el núcleo de diferentes grupos y organizaciones, realizar algunos negocios y recabar información sobre el posible paradero de su hermano.

    Unos años después ya estaba asentada en los negocios de transporte de armas, se encargaba de la logística y de asegurarse que todo saliera según los planes.
    Gracias a las semillas que fue plantando a lo largo de los años en su intento de encontrar a Jason, un día recibió una pista prometedora.

    Se asentó en la ciudad donde presuntamente estaría su hermano y con el dinero que había juntado hasta el momento se compró un local y estableció su tapadera. Mientras continuaba su búsqueda no pudo alejarse de la vida delictiva. Continuaba con los negocios y poco a poco fue consiguiendo contactos muy valiosos. Con el tiempo, la búsqueda de su hermano era más bien una excusa para mantenerse en ese mundillo. La realidad es que lo disfrutaba y cada negocio que salía bien era un chute de adrenalina que se convirtió en una necesidad.

    Entre el ajetreo de la ciudad, los negocios legales y los ilegales una variable que no había contemplado hasta el momento se presentó ante Mace cuando conoció a Jake.
    Quizás por compartir afición por esa adrenalina o quizás por algo más, comenzaron a trabajar juntos en los negocios más complejos. Siempre con perfil bajo y como personas de negocio o simples civiles a la vista de cualquiera, manejaban lavado de dinero de unos cuantos grupos y realizaban compra-venta de armamento utilizando los negocios y sus vehículos como tapadera.

    Uno de los grupos con los que más tratos realizaban era un club motero, con el que además de los negocios tanto Mace como Jake entablaron una relación de confianza que con el tiempo se convirtió en una gran amistad. Si bien no formaban parte del MC como tal ya que sus negocios tampoco les permitían ser tan visibles, eran parte de la familia y había confianza absoluta entre ellos.

    Compartieron muchas situaciones y se cubrieron las espaldas unos a otros, pero el club era muy visible y llegó un momento en el que varios miembros de este estaban siendo investigados. Se avecinaban problemas y anticipando esta situación, el motor club decidió emigrar para calmar las sospechas y dejar que las aguas se calmen.

    El M.C se trasladó a Los Santos y en poco tiempo consiguió hacerse un lugar en la ciudad. Las noticias y la invitación del presidente para unirse a ellos en esa ciudad llegaron a Mace, que después de tantos años de búsqueda ya estaba resignada a no encontrar a su hermano y junto con Jake tomaron la decisión de buscar un nuevo camino y trasladarse a Los Santos.

    Los siguientes años fueron bastante calmados, continuaban con los negocios desde las sombras y también compartían tiempo con el club que ya se había transformado en su familia.
    Por un lado el club se dedicaba a sus negocios y por otro Mace y Jake también contaban con algunas personas de confianza para moverse. Y aunque eran dos grupos muy distantes en cuanto a costumbres y formas de moverse, también eran muy cercanos y muy leales unos a otros.

    Como no es de extrañar siempre surgen problemas y esa calma precedía a un desenlace que nadie se esperaba y que volvería a cambiar el rumbo de todos.

    Esta vez uno de los más cercanos mostraría su verdadero rostro. La persona en la que tanto Mace y Jake como el club habían confiado durante varios años y que tenía un cargo importante dentro de la organización resultaría ser un cerdo desgraciado que al toparse con la oportunidad de sacar tajada y salvar su propio culo no dudó en vender a los que habían sido su familia por varios años.

    Esta persona tenía acceso a mucha información, ubicaciones, llaves, vehículos tanto de la organización como del club. Por lo que no fue difícil para las fuerzas policiales organizar varias redadas simultáneas y dar un golpe muy duro. Esa noche hubo tiroteos en varios de los establecimientos de la organización y muchos miembros perdieron la vida, algunos fueron condenados y a día de hoy aún ven pasar la vida desde las celdas.
    El MC también se vio muy perjudicado después de un tiroteo sangriento que se llevó la vida de la mayoría de sus miembros.
    Solo unos pocos salieron vivos de aquello, únicamente los que no estaban en primera línea de fuego. Entre ellos, Mace, Jake, el presidente del club y algunos miembros de alto rango.

    Los pocos que quedaron del club sabían que era cuestión de tiempo para acabar como sus hermanos, por lo que decidieron emigrar esta vez más lejos y con la certeza de no volver.
    Tanto Mace como Jake y algunos miembros habían cubierto bien sus espaldas y a pesar de la traición del maldito cerdo no consiguieron relacionarlos con el tráfico y en principio tenían su nombre limpio.
    Sin embargo, no podían tensar tanto la cuerda así que también decidieron marcharse para dejar que toda la situación se apacigüe.

    Cada uno siguió su camino, salvo Mace y Jake que se marcharon juntos a Europa, donde pasaron los siguientes 7 años en un pueblo muy tranquilo, en una granja donde prácticamente no tenían vecinos más que unos pocos.

    Para Mace fueron años devastadores, nunca consiguió superar lo que había ocurrido. Lo había perdido todo, otra vez. Sus amigos, su familia, la mayoría estaban muertos y había sido su culpa.
    Toda su percepción, su capacidad de análisis que tanto la caracterizaba y no había sabido leer a uno de los más cercanos. Le había engañado durante años y ella nunca detectó nada. Nunca se lo perdonaría, había mandado a sus chicos a morir. Era su responsabilidad que estas cosas no pasaran y sin embargo habían sucedido de la peor manera.

    Por supuesto no solo la había engañado a ella sino a todos, pero para Mace esta no era excusa. La culpa la acompañaría una vez más.

    Jake también había cambiado, no quería admitirlo pero también se sentía culpable de aquello, sobre todo por no haber estado esa noche junto a los demás. Prefería haber muerto peleando con los suyos antes que quedar vivo para contar una historia que deseaba olvidar.

    Se mantuvieron alejados de los negocios ilícitos para no llamar la atención, además ninguno de los dos tenía ánimos para empezar de cero. Aunque se tenían el uno al otro en realidad estaban solos, cada uno con sus tormentos que no les permitían pasar página y avanzar. Jake comenzó a viajar con frecuencia producto de los negocios que entabló en Europa, aunque esta vez de carácter legal. Concentró su ira e impotencia en el trabajo para intentar engañar a su mente y conseguir salir adelante.

    Mientras, Mace pasaba cada vez más tiempo sola con sus propios pensamientos, lo que la convirtió en una persona más introvertida y desconfiada, con una visión de la vida mucho más oscura y sin esperanza. Dudaba de sus capacidades y no era capaz de ver todo lo que había conseguido en su vida a pesar de los contratiempos. Estaba hundida y así permaneció durante varios años, hasta que decidió alzar la cabeza y retomar el rumbo de su historia que había pausado 7 años atrás.

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    ACTUALIDAD:

    Ambos decidieron retornar a Los Santos, sentían la necesidad de volver a empezar donde todo había terminado. Habían pasado años y nunca se les había relacionado con los hechos pasados, por lo que en principio era seguro volver. No contaban con mucho dinero así que Jake mantendría sus frecuentes viajes de trabajo para poder asegurarles a ambos una vida dentro de todo cómoda.

    Encontraron la ciudad muy cambiada y enseguida notaron que después de tantos años en un pueblo tranquilo no serían capaces de adaptarse al ritmo de la ciudad, por lo que decidieron comenzar a frecuentar el norte y con suerte conseguir invertir en alguna casa donde pasar los siguientes años.

    Esta vez, sin ningún plan y con el peso de los hechos en sus espaldas buscarán iniciar un nuevo camino si sus propios demonios se lo permiten.
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