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Sam Owens vivía con su padre y madre en el campo en un pequeño pueblo de Dallas, Texas, la temprana edad de Sam fue muy bella ya que llevaba recuerdos inmemorables de su familia, pronto esta familia crecería ya que se encontraba en camino su hermano al cual un tiempo después llamarían Elijah. Pero pronto las cosas cambiarían de color, al nacer su único hermano la granja empezó a tener perdida de ganancias y esto creo discrepancias entre los padres, trayendo como consecuencia el abandono definitivo de la madre. Nadie podía entender por que una madre abandonaría una familia entera, el padre, el primer primogénito y a un niño casi recién nacido, fueron tiempos muy difíciles que forjarían el carácter de Sam.
Con el tiempo y ver a su padre envejecer juro que iba a ser un ejemplo para su hermano mayor, enseñándole a como vivir en el campo, por la tardes dedicaba mucho tiempo a su físico ya que su sueño era servir al ejercito de los EEUU y así poder ayudar a la granja anulando sus impuestos altos. El padre estaba muy orgulloso de sus hijos, trabajaba mañana tarde y noche sin parar y estos no se quedaban atrás, Sam siempre tenia que mostrar madurez y ejemplo, esto ultimo era su fuerte.
Al cumplir mayoría de edad una tarde, reunió a su padre y hermano para comentarles sus sueños y aspiraciones, tenia que dejar el campo, el tenia entendido que si se quedaba en la granja no iba a lograr nada, ni para el ni para su familia, comento que debía ir a la ciudad de los santos a buscar su destino, era ese, ser un militar algún día, su padre con los ojos llorosos, emocionado, abrazo a su hijo mayor y con orgullo lo dejo ir, Elijah al ver esto, molesto corrió cerrando la puerta fuertemente, Jay sabia que su hermano por mas pequeño que sea se culpaba del abandono de su madre.
Una tarde un día antes de partir se acerco a Elijah y conversaron muchas horas en el granero donde solían platicar horas, estele explico que no estaba abandonando a su familia, si no dándoles una oportunidad de seguir aquí presentes, dueños de la granja, Elijah aun no entendía como su hermano mayor y ejemplo a seguir se le escapaba de las manos, Sam saco un zippo que tanto usaba y le dijo
-Hermano mientras tu tengas este recuerdo nunca estaremos separados-
Elijah con una sonrisa entendió que si bien su hermano se iba Sam siempre estaría presente en sus recuerdos y a viceversa, juntos seguirían esta conversación riendo.
Era el gran día, Sam alisto su mochila pequeña pero con grandes recuerdos, ya no era el chico que perdió a su madre, ni el que tuvo que luchar tanto para recuperar el negocio familiar, Sam ya estaba listo para comenzar su gran aventura en búsqueda de sus sueños supo que todo lo que tuvo que sufrir no era nada a comparación de lo que se avecinaba, tomo sus cosas y partió a los santos, no sin antes despedirse y jurarle a su hermano pequeño que nunca dejaría que algo le pasase a el o su padre.