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Aun recuerdo ese maldito día como si hubiera sido ayer, ese maldito día, me llamo Jonathan Mcdonald, nací un 28 de Julio de 1999 actualmente tengo 21 años Mí Padre se llamaba Ronald Mcdonald, y mi madre Xinia Marín creo que a mí , de pequeño siempre me ha gustado tener rasgos que me diferencien del resto, es por eso que mi pelo y ojos no son de un color natural, mido 1,86 crecí y viví en una ciudad pequeña, llamada Heredia en Costa Rica, donde nos conocíamos todos, era muy apegado a mis vecinos, principalmente a mis tres amigos desde que los conocí a los 5 años, Alexandre, Jack e Ethan los conocí en la escuela a los 4 años, aunque por circunstancias de la vida estos pasaron a vivir en mí barrio, no me relacionaba mucho con la familia ya que mis padres tuvieron diferencias con sus familias es por eso que solo los conozco de vista a la mayoría, el único contacto que tenía con un familiar era con una tía materna que a veces veíamos es por eso que, no te voy a decir que mis mejores amigos y yo éramos unos ladrones, pero no éramos niños buenos, nos decían los 99, debido a que todos habíamos nacido en el mismo año, no tuve una infancia mala, no me puedo quejar, mi periodo de los 5 a los 14 años fue conflictivo, mi madre pasaba enferma, tenía una enfermedad que cualquier mínima situación le causaba nerviosismo y hubo situaciones que estuvo a punto de sufrir un paro, mi padre trabaja de abogado, pasaba el día ocupado con mi madre, que era su secretaria, es por eso que mi amistad y apego a mis amigos fue más fuerte, debido a los problemas de mi madre y al poco tiempo que pasaban conmigo me tuve que apegar a mis amigos, y no fue la mejor decisión, causaba mucho conflicto en la escuela y los primeros años de colegio, en el colegio a los 16 tras haber hecho enfadar a un profesor y causar su renuncia nos suspendieron por un periodo de 2 semanas, a mí me castigaron y no me dejaban salir, pero con mis tres amigos fue diferente los echaron de sus casas por conflictivos, al no tener dinero tomaron la peor decisión de sus vidas , robar una tienda, para mala suerte mía mis padres pasaban por el lugar y los tomaron de rehenes, la tensión de la situación hizo que no se dieran cuenta de quienes eran, cuando la policía llegó al lugar encontraron la credencial de trabajo de mi padre, y es así como me dieron aviso a mí de la situación, llegué al lugar a mediar mi amistad no sirvió de nada, la policía no pudo llegar a un acuerdo y mi padre sufrió una herida producto del fuego cruzado, mi madre al ver esto sufrió de un paro cardiaco en el lugar, debido a su enfermedad, mis tres amigos junto a mis padres fueron declarados sin vida en el lugar. Es por eso que ese día lo recuerdo como el día maldito sin darme cuenta ese día entré en una depresión de la que no me iba a ser sencillo salir, ¿qué seguía para mí? Me tocó buscar al único familiar con el que me había relacionado y el único del cual sabía, mi tía Isabel, que, como yo, estaba trastornada por la noticia, le pegó muy duro al punto de no aceptarme ya que pensaba que tuve algo que ver en la decisión de mis amigos, esa tarde tras declarar en comisaría estaba destrozado, no tenía a donde ir, me senté a las afueras de la comisaría a pensar lo que había sido ese maldito día lleno de emociones para mí, cuando apareció un oficial, había estado en el tiroteo, era un capitán de la policía de nombre Roy Salazar, me ofreció un lugar donde pasar la noche, su casa, ya que vivía solo por el fallecimiento de su esposa, mi estado de depresión no me permitió pensar en otra cosa así que acepté un ser humano maravilloso que me enseñó los valores que la policía le había dejado me crío el resto de mi adolescencia hasta mis 21 años, me inscribió en una escuela de la policía para ayudarme a terminar mis estudios y asistió a mí graduación como mí padre y yo como el hijo que él no tuvo, me ayudó a olvidarme de mi depresión, nunca me lo dijo como tal, pero al haberme mandado a
campamentos de la policía y al haberme inculcado valores de los mismos intuyo que él quiso que siguiera su camino falleció hace un mes, debido a la edad, una amigo suyo y policía también, me recomendó venir a una ciudad llamada los santos y seguir con el legado que dejó me dijo que es un buen lugar para probar como combatir con la criminalidad, es así como sin pensarlo dos veces acepté, vengo con la idea de ser policía, y ayudar a los jóvenes a enderezar sus caminos y que no caigan en lo que yo caí, voy a cumplir con el sueño de la persona que me dio una segunda oportunidad, no planeo envolverme en una situación sentimental en esta nueva ciudad, primero toca lo primordial, buscarme el subsidio diario ¿y qué mejor manera de haciendo lo que me gusta?