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nombre: Connor Espínosa
Madre: Alma Smith
Padre: Marcelo Espinosa
Apariencia: Rubio, de ojos azules, facciones egemonicas
Altura: 1.79
Personalidad: Como el hermano del medio, tuvo una adolecencia e infancia complicada, se crio como una persona tranquila y que aprecia del tiempo a solas. Aun asi presenta una buena habilidad social, la cual usa cuando el prefiere, y una personalidad audaz, con el don de la gracia.
Alma, su madre era una hermosa mujer, que se dedicaba unicamente a su familia, la cual formo con Marcelo, un inmigrante mexicano que vino a estados unidos a ganarse la vida trabajando en un taller mecanico en Bismarck, donde se conocieron y tuvieron a sus dos hijos, siendo Connor el menor.
Si alguien te preguntara sobre algo que te ha trasmitido tus padres y que sea importante actualmente, seguramente señalaremos algo que hemos observado en su conducta de manera repetida, cuando un niño nace comienza a ver todo a través de los ojos de sus padres, mirando a su padre y a su madre irá sacando conclusiones de como funciona el mundo, pero eso fue complicado para cabo, cuando nacio ya hacia 12 semanas del fallecimiento de su padre, y su madre se encontraba derrumbada por la angustia. Tras meses de duelo, donde parecia que el dolor no consumaba si no que crecia, logro encontrar silencio, paz, y esto fue nada mas y nada menos gracias a la naturaleza, su familia destrozada se unio mediante caminatas por el parque, y una pequeña huerta que tenia con sus hijos. Los recuerdos de la infancia son los que mas nos marcan. Un recuerdo es la construccion de nuestro pasado, marca un camino vivido... pero determina el camino que aun falta por recorrer.
A los cumplidos dos años de Connor aparece Hans, un noruego cálido y amable que le devolvió la sonrisa y la esperanza a Alma, crio tanto a Connor como a Tomas como si fueran sus hijos y fue un gran apoyo financiero y emocional para la familia, el fruto de su amor con alma trajo como consecuancia a Bjorn, el menor de los ahora 3 hermanos.
Una tarde lluviosa, mientras su madre cocinaba Connor decidio explorar el atico. Entre cajas de viejos libros y juguetes olvidados encontro un baul antiguo, cubierto de polvo. Dentro del mismo habian fotografias ya amarillas de estar guardadas y objetos que parecían pertenecer a un hombre desconocido. Entre ellos, encontró un viejo reloj de bolsillo, un par de herramientas gastadas por el tiempo y una chaqueta de mecánico con el nombre "Espinosa" bordado en el bolsillo.
Sin comprender del todo lo que significaba, Connor bajó al piso inferior de la casa con los objetos en la mano y buscó a su madre, Alma. Cuando la encontró en la cocina, le mostró los hallazgos con una expresión confundida en el rostro. Alma dejó caer el plato que estaba secando y se quedó mirando los objetos con ojos llenos de nostalgia, pero no parecia triste. -Esto... esto pertenecía a tu padre, Connor. Connor quedó atónito. Nunca antes había escuchado hablar de su padre, y mucho menos había visto objetos que le pertenecieran. -¿Mi padre?" preguntó Connor, apenas susurrando las palabras. Las palabras de su madre resonaron en la mente de Connor mientras intentaba procesar la revelación. Su padre, el hombre detrás de esos objetos olvidados en el ático, era un completo desconocido para él. A partir de ese momento, Connor se obsesionó con descubrir más sobre su padre. Buscó en cada rincón de la casa, revisando álbumes de fotos y cajas de recuerdos en busca de pistas sobre la vida de aquel hombre que nunca llegó a conocer. Y así, mientras desenterraba los secretos del pasado, Connor comenzó a sentir una conexión especial con su padre. Cada objeto encontrado, cada historia contada por su madre, lo acercaba un poco más a ese hombre que había estado ausente en su vida. Poco a poco, la pasión por la mecánica y los autos comenzó a florecer en Connor, como si fuera un legado heredado de su padre. Cada vez que reparaba un motor o ajustaba una pieza, sentía la presencia de aquel hombre que nunca estuvo allí físicamente, pero cuyo espíritu vivía en cada rincón de su hogar y en cada golpe de llave inglesa.
Cuando llegó el momento de dejar su hogar y buscar su propio camino, Connor decidió mudarse a Los Santos junto a sus hermanos una ciudad vibrante y llena de vida, pero también rodeada de paisajes impresionantes. Allí, encontró un trabajo en un taller mecánico local, donde podía poner en práctica sus habilidades y aprender nuevas técnicas.
Pero su verdadera pasión residía en los viajes en auto. Los fines de semana, Connor se embarcaba en largos recorridos por las pintorescas rutas que serpentean a través de montañas y valles. Con su automóvil restaurado con esmero, se adentraba en la naturaleza.
Pero sus aventuras no se limitaban solo a los paisajes conocidos. En ocasiones, Connor se aventuraba fuera de los caminos trillados, explorando senderos remotos que lo llevaban a lugares desconocidos. Allí, lejos de la civilización, encontraba una paz incomparable, rodeado solo por la naturaleza en su estado más puro. Se dio cuenta de que quería hacer más que simplemente admirar la belleza del mundo; quería protegerla y asegurarse de que las generaciones futuras también pudieran disfrutar de ella. Y así, con determinación en su corazón y el eco de los motores resonando en su mente, Connor se preparó para embarcarse en la próxima gran aventura de su vida, encontrar ese trabajo que le hiciera sentir que completo su mision en la vida, y hacer feliz a su madre amando la naturaleza como ella lo hace.