Winter Rockatansky



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    CUMPLEAÑOS: 7 de octubre de 2004

    LUGAR DE NACIMIENTO: Los Santos, Estados Unidos

    NACIONALIDAD: Estadounidense

    SEXO: Mujer


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    Lily y Marcus Rockatansky eran tal vez los mejores padres que uno pudiera desear. Cariñosos, severos cuando debían serlo, con un amor por su pequeña y única hija que se escapaba a la comprensión humana. Pero la perfección no existe... ¿verdad? Winter era una niña feliz, muy feliz, hasta ese fatídico día en el que el pequeño y humilde almacén en el que trabajaban sus padres se prendió fuego... bajo extrañas circunstancias. Casi todo el mundo salió ileso, pero ellos quedaron atrapados en una de las habitaciones, la puerta no se abría. Nadie hizo muchas preguntas... pero esa pequeña niña sí que tenía muchas dudas, y nadie se las pudo resolver. A día de hoy, Winter sabe en el fondo de su corazón que hay muchísimas cosas que no cuadran, pero tal vez por cansancio... dejó de preguntar.

    Después del suceso, la vida de Winter estaba muy lejos de mejorar. La pérdida de sus padres de forma tan súbita hizo demasiada mella en la personalidad de la pequeña niña, que no era capaz de entender el concepto de pérdida de una manera sana. Sus padres eran personas... complicadas. No se llevaban bien con el resto de la familia, por ende, ninguno de sus tíos ni familiares cercanos ni lejanos quiso hacerse cargo de Winter. Pasó toda su infancia y adolescencia en el horfanato, con cortos periodos de tiempo en casas de acogida que acababan devolviendo a la pobre niña. Se lo ganó a pulso. Era contestona, inestable, buscaba problemas allá donde iba. Aunque parecía lo contrario, realmente no había maldad en su interior, simplemente tenía demasiado dolor dentro y nunca supo cómo gestionarlo. Se sentía sola... dejada de lado. Al final, lo único que le quedaba era llamar la atención de los demás en el peor sentido posible.

    Al llegar su adolescencia, como era de esperar, las cosas empeoraron. Malas compañías, peores situaciones. Empezó a tontear demasiado con el alcohol... y algún que otro cigarrito de la risa de vez en cuando. Demasiado para una niña tan pequeña que tuvo que verse sola desde tan temprana edad.

    Al final y a fuerza de demasiadas situaciones negativas en el horfanato, en cuanto cumplió los 16 años, le dieron un últimatum: "¿Cambiarás para mejor o te irás a las calles, a buscarte la vida por tu cuenta?" Ella lo tenía claro. Siempre estuvo sola, al menos así se sintió. Nunca creó lazos ni echó raíces en ninguno de esos lugares que el resto de personas se empeñaban que llamase "hogar". Con la poca ropa y objetos personales que pudo sacar del horfanato, se hizo a las calles. Sin casa, sin trabajo, teniendo que soportar que nadie la tomase en serio por su corta edad, con demasiadas taras y adicciones como para centrarse en llevar una buena vida.

    Con el tiempo, tras haber cumplido ya los 18 años, entendió que debía trabajar para ganarse aunque fuera un mínimo de dinero para poder llevarse algo a la boca. Saltando entre trabajos a cada cual más precarios, empezó a sobrevivir como pudo, aún sin un sitio al que poder llamar hogar, con un dolor en su interior que cree que nunca sabrá entender, con un miedo atroz a crear lazos duraderos con nadie... ¿Cómo iba a poder dejar a nadie acercarse a ella? Tal vez el día menos pensado desaparezcan y la dejen sola... como hicieron sus padres.

    Quién sabe si en el futuro la pobre niña conseguirá encauzar su vida...


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