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John Mitchell y Carlie Watson contrajeron matrimonio, cambiando el apellido de Carlie a Mitchell, como muestra del matrimonio que habían formado.
Carlie con tan solo 35 años y John con 40, tuvieron a su único hijo al que le pondrían el nombre del padre de John, Jack Mitchell.
Jack, tuvo una infancia bastante común, sus padres ambos trabajaban en la empresa familiar Mitchell Insurance, él como Director de la misma, ella como Secretaria y Administrativa.
Jack no era una persona al que le gustaba presumir de lo que tenía, no le gustaba pedir dinero pero tampoco que le debieran dinero.
Cuándo Jack tenía tan solo 12 años, su madre falleció según el informe forense, por “causas desconocidas”, pero su padre no acabara de creérselo, ya que asegura que su mujer estando en perfectas condiciones médicas, no puede haber fallecido sin una explicación previa.
Por parte de Jack, tuvo que aceptar que su madre falleció, pero nunca creería todo, ya que su padre le contó todo y a pesar de todo, le confesó a Jack, que el paramédico que le atendió, llegó tarde porque estaba comiendo, cosa que no se pudo demostrar.
Los próximos años fueron bastante complicados para Jack, sus cumpleaños, celebraciones y recordar ese día del fallecimiento de su madre, es algo que le marcó durante toda la infancia.
Cuando Jack iba a cumplir sus 18 años, su padre le entregó el regalo que le hizo su madre, quien quería entregárselo, pero dada las circunstancias del fallecimiento de su madre, su padre prometió entregárselo a él.
El regalo era un reloj de bolsillo, con números arábicos y de funcionamiento automático, solo tendría que darle cuerda para que funcionara, en él se podía leer la siguiente inscripción “D. Mitchell el tiempo pasa, pero los recuerdos permanecen”.
Jack agarró sorprendido el reloj, lo sostenía con fuerza y le dió cuerda para que empezara a funcionar, mientras realizaba esto su padre le comentó.
“Mientras este reloj funcione, sabrás que tu madre seguirá contigo, espero que el día que se detenga, sea cuando te reúnas con ella y conmigo.” Algo que a simple vista parecía una frase bastante extraña, pero Jack supo que su padre se refería a que el recuerdo de su madre vive en ese reloj y que cuando se detenga, será la hora de volverse a encontrar. A partir de ese día, ese reloj acompañaría a Jack a todos lados, algo que a muchos de sus conocidos extrañaría.
Jack ingresó a estudiar ingeniería en Drake Abbott Training Center, algo que a su padre no le hacía gracia, ya que le gustaría que su hijo continúe el legado familiar en la empresa.
Jack, tras discutir con su padre sobre su futuro, acordaron que si los estudios de ingeniería no tuvieran un buen resultado en su carrera profesional, ayudaría al negocio familiar.
Tras sus primeros años en los estudios, Jack demostró una gran habilidad en la ingeniería, algo que su propio padre se sorprendió.
Su madre, quien era muy estudiosa, desde que Jack era pequeño, le remarcó lo importante que eran los estudios, las puertas que le abrieron, pero que ella sería feliz si él se dedicara a lo que gusta, sin importar si realmente es un trabajo digno o no, pero siempre que fuera un trabajo legal y le llegue para sus costes.
Con tan solo 24 años recién cumplidos, el CEMO abrió las plazas para su división de Infraestructuras y Comunicaciones, para la revisión de infraestructuras dañadas en catástrofes, así como la supervisión en la construcción de refugios de emergencia y mantenimiento de sus instalaciones.
Se le obligó a realizar la formación a funcionarios federales en catástrofes y emergencias. dónde entre otras cosas, se le enseñó el uso de armas cortas (pistolas) y armas de caza (escopetas) por si decidían entrar a la Federal Police.
Tras su formación obligatoria, se le asignó a la división de infraestructuras y comunicaciones, dónde su función era la de colaborar con los informáticos y técnicos en comunicaciones para elaborar y construir refugios, edificios de gestión de emergencias y mantenimiento de las infraestructuras de Seguridad Nacional.
Su compañero Carl Michel, quien actualmente era su superior, falleció en un accidente de tráfico tras volver de una instalación de una antena, a consecuencia de su alta velocidad que conducía.
Por eso asignaron a Jack, como Jefe Supervisor del CEMO y sería traslado a una nueva ciudad, aún pendiente por decidir para encargarse de las operaciones del CEMO de la división de Infraestructuras y comunicaciones.