Brenda Hagen



  • Mi nombre es Brenda Hagen, nací en el año 1987, concretamente en Trondheim en Noruega. Tuvimos a los Jarls de Lade en la Era Vikinga. Trondheim como ciudad fue fundada por el rey vikingo Olaf Tryggvason. Con esto que os comento ¿como no voy a amar mi cultura nórdica? Si, soy Pagana, mi padre es Odin, al cual llevo tatuado en la espalda junto a su cuervo y en el pecho llevo tatuada una Valkyria, ya que me considero una de ellas por ser una luchadora.

    Crecí en una familia adinerada, pero crecí con los valores de la humildad y de conseguir las cosas por mi misma. Mis padres, Erik, ingeniero informático de una compañía noruega muy importante, es una persona amable, pero seria y con creencias diferentes a las mías, es cristiano, nada que ver con nuestros orígenes, aunque siempre cuenta la historia de un familiar, que fue a Inglaterra y se quedó allí, se bautizó y dejó de ser vikingo (algo que a mi me avergüenza, pero que a él lo enorgullece), por lo cual es una persona con la mentalidad mas cerrada, aunque conmigo siempre fue buen padre. Mi madre, Elin, siempre fue mi espejo en el que reflejarme, ella es cirujana plástica, pero solo para personas que han sufrido accidentes como incendios, automovilísticos, etc. Mi madre es más de mentalidad abierta, ellos llevan juntos 40 años, así que entre ellos se entienden.

    Mido 1,90cm y peso unos 85 kg, si, soy una chica grande, algo común en mi pais. Tengo los ojos azules y el pelo largo rubio, siempre he tenido el pelo bastante largo, ahora lo llevo casi por el culo. No tengo ninguna marca característica, aunque cada vez tengo mas tatuajes.

    Soy chica amable y simpática, me gustan las mujeres desde que tengo uso de razón, pero no sé ligar con ellas y en ese aspecto soy bastante tímida. Tengo carácter ¿Quién no lo tiene hoy en día? Soy persona que si me intentas tocar la moral, no dudaré en contestarte, pero si vas de buenas conmigo, intentaré ayudarte lo máximo posible. Psicológicamente soy muy estable y también una persona muy fuerte, aunque el perder a mi primera y única novia me tocó bastante, pero hace tanto tiempo que ya esta superado.

    Crecí rodeada de campo, montaña y fiordos, mis padres siempre fueron muy buenos conmigo, aunque yo tampoco les daba mucha guerra. En la escuela elemental a veces se metían conmigo, porque no me gustaba lo que a las otras chicas y porque siempre las miraba de otra manera diferente. Mi padre teletrabajaba y siempre estaba pendiente a lo que hacia, me regalaba vestidos de colores pasteles por mi cumpleaños, me compraba muñecas... algo que a mi nunca me gustó y con cada cara rara que ponía, más roto estaba su corazón. Mi madre solía estar en casa siempre y cuando no tuviera una operación importante, porque su clínica privada la gestionaba sus empleados, me quería muchísimo, me abrazaba, su mirada no me juzgaba, siempre tuve mucha confianza con mi madre, pero mi padre al ser mas autoritario era quien mandaba en casa, algo que yo no entendía, ya que siempre fue muy libre, pero imagino que todo era por no discutir. Recuerdo mis cumpleaños en el jardín de casa, donde venían mis compañeros de clase para celebrarlo, pero claro, siempre invitaba a mas niñas que niños y los niños murmuraban en la escuela cosas sobre mi por eso mismo.

    Pasé a la secundaria inferior con notables, mi asignatura favorita era el inglés, pero claro, en mi país era un idioma que también se hablaba, ya que venían muchos extranjeros a visitarlo y pocos hablaban noruego. Allí me di cuenta que quería seguir estudiando y llevando mi futuro mas allá. Los 3 años en inferior me llevaron a conocer gente con mis gustos, el anime, el metal y montamos una pequeña banda de metal HELVETE. Así por las tardes teníamos ensayos y pasábamos el rato, esa época fue de las mejores de mi vida, porque por fin empecé a ser yo misma sin miedo a que me juzgaran, mis compañeros ya sabían mi orientación sexual y siempre me apoyaban. Después de esto pasé a la secundaria superior, donde me prepararía para los estudios mayores que quería realizar y allí conocí a Astrid. Ella y yo nos llevábamos muy bien, siempre intentábamos hacer los trabajos de clase juntas, quedar por las tardes y presentarle a mi banda, pero... a ellos Astrid no les gustaba, creían que era muy posesiva, pero yo... yo me estaba enamorando de ella cada vez más y no veía nada, así que tuve una pelea con ellos y nos separamos, HELVETE se acabó y ahora éramos Astrid y yo. Al terminar el superior, fui a la universidad, nosotras empezamos una relación amorosa, aunque no parecía nada serio, nos daba miedo separar nuestros caminos pero al revés, nos unió más y ya con 23 empezamos una relación formal. Mis padres no sabían que mi relación era con una persona del mismo sexo, siempre les hablé de ella como un hombre, porque mi padre siempre se negaría y yo solo quería ser feliz, pero claro, Astrid no quería ser eso, quería tener nombre y apellido y el lugar que le corresponde a mi lado, así que tomé la decisión de decirles la verdad un día y explicarles mi orientación sexual real, ese fue el día que cambió mi vida para siempre. Mi padre me rechazó por completo, la decepción se reflejaba en sus ojos, su princesa era totalmente lo contrario a lo que el creía y me amenazó; -O lo dejas con esa chica o no vivirás mas en mi techo- y claro, Astrid era el amor de mi vida y mis padres no iban a estar para siempre, así que le conté a Astrid lo ocurrido y decidimos irnos a vivir juntas. Trabajaba para pagar los gastos en una cafetería y además estudiaba en la universidad, no tenia vida y entonces me fui dando cuenta de lo que mis amigos de la banda me decían, ella no me dejaba hacer nada, quería cortarme las alas y yo siempre fui un cuervo, así que a los 6 meses la relación se acabó, me quedé en el piso sola, rota y vacía, como pude terminé mis estudios. Cuando paseaba por Trondheim recordaba cada momento bonito vivido con ella y eso me hacía muchísimo daño, así que sin ninguna familia a la que acudir ni ningún amigo con el que llorar, hice mis maletas y me marché a EEUU, concretamente a la ciudad de Nueva York. Allí trabajaba como camarera y además como freelance para pagarme un master en diseño gráfico, hice todo lo posible para convalidar mis estudios y estuve viviendo allí 7 años, pero me estanqué, mi etapa allí se había acabado. Allí me hablaron sobre Los Santos, la ciudad de las oportunidades y me marché sin pensármelo dos veces.

    Llegué a Los Santos hace relativamente poco, tuve mucha suerte, vino a recogerme un taxista que me ayudó bastante, James, me explicó lo básico y necesario de la ciudad y me ayudó a conseguir trabajo en su empresa, mandé mi curricular y a las pocas horas me llamaron para realizar la entrevista. La pasé, Aleksander, mi jefe, es un señor ruso muy peculiar y creo que algo bipolar, pero estoy muy contenta en la empresa, se gana bien, los compañeros son un encanto y al fin tengo esa libertad horaria que en otros sitios no había tenido. Conocí a un chico chino, Zen, con el que al final estoy teniendo una gran amistad, la verdad es que es mi apoyo aquí y me enseña sobre su cultura, tan espiritual. Compartimos piso entre los dos para así poder ahorrar y montar mi propio negocio sin tener que depender de nadie, pero Los Santos tiene una economía elevada y todo requiere su tiempo, Zen por su lado va a montar su propio restaurante chino y siempre podrá contar conmigo.

    Terminé mis dos etapas de secundaria y luego fui a la Universidad de Noruega, allí acabé Marketing digital y Community Manager. Una vez en EEUU completé mis estudios con Diseño Gráfico.

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