Your browser does not seem to support JavaScript. As a result, your viewing experience will be diminished, and you may not be able to execute some actions.
Please download a browser that supports JavaScript, or enable it if it's disabled (i.e. NoScript).
Salvatore Bianchi, un hombre del año 90, aparentando una estatura normal. Nacido en la ciudad más lujosa y rica de Italia y Europa, Lombardía, Milán. Pura nacionalidad Italiana, su madre Rosa Fiore, ama de casa. Y su padre Massimo Bianchi, dueño de una casa de apuestas y el mayor ladrón de guante blanco del país. El pequeño Salva, el hijo más mimado y querido en todo el país por parte de sus padres, bueno… y el más millonario.
En el año 1990 empezó la vida de Salvatore. Su padre en esa época participó en más de 10 robos a joyerías de Milán, Florencia y Roma. Massimo estaba todo el día fuera de casa, llevando las apuestas y esos robos de guante blanco. La madre amaba a Salavatore, era su única salvación y cariño que tenía en casa. Mantenía la casa y Massimo traía los ingresos, obviamente. Rosa era muy pero que muy lujosa, preciosa con una piel brillante y un cuerpo increíble. Massimo, era irrastreable, nunca se le veía la cara al hacer los robos, no estaba vinculado en ningún ordenador policial. Era otra persona cuando estaba en el local de la casa de apuestas, obviamente, una tapadera. Salvatore creció en su casa, con su madre y a veces Massimo. Aparentaban una familia lujosa, obviamente lo eran, pero bueno, también pasaban un poco desapercibidos. Fue al mejor colegio de la zona, con un trato y educación excelente. No se solía relacionar mucho con los compañeros ya que en horas no lectivas no podía estar muy expuesto para pasar desapercibido. Desde pequeño los profesores y profesoras ya le comentaban a Rosa que Salva no estudiaba mucho y no le interesaba mucho las cosas que proponían. Lo único que le importaba a él era ver el dinero que había entre esos maletines de puro hierro que traía su padre a cualquier hora del día. Al ser pequeño tampoco entendía mucho del tema, pero él veía papeles y papeles y lo único que se le ocurría era volarlos por la casa.
Salvatore tuvo la misma vida años y años, lo único que cambiaba era que poco a poco se iba haciendo mayor y se iba dando cuenta de las cosas. A los 16 años dejó de estudiar, nunca le había gustado. Era llegar a casa y ver fajos y fajos entre las manos de la familia entonces él pensaba, ¿para qué voy a estudiar si tengo esto?. Realmente su padre nunca le explicaba de dónde venían los ingresos. Obviamente sabía que tenía la casa de apuestas, pero ese dinero no era ni la mitad de lo que ganaba en los robos a joyerías.
Desgraciadamente en el año 2006 Rosa falleció en un accidente de tráfico. Exclusivamente yendo a buscar a Salvatore a uno de sus últimos días de instituto. Ese día gris, tras la lluvia, los reflejos de las sirenas y esa manta térmica reluciendo sobre el cuerpo de Rosa. La calle cortada completamente y el Ferrari 599 GTB Fiorano destrozado a pedazos completamente. Salva recuerda ese día como si no se quitase de su cabeza, el peor día de su vida sin duda. Esa madre que le había cuidado como si no hubiese un mañana, siempre siendo el hijo más mimado del mundo y mira… En un abrir y cerrar de ojos.
A Massimo solo le quedaba tirar hacia delante con su hijo, ese hijo que casi ni le veía. En ese momento le tocaba estar con él y apañárselas como pudiese. A partir de ese momento, Salvatore deja completamente los estudios, la vida social etc… Lo único que hacía era soltar lágrimas y lágrimas diariamente sobre su almohada. Desde ese momento, cambió todo completamente.
El paso se debía de hacer en ese momento, Massimo aprovechó para inculcar a Salvatore en el mayor ladrón de guante blanco de la historia, por encima de él. Dejó la vida del pasado a un lado y hizo lo mismo que el padre. Dejarse de vincular en completamente todos los sitios del país, documentación fuera, ingresos fuera, registros fuera. Irrastreable, un futuro ladrón de guante blanco.
Al año de esa tragedia, en el 2007, Salvatore empezó con sus primeros hurtos, blanqueamientos de dinero y robos a badulaques. Simplemente era para empezar con el trabajo sucio, el dinero era lo de menos. Quiso marcar su huella dentro de eso, manifestaba que le gustaba pasar aún más desapercibido y no hacer las cosas tan sucias. Estaba demostrando totalmente de que estaba hecho. Empezó con contactos hackeando otras casas de apuestas, a hacer macro blanqueamientos de dinero, se podía ver por donde iba su camino. Eso sí, los mayores ingresos venían de los robos a las joyerías y solo hacía falta acabar de asimilarlo.
Massimo le presentó a Salva su colega con el que hacía esos robos, se llevaron excelente y decidieron juntarse para que el inicio del paso creciese cada vez más.
Meses organizando el mejor robo al banco de Milán, Salvatore investigando con hackers las cámaras, líneas policiales, horarios… Llega el día de robar el botín más grande hasta el momento, más de 20.000.000 de euros. Al llegar esos pasamontañas y el terror de la gente, gritos, hombres, mujeres incluso niños que solamente acompañaban a sus padres. Era gente inocente, ellos no hacían daño, solamente iban a por el botín y se largaban. Cámaras hackeadas por los contactos de Salva, caja fuerte abierta, maletines llenos de dinero y la ciudad seguía como si nada. Unos auténticos ladrones de guante blanco.
Tras el mayor robo de la historia para ellos, tocaba la vuelta a la calma, tras años robando y aprendiendo, tocaba disfrutar de ese dinero completamente en blanco. Ser unos empresarios multimillonarios que simplemente estaban de vacaciones… Sí, eso es. Pasaron por las Vegas, Miami, California… y bueno aunque estuviesen de vacaciones, de vez en cuando seguían haciendo de las suyas, sobre todo en las vegas con los casinos y las casas de apuestas.
Tras unos años y meses de vacaciones, disfrutando del dinero, la vida, sin ninguna preocupación, barcos, prostitutas, gente con dinero… Bueno ya se sabe que plan es, aunque casi nadie lo puede vivir. Tras ello Massimo decide junto a su colega volver a Italia a volver con lo suyo. Salvatore sabía que si volvía no iba a ser lo mismo. Ellos no iban del mismo rollo que él. Acuerdan en separar esos caminos que iban tan juntos en su momento, pero bueno todo lo que empieza tiene fin… Aunque no se sabe si se pueden volver a juntar.
Salvatore llega a Los Santos siendo la misma persona, un tipo irrastreable, no se sabe nada de él ni nadie. Igual que decidió su camino en Italia, seguro que lo decidirá aquí.