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Jack McCoy
Jack McCoy, criado en un orfanato en Tacoma, al oeste del Estado de Washigton, tuvo una infancia desastrosa, llena de brutales casos de malos tratos y vejaciones, se vivía continuamente en un estado de miedo y control en el que eran sistemáticamente humillados y golpeados con palos, correas de cuero y calzado.
Además de recibir golpes constantemente, se les forzaba a tomar baños de agua sucia y muy fría o muy caliente, se les alimentaba por la fuerza y eran utilizados como mano de obra infantil. El orfanato al ser dirigido por varias personas negras o afroamericanas, McCoy desarrolló con el paso del tiempo un odio hacia esas personas que le comía por dentro, también influye en ello, el hecho de estar presente en uno de los momentos más difíciles de su vida, viendo así como a su amigo de toda la vida Samuel Carr, muere lentamente tras contraer una severa infección de E. coli al encontrarse desnutrido y tras estar en contacto con una rata, golpeándole así tres negros directivos del orfanato varias veces poco antes de marcharse.
Años más tarde es trasladado a la prisión Estatal de Folsom, siendo condenado por el asesinato de un hombre afroamericano, dejándolo durante 72 horas en un cuarto con unas cuantas ratas y pasadas esas 72 horas, dándole una paliza contundente con una correa de cuero, McCoy afirmó en el juzgado que ese hombre había hecho cosas peores de las que nadie jamás le había sentenciado, el fue el hombre que mató de una forma horrible a su mejor amigo en la infancia, dejando a McCoy solo ante toda esa situación y sin tener a alguien con quien desahogarse.
Allí su vida pegó un giro de inmediato y aprovechando ese rencor y esa ira que seguía teniendo hacia las personas negras, dentro de la prisión la Hermandad Aria contactó y lo vigiló, sabiendo que McCoy tenía esos pensamientos y que delitos había cometido, poco a poco fue integrándose y formando parte de ellos, el acto que determinó el paso a estar dentro de la organización, fue el asesinato de un funcionario afroamericano de la prisión, asesinándole con la manga de la camisa que llevaba, la mojo entera de agua, la enrolló y le empezó a dar vueltas por el cuello del funcionario hasta quitarle la vida, no antes sin pegarle una puñalada con un punzón casero en el cuello.
Tras un tiempo en prisión, McCoy salió en libertad y juntándose finalmente con los miembros de la Hermandad Aria y los Nazis Lowriders, entrando a formar parte de la organización en 2011 y siendo un hombre completamente nuevo. Continua metido en ese mundo hasta la actualidad y ahora mismo se dedica al tráfico de armas y metanfetamina principalmente, aunque no le importa hacer lo que tenga que hacer para seguir dentro.