Juan Alvarez



  • NOMBRE COMPLETO: Juan_Alvarez

    EDAD: 28

    LUGAR DE NACIMIENTO: Los Santos

    NACIONALIDAD: Norteamericana

    SEXO: Hombre

    PADRES: Eduardo Álvarez y Minerva Norton

    APARIENCIA FÍSICA: 1,73, ojos azules, cabello rubio, complexión atlética y piel muy blanca.

    PERSONALIDAD: Es una persona que le gusta mucho decir cosas con segundas, vacilar y reírse con la gente. Pero a la vez es muy serio y responsable cuando toca serlo. Protector con sus seres queridos y hombre de una sola mujer. Sin miedo a enfrentarse a los problemas que le puedan traer sus actos delictivos y con la labia y el ingenio necesarios para esquivarlos si fuera necesario.

    EDUCACIÓN:
    -Hasta la secundaria en Japón.
    -Electromecánica de vehículos.
    -Seguridad Privada y manejo y conocimiento de armamento.

    INFANCIA: Su padre era militar para EEUU y llegado el momento, fue destinado a Japón como instructor de vuelo en una base aérea. Debido a ello, Juan se tuvo que ir con sus padres a vivir allí mismo, siendo al principio muy difícil para él pues tuvo que adaptarse al idioma y las costumbres de un país tan tradicional como lo es Japón.

    JUVENTUD: Allí se enamoró del mundo de los coches, las carreras y el tuning, Conoció a una japonesa con la que empezó a salir en el instituto. Esa chica tenía un hermano que estaba metido en una de las mejores bandas de carreras ilegales de todo Japón: La banda de Lee Wolf. Al ser pareja, el hermano de ella se trataba con Juan y terminaron por llevarse bastante bien, lo que hizo que un día se lo llevase con el a las quedadas de coches. Y así fue como Juan se vio inmerso en la banda de Lee Wolf. Pasaron varios años y al final la pareja se rompió pero la banda seguía unida. Aunque había mucha gente que le llamaba Gaijin, un término despectivo para los extranjeros y marginados, Lee Wolf siempre le trató con respeto y seriedad. A la edad de 22 años conoce a su amigo Alberto Palomares y ocurre lo siguiente:

    Alberto, con sus dieciséis años ya era un fanático de los coches y un colega del instituto le dio el chivatazo de que esa noche habría una quedada de coches tuning de una de las bandas más famosas de todo Japón. Tras unas horas, y con la inconsciencia de la adolescencia, Alberto se acercó a uno de los coches estacionados en el parking en el que se situaba la quedada.

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    Se disponía a forzar la cerradura de la puerta del piloto cuando de pronto un chaval mayor que él le cogió por el cuello contra el vehículo preguntándole que qué narices estaba haciendo. Alberto, pillado con las manos en la masa tan sólo se limitó a decir la verdad, quería conducir uno de aquellos cochazos. A Juan le hizo gracia la sinceridad y a la vez estupidez de aquel muchacho, pero en lugar de darle una paliza y sacarlo de allí a patadas le puso una mano en los hombros y le guió hacia el centro de la concentración.

    Allí Juan le presentó al líder de su banda, Lee Wolf.

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    Tras contarle la anecdótica presentación que ambos tuvieron, Wolf decidió acoger al chaval en su círculo y le ordenó a Juan instruir a Alberto en la conducción. Pasaron los años y ambos se convirtieron en grandes pilotos de carreras y no solo eso, en grandes amigos.

    Todo el mundo siempre se burlaba de ambos llamándoles Gaijins, un despectivo término japonés para referirse a los extranjeros, no obstante, empezaron a acumular victorias en las carreras que se organizaban entre todas las bandas de Japón y poco a poco todo el mundo empezó a llamarles “Los Cachorros de Wolf”.

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    Sus hazañas llegaron a tal punto que el propio Wolf los bautizó como sus mejores pilotos y les entregó sus dos mejores vehículos; Dos Pariah, uno blanco y el otro negro. Desde el día en que Wolf les entregó sus coches, “Los Cachorros de Wolf” se ganaron un mote individual cada uno, Juan “El Lobo Blanco” con su Pariah blanco y Alberto “El Lobo Negro” con su Pariah negro.

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    La banda de Wolf, era increíblemente famosa en todo Japón desde mucho antes de que Alberto y Juan se convirtiesen en sus mejores pilotos, pero tras la llegada de ambos, su dominio fue absoluto. Aun así Japón es Japón y todos los negocios en los que se mueva mucha pasta están controlados de alguna forma por la mafia: los Yakuza.

    Algún trato salió excesivamente mal con los Yakuza y Wolf y su banda se vieron envueltos en un problema que sobrepasaba sus posibilidades. La mafia japonesa se propuso hacer desaparecer la banda y sobre todo a su líder: Lee Wolf.

    Wolf, acorralado y asumiendo lo que le esperaba, solo pudo pensar en sus dos cachorros. Tan rápido como pudo, compró dos billetes para E.E.U.U. y sacó a Juan y Alberto de Japón a escondidas.

    Y así fue como ambos “Cachorros” llegaron a la ciudad de Los Santos, con una mano delante y otra detrás, no les quedaba otra que comenzar de cero. Eran americanos, pero tras su vida en Japón, ambos se sentían como Gaijins en Los Santos.

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    Una vez en la ciudad sus pasos les llevaron a entrar en contacto con una organización "empresarial" la cual hizo de aval para montar su taller mecanico. Con la experiencia ganada gestionando dicho taller, Juan aprendió todo lo relacionado con el mundo empresarial y siguió trabajando e introduciendose más y más en dicha organización. La mencionada relación era mucho mas profunda de lo que pareciera a simple vista ya que su núcleo no es sólamente el ámbito empresarial si no que realmente es una tapadera del verdadero propósito que manejan.

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    Sus habilidades de conducción, el manejo de armas y conocimiento de las mismas, así como protocolos de seguridad que aprendió junto a su padre le convierten en una pieza mas que interesante para la organización.


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