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Bartolomeo, o mejor dicho Bartolo ya que así es como le llama todo el mundo, proviene de un país aún desconocido. Debido a su trastorno psicológico tiene vagos recuerdos de su infancia, tan solo momentos y situaciones puntuales que marcaron su vida o banalidades que sencillamente quedaron albergadas en algún lugar recóndito de su estropeada memoria. Si le preguntas a Bartolo de donde viene lo más probable es que siempre consigas una respuesta diferente, quizás sea culpa de su desorden mental o quizás simplemente no quiere que lo sepas.
Desde pequeño sufre episodios psicóticos donde predominan los delirios y alucinaciones, vive en su propia realidad donde es líder y creador de sus propias historias de ficción, unas veces locuras sin sentido y otras veces planes magistrales que no parecen propios de una mente tan desquiciada. Se sabe que Bartolo recibió tratamiento durante su niñez, lo que hace que a día hoy sus episodios estén dentro de todo controlados. Sin embargo él no recuerda nada sobre esta etapa de su vida, se desconoce qué métodos utilizaron pero le costaron su memoria y sus recuerdos a lo mejor de por vida. No se sabe cómo llegó a la ciudad o si siempre estuvo aquí, de su familia solo recuerda a su abuelo Romualdo y su primo Manolo quien siempre guía a Bartolo y le enseñó a sobrevivir en las calles de una ciudad llena de peligros. Aunque sus delirios a veces pueden ser preocupantes, la mayoría de las veces hacen de Bartolo una persona agradable, con facilidad para hacer amigos, hablador y con dotes musicales que atraen a todo tipo de gente. Hasta hace poco llevaba una vida bastante normal, trabajando de basurero y frecuentando las calles de la ciudad con su guitarra a cuestas. Sin embargo sentía un vacío, su vida no era como él esperaba, algo despertaba en su interior, quizás fue su delirio mental resurgiendo en su forma más delictiva.
La necesidad de adrenalina se apoderó de Bartolo transformándolo en un delincuente de primera clase experto en el atraco a tiendas y robos de vehículos. Eso si, siempre manteniendo una actitud amigable que según su experiencia siempre le abría nuevos caminos. En uno de esos fortuitos encuentros conoció a Amaru, pero ese día no imaginó que ese encuentro cambiaría su vida para siempre y aunque lo que pasó después ya es otra historia lo que sí está claro es que en su mente alborotada Bartolo está viviendo su propia película de villanos donde él es el protagonista