Wade Najera


  • LSSD - Orion

    • NOMBRE COMPLETO: Wade Najera.

    • EDAD: 28 años.

    • LUGAR DE NACIMIENTO: South Bronx - NewYork.

    • NACIONALIDAD: Italo-Americana.

    • SEXO: Hombre.

    • PADRES: Smith y Jennifer de Najera , de origen Italiano e Irlandés, eran una pareja de trabajadores de clase media que inculcaron en ellos valores de trabajo duro, integridad y comunidad desde una edad temprana a su hijo Wade Najera. Estos nacieron y se criaron en el corazón del Bronx, Nueva York, en la década de 1960.

    • APARIENCIA FÍSICA: Mediría 189 cm, el color de su cabello seria castaño oscuro al igual que sus ojos, de apariencia robusta, tonificada y el mentón partido, con las cejas pobladas.

    • PERSONALIDAD: Chico alegre, con ganas de ganarle al mundo debido a que supo ganarse el pan de cada día en el barrio..

    • INFANCIA: En un barrio humilde del Bronx, Wade creció bajo la sombra de la adversidad. Sus padres, Smith y Jennifer, eran dos almas bondadosas que luchaban día a día para sacar adelante a su familia. A pesar de las dificultades económicas, siempre inculcaron a Wade los valores del amor, la honestidad y la perseverancia. Desde temprana edad, enfrentó desafíos que podrían haber quebrantado el espíritu de cualquier niño. Su familia vivía en un pequeño apartamento de un barrio afectado por la violencia y la pobreza. Sin embargo, Smith y Jennifer se esforzaron por crear un hogar lleno de amor y esperanza, donde Wade se sentía seguro a pesar de las circunstancias adversas que los rodeaban. La escuela no era fácil para Wade. Sus compañeros de clase solían burlarse de él por su ropa desgastada y su modesto estilo de vida. A pesar de las burlas y la falta de recursos, Wade se aferraba a los valores que sus padres le habían inculcado. Estudiaba con ahínco y se esforzaba por destacar en sus clases, encontrando consuelo y escape en los libros y la educación.

    • JUVENTUD: Cuando Wade entró en la juventud, encontró una desahogo en el mundo del fitness. Inspirado por el deseo de superarse y la voluntad de mejorar su vida, se sumergió en una rutina de ejercicios para moldear su cuerpo y fortalecer su mente. Las calles del Bronx se convirtieron en su gimnasio al aire libre. Desde correr por el parque local hasta hacer flexiones en el pequeño apartamento en el que vivía con su familia, Wade encontró formas creativas de hacer ejercicio y aprovechó cada oportunidad para desarrollar su cuerpo y su resistencia. Su compromiso con el fitness nació no sólo del deseo de conseguir un cuerpo tonificado, sino también de la sensación de fuerza y ​​libertad que sentía en cada entrenamiento. Mientras entrenaba con pesas y corría muchos kilómetros, Wade se sintió más fuerte tanto física como mentalmente.

    • EDUCACIÓN: Desde el primer día de clases, Wade mostró un compromiso inquebrantable con sus estudios. Se dedicaba horas a la tarea, buscando comprender cada concepto y desafiándose a sí mismo a alcanzar su máximo potencial. Aunque enfrentaba obstáculos en el camino, desde la falta de recursos hasta las distracciones del entorno, nunca perdió de vista su objetivo de excelencia académica. Con el apoyo incondicional de sus padres y el aliento de algunos maestros excepcionales que vieron su potencial, Wade floreció en el aula. Sus notas sobresalientes y su ética de trabajo incansable no pasaron desapercibidas, y pronto se convirtió en un ejemplo a seguir para sus compañeros de clase. A medida que avanzaban los años, continuó cosechando éxitos académicos, destacándose en materias que iban desde las ciencias hasta las humanidades. Su pasión por el aprendizaje era contagiosa, y muchos de sus amigos se inspiraban en su dedicación y determinación. Cuando llegó el momento de la graduación, Wade se destacó como uno de los mejores estudiantes de su clase. Sus notas sobresalientes y su compromiso con la excelencia académica le valieron el reconocimiento de sus profesores y la admiración de sus compañeros.

    • ACTUALIDAD: Habiendo dejado atrás los días de adolescencia marcados por la determinación en el gimnasio y la superación personal, este joven ahora se encontraba en la encrucijada de su vida, ansioso por encontrar un trabajo que no solo le proporcionara sustento, sino que también le permitiera marcar una diferencia tangible en la vida de los demás. Viajo a la ciudad de Los Santos. Con cada paso que daba en su búsqueda de empleo, llevaba consigo el peso de las esperanzas y sueños no solo de sí mismo, sino también de su familia y comunidad. En su corazón ardía el deseo de poner en práctica los valores de amor, solidaridad y cuidado que le habían inculcado desde pequeño. Armado con un currículum que reflejaba su dedicación y habilidades, se presentaba a entrevistas con la determinación de un guerrero y la humildad de un servidor. Explicaba con pasión su deseo de trabajar en un entorno donde pudiera hacer una diferencia real en la vida de las personas, donde pudiera ser parte de algo más grande que él mismo.

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