Riley Jones



  • Riley Jones nació y creció en las majestuosas tierras de Nuevo México, rodeada por el polvo del desierto y el rugido de motores en la pintoresca ciudad de Santa Fe. Desde joven, mostró un interés innato por las máquinas, un amor que compartía con su padre Mark Jones, un hábil mecánico y camionero que había dedicado su vida al duro trabajo en la carretera.

    Mark, junto a su leal amigo Carlos Santana, fundó un pequeño taller en las afueras de Santa Fe. Con el tiempo, el taller se convirtió en un refugio para los amantes de la velocidad y la maquinaria pesada. Los dos amigos se apoyaron mutuamente, construyendo no solo un negocio sólido, sino una familia de apasionados por la mecánica.

    Creció con su hermano Jesse rodeados de herramientas y piezas de repuesto, aprendiendo los secretos del oficio de su padre y de Carlos. Mientras se criaba con, Enzo, Roi, Talia, Victor, Aday y Anne, hijos de Carlos que ayudaban en el taller, su otra hermana, Olivia, se destacaba en sus estudios y carreras fuera de Santa Fe.

    Carlos Santana, el amigo leal de Mark Jones, encontró en Los Santos un lugar que no solo recordaba a Santa Fe, sino que también ofrecía una plataforma para expandir sus horizontes, Grapeseed. Donde construir un crisol de talento, pasión y tradición.

    Después de años de éxito en Santa Fe, la familia Jones y los Santana decidieron dar un paso audaz. Inspirados por la familiaridad del desierto y la promesa de nuevas oportunidades, tomaron la decisión de trasladar su taller a Los Santos, una ciudad que les recordaba su amada Santa Fe en muchos aspectos.

    Olivia, la hermana que estudiaba y trabajaba fuera, se unió a la iniciativa de Los Santos, trayendo consigo su experiencia. Con Olivia manejando la administración a distancia y Jess contribuyendo con su experiencia en seguridad y software, el taller floreció aún más. Riley, respaldada por su familia, demostró ser una mecánica excepcional.

    Carlos, el amigo fiel de su padre, y su mentor en coches cedió su puesto a Enzo. Juntos, llevaron el taller a nuevas alturas, modernizando las instalaciones y atrayendo a nuevos clientes. Riley no solo se destacó en la reparación de vehículos, sino que también se convirtió en una camionera respetada, conduciendo a través del vasto paisaje del suroeste con habilidad y determinación.

    La historia de Riley Jones, que comenzó en las tierras desérticas de Santa Fe y pasó por el campo de batalla, qué luego comentaremos eso.., ahora continuaba en Los Santos, donde el rugido de los motores y la dedicación a la artesanía mecánica se mezclaban en una sinfonía única en el vasto paisaje urbano. Riley, una valiente soldado retirada, se había convertido en mecánica y camionera, dejando una marca indeleble en la ciudad que eligieron como su nuevo hogar.



  • Riley, antes de heredar el taller y descubrir su habilidad como camionera, sirvió en las fuerzas militares. Fue una valiente soldado, pero su carrera militar se vio abruptamente interrumpida cuando perdió la audición de un oído durante una misión de rescate en una zona montañosa y remota. La operación implicaba maniobras tácticas avanzadas en condiciones climáticas extremas. Durante la evacuación de un compañero herido en un helicóptero militar, la unidad de Riley fue emboscada por fuerzas hostiles.

    El caos se desató en medio de la tormenta de nieve, y la operación de rescate se convirtió en un violento enfrentamiento. En el fragor del combate, una granada explotó cerca de Riley, lanzándola varios metros y causándole lesiones. La onda expansiva afectó su oído derecho, provocando una pérdida auditiva.

    A pesar de la adversidad, Riley demostró una valentía excepcional al asegurar la evacuación de su compañero herido. El sacrificio personal dejó una marca profunda en su vida, y la pérdida de la audición se convirtió en un recordatorio constante de su servicio y dedicación al deber.

    Después de la lesión, Riley fue sometida a un proceso de rehabilitación y adaptación. Aunque la pérdida auditiva supuso un desafío, también fortaleció su determinación y le dio una perspectiva única sobre la vida y sus metas futuras. Esta experiencia marcó un punto de inflexión en su carrera militar y la llevó a buscar nuevos horizontes en el taller familiar en Santa Fe.


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