Your browser does not seem to support JavaScript. As a result, your viewing experience will be diminished, and you may not be able to execute some actions.
Please download a browser that supports JavaScript, or enable it if it's disabled (i.e. NoScript).
LEALTAD, HONOR & RESPETO
No Surrender Motorcycle Club es un club internacional de moteros fuera de la ley, cuya sede principal se encuentra en Holanda. No Surrender fue fundada en 2013 por Klaas Otto y el club gana adeptos con rapidez. Para 2014, el club ya contaba con más de 600 miembros, y la membresía superó los 900 en 2018. Hoy en día el club cuenta con filiales en la propia Holanda, Bélgica, Alemania, Francia, Italia, Suecia, Noruega, España, Marruecos, Turquía, Líbano, Reino Unido, Irlanda, Tailandia, Bosnia, Surinam, Georgia, Nueva Zelanda, Australia, Canadá y ahora también en los Estados Unidos de América.
No Surrender llega a Los Santos traído por un grupo, irlandeses en su mayoría, procedente de otro club recién disuelto en Liberty City. Buscando un lugar en el que establecer la sede rondan con sus motos y sus parches de Nomads con la intención de quedarse en la ciudad y empezar de nuevo.
No Surrender MC suele frecuentar la zona industrial de La Mesa, por donde es común oír el rugido de sus motores. Utilizan una vieja nave como Sede, donde sirven bebidas y pasan la noche de fiesta, aprovechando lo apartado de la zona y que no molestan a los vecinos. Sus puertas siempre están abiertas, tratando de atraer a los jóvenes interesados en los parches.
Sin embargo, no todo el mundo es bienvenido.
Hacía poco tiempo que llegamos a Los Santos y los chicos no han parado de moverse. En menos de dos semanas, de estar indefensos, ahora somos plenamente capaces de defendernos si las cosas se ponen feas. Las motos de mis hermanos nunca habían estado tan cuidadas. ¿Qué puedo decir? Se me pone muy tiesa cuando las cosas van bien. Me sentía un extraño en cualquier ciudad, pero parece que esta vez podemos coser parches locales en nuestras viejas chupas.
Pocas semanas después de llegar a la ciudad siguen apareciendo viejos conocidos atraídos por los nuevos parches, de modo que la familia sigue en expansión. En Holanda estarán contentos. Le echamos un vistazo a varios sitios hasta que dimos con uno que nos gustó o, mejor dicho, tras mucha mano de obra nos gustará. Podemos hacer poco más que ponernos ciegos a cerveza y destrozarnos con los escombros de la parte de atrás mientras nos damos unas hostias.
Las relaciones con nuestro nuevo socio también siguen mejorando. Finalmente llegamos a un acuerdo en el que ambas partes salen beneficiadas, y la verdad, el tipo nos está cayendo la hostia de bien. A mi hermano Jason también le da buena espina, espero que se apunte a la ruta.
Había llegado el momento de realizar una prueba de fuego a los nuevos. No esperaba que Nora se bajara del vehículo, pero no solo se bajó: pidió una pipa y atracó ella misma el local. Diez puntos para Gryffindor. Hasta el novato se portó como debía.
NORMATIVA INTERNA ACTUALIZADA EN EL POST PRINCIPAL
Los días últimamente han sido un poco extraños. Tanto para bien como para mal. Siempre me gusta empezar por lo malo, ya que así dejamos lo bueno para el final. Es posible que estemos al inicio de un conflicto con un grupo que preferimos evitar pero, aun así, no tenemos demasiado lejos. Nuestro sargento no estuvo de acuerdo con algunas decisiones, cosa que me parece correcto, aquí valoramos las opiniones que nos lleven a debatir, pero siempre nos decantamos por la mayoría.
Y a pesar de que lleva su parche como uno de los mejores que haya visto en mucho tiempo, no puedo permitir ninguna falta de respeto hacia mí por su parte, por pequeña que sea. Sé que lo hará bien, Vince es un tipo duro para su edad, y se le ve en los ojos la mierda que ha tenido que tragar. Y seguro que sabe encajar un cabezazo en la nariz.
Por fin tuvimos una tarde para organizar una ruta con los señores del taller de MotorHead, cosa que entre una cosa y la otra habíamos tenido que ir postponiendo pero que teníamos bastantes ganas. Vinieron Will y los chicos que conocí en el taller con Jazz, bastante buena gente y nos echamos unas buenas risas debatiendo cómo ligar y durante la noche en general. Como siempre, las rutas por la ciudad suelen dar algún problema con el tráfico... pero finalmente llegamos al Tequi-la-la. En principio íbamos a estar de tranquis, pero...
Al final Jazz, que tenía ganas de fiesta y de paso hacer algo de publicidad para el club, llamó al encargado del local y lo alquiló durante un par de horas. Puso algunos anuncios en la web, invitamos a Dixies del norte, también se apuntaron los Dirty y lo que iba a ser un paseo de tranquis se convirtió en una travesía por un río de cerveza y whiskey. Vaya resaca tengo mientras escribo esto, mamones. Eso sí, lo pasamos como críos... hay que repetir más mierdas como esta. Cuando vimos aparecer todas las motos norteñas fue una puta alegría, hay que enseñarles que en Los Santos también tienen amigos y un hogar.