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La vida de una dealer es jodida, bastante diría cualquier vecino del motel. Si no cumples con las ventas del día los vecinos te pueden dar una paliza, de hecho por cosas menores te pueden romper los dientes.
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Para el pueblo de Sandy no existe crimen más abominable que el ejecutado contra la comunidad norteamericana blanca, contra el pueblo republicano, por ejemplo. Los sionistas lucen sus autos de valores blindados por las calles sin temor alguno, era hora de que pasaran de ser victimarios a victimas. Los vecinos del condado se armaron y fueron tras un par de estos autos blindados, apologias del gobierno democrata. Ostentos pero fragiles ante el hombre americano blanco.
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Se rumorea que en el motel abandonado de Sandy Shores encontraron a un hombre blanco muerto, posiblemente por una sobredosis. En su opinión, los pueblerinos dirán que un auto negro lanzo el cuerpo y huyó de la zona.
Los paletos mantuvieron la compostura mientras los paramédicos levantaban el cuerpo, tras unos minutos continuaron vendiendo, sigue siendo el paradero para aquellos adictos que buscando drogas duras.
Entre los vecinos se está esparciendo el rumor de que en el pueblo están apareciendo casas destinadas al consumo de drogas, casas de crack le dicen los vecinos. Lugares abandonados de la gracia de nuestro señor jesucristo, donde los adictos se reunen a consumir drogas, tragar pastillas, inyectarse heorina, esfintar cocaina, fumar cristales o un porro.
Mantener las casas de crack ocupa a los perros viejos del motel, estos se dedican a cortar cocaina, rebajandola con yeso de paredes y talcos de los pies además de cocinar la meta las refinada de la Isla.
Después de buscar durante varias horas, finalmente avistaron un enorme caimán asomando su cabeza en el agua. Con sigilo, se acercaron al reptil, apuntando con sus rifles, y esperaron el momento adecuado para atacar. Finalmente, el momento llegó, y con precisión dispararon al caimán, dejándolo aturdido y debilitado. Con mucho cuidado, lo amarraron y lo arrastraron hacia la orilla, donde lo midieron y pesaron para asegurarse de que cumplía con las regulaciones de caza. Una vez que comprobaron que todo estaba en orden, los rednecks celebraron su éxito, sintiendo la satisfacción de haber logrado una caza legal y responsable. Luego, tomaron algunas fotos con el caimán y lo prepararon para su consumo, asegurándose de utilizar todo lo que pudieran del animal para evitar desperdicios.
Los vecinos se acercaron a una zona boscosa, se rumoreaba que en la zona el State Park a liberado a un oso.