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LAS CAJAS.
No hay vuelta atrás.
Una reunión, la presentación de otro de los jefes y una única orden: no cagarla. Allí estaban reunidos los hombres de confianza de Andrés Giordiano junto con alias Veter, un peso pesado que se mantiene en las sombras de la organización. Se presentó para conocer a los nuevos hombres convocados por Andrés y descubrir el nivel de valía por la organización, «una nueva familia» a palabras de Veter.
Ahora los nuevos hombres de confianza de Giordano tenían que demostrar lo que valen en su primera prueba: deshacerse de un falta de respeto.
Negocios sucios.
Andres Giordiano contactó con Rafael 'Ráfaga' Castillo para concretar con la venta iniciada por Adriano 'Speed' Glauco el día anterior con aquél cliente potencial. Se reunieron con el resto de integrantes con la organización; Rafael desconfiaba en cierto punto, por lo que sus alertas permanecieron activas desde que se trasladó la mercancía hasta el punto de entrega.
Para buena suerte, el cliente resultó confiable y terminó en una venta inicial exitosa.
UN CONTACTO EUROASIÁTICO.
Rafael 'Ráfaga' Castillo contactó con un recién contacto de confianza para servirle como proveedor de armamento, a lo que el sujeto se vio interesado. Quedó a confirmar, pero de hacerlo podría ser un importante comprador junto con sus muchachos provenientes del otro continente. Más contactos, más dinero.
LA FINCA.
Rafael Castillo es citado a la nueva propiedad para encomendársele volver a las calles junto a Speed, pero ahora metidos en el negocio de la venta de armamento. Don Andrés confió plenamente en Castillo cuando le comentó de su nueva labor, el tono en su voz lo demostró para el joven boricua. Rápidamente el dúo Speed - Ráfaga debía ponerse manos a la obra para buscar compradores e indagar qué otros productores se encontraban rondando por Los Santos y sus lejanías.
Nació el 14 de septiembre de 1998 en Los Santos, San Andreas. Li Shen es hijo Li Jiang y Li Mei, una pareja proveniente de Hong Kong quien decidió pisar suelo americano años mas tarde de la caída de la Unión Soviética. Hay poco que decir sobre Li Wu Shen ó Shen Li; fue un chico de calificaciones intermedias, nunca resaltó en el colegio ni sus estudios. Al terminar el bachillerato se largó al Chinatown de San Francisco para buscar su independencia, fue una buena opción para él. En San Francisco trabajó de obrero en obras de construcción, ganaba lo mínimo y sin embargo era discriminado por su raza a pesar de contar con la nacionalidad. Un día fue despedido, pues el jefe de obreros ya no necesitaba de él, por lo que tuvo que buscar otras opciones mientras su curriculum era revisado en otros empleos. Li Shen terminó participando en peleas clandestinas en jaulas improvisadas por gente del Chinatown y de diversas zonas bajas de San Francisco; ganó unas cuantas peleas y otras las perdió. La madre de Li Shen fallece por cáncer pulmonar en el 2020, quedando en la soledad su padre, Li Jiang. Shen reúne el dinero suficiente para regresar a Los Santos y pagar por el ancianato de su viejo progenitor, pero no es suficiente como para mantenerlo por el resto de vida que le queda a Jiang, por lo que Shen tendrá que ingeniárselas en su ciudad natal así como hizo en San Francisco.
EL INICIO.
Nació en El Bronx, Nueva York el 23 de enero del 1999. Desde pequeño vivió allí con sus padres: un mecánico poco asalariado y una mesera de un café con alta recurrencia de latinos del distrito. Austin fue un chico intranquilo por la vida callejera, la mayoría de sus amistades estaban en la misma situación que él y su familia, la pobreza heredada. El pequeño Bennett simpatizaba frecuentemente con chicos más grandes que él, varios del South Bronx. Al salir de la escuela iba con sus amigos a reunirse en una cancha de baloncesto del barrio donde vivía con los del South, jugaban y socializaban. Austin se metió en cantidad de problemas gracias a las malas influencias que lo hacían colaborar en el lado oscuro de Nueva York. Probó las drogas, participó en golpizas contra muchachos de su edad pertenecientes a otros barrios y usó su primera arma. Austin ya se había ganado la confianza de los del South con los que él frecuentaba. No todo era de color negro en la vida de Bennett, también se interesó en la mecánica gracias a su padre, de quién aprendió lo suficiente. Austin se gradúa, completando su bachillerato en El Bronx, pero no va a la universidad. Empieza a trabajar en el taller de su padre como auxiliar hasta llegar a ser un mecánico «completo», su turno él mismo lo decidía, cuando salía del taller se iba hasta el South Bronx a seguir tratando con los negros y latinos de la zona. Austin ya a sus 17 años robaba piezas de autos y las revendía junto al resto de la banda, participó en el microtráfico también. Austin ya era un chico violento pero inteligente, fue detenido una noche por una pelea fomentada dentro de un bar del sur contra un dominicano; sus padres se enteraron, claro está, pero no fue algo que pasó a mayores. La actitud del que fue alguna vez «el pequeño Bennett» había cambiado drásticamente y su madre lo notaba, su despreocupado padre no, en cambio. El muchacho solo pensaba en ganar dinero rápidamente para salir de la pobreza junto a sus padres, cueste lo que cueste, ahora pensaba de tal manera sin importarle si caería en prisión en algún momento, algo que pasó más adelante. El joven Bennett es encarcelado a sus 18 años por venta de narcóticos, fue atrapado por la policía en el este de El Bronx; fue liberado 3 años después. Austin se había ganado problemas en prisión y al salir de ella, la banda criminal Los Trinitarios ya estaba empezando a ponerle los ojos encima con una sola amenaza. Ahí es cuando Austin decide irse a Los Santos con ayuda de una mano amiga brasileña y dejar a sus padres temporalmente, buscando a toda costa generar el dinero suficiente para mantener a sus padres desde la costa oeste y mejorar su estilo de vida, junto al de sí mismo. En la actualidad, Bennett es un muchacho de buena actitud, expresivo y un poco más social que antes, esto no quita el hecho de que pueda ser igual de agresivo que hace años con quién considere que lo merezca.