Ander Jiménez



  • NOMBRE COMPLETO: Ander Jiménez

    EDAD: 24

    LUGAR DE NACIMIENTO: Alicante, España

    NACIONALIDAD: Español

    SEXO: Hombre
    PADRES:
    Padre:
    Aarón Jiménez. Un hombre desapegado. Alto, ojos azules, un simple albañil.
    Madre: Amaia Azkona. Una mujer trabajadora, de ojos verdes, que hizo todo lo que pudo para sacar adelante a su hijo.

    APARIENCIA FÍSICA: 1.80m, ojos azules

    PERSONALIDAD: Ander es un chico tranquilo, tímido y algo depresivo, pero alegre y bromista cuando coge confianza, ocultando por lo general su tristeza.

    INFANCIA:
    Desde bebé Ander fue un niño muy rubio, hasta el punto que algún vecino le llamaba Koeman por el parecido de su pelo con el de este futbolista holandés. Con los años su pelo se fue oscureciendo poco a poco hasta tornarse castaño oscuro, igual que el de su madre.
    El día de su quinto cumpleaños marcó un antes y un después. Ese día su padre se fue sin mediar palabra abandonando a Ander y a su madre. Nunca más volvió a saber de él ni de su familia paterna, y tampoco tuvo interés en hacerlo. Creció odiando a su padre por dejarlos solos mientras veía a su madre trabajar muy duro para poder sacarlo adelante.
    Desde ese momento comenzó a encerrarse en sí mismo, a ser más introvertido. Esto le hizo tener una infancia solitaria, sin apenas amigos. Incluso sufrió bullying durante casi toda su etapa de educación primaria.

    JUVENTUD:
    Al pasar a secundaria su vida mejoró un poco. Empezó a relacionarse más con sus compañeros e incluso a formar parte de un grupo de amigos. Fue una etapa más o menos feliz. En el instituto pasaba buenos ratos jugando con sus compañeros en el recreo y los fines de semana se juntaban para jugar al fútbol en el polideportivo del barrio.
    A los 14 años se declaró por primera vez. O al menos tenía intención de hacerlo, pero el día antes se enteró de que alguien se había declarado a la misma chica y esta le había dicho que sí. Esto entristeció a Ander, pues nunca había sido bueno con las chicas y tenía la sensación de que con ella podría conseguir algo. Desde ese momento no volvió a expresar sus sentimientos por nadie, pues sentía que siempre preferirían a cualquier otro antes que a él.
    A los 15 años se fue distanciando de sus amigos. Ellos empezaron a salir por la noche, beber y esas cosas que hacen los adolescentes y por las que Ander no tenía interés. Ese verano terminó la secundaria y con ello se acentuó el distanciamiento con sus amigos, pues cada uno tomó un camino distinto.
    Ese mismo año, en octubre, comenzó a estudiar un grado medio de informática. Realmente no tenía claro qué quería hacer con su vida, así que simplemente eligió la opción que más interesante le resultaba sin tener claro si realmente quería dedicarse a ello.
    Esos dos años de grado medio su vida social se redujo a las interacciones en el instituto con sus compañeros y un foro en el que había entrado un año antes en el que se hablaba de una de sus pasiones: la lucha libre. Pasaba horas en ese foro hablando con completos desconocidos que sin saberlo me ayudaban a sentirse menos solo.

    ACTUALIDAD:
    El 5 de agosto de 2015, teniendo Ander 18 años, su madre falleció. Era una noche de lluvia, la típica gota fría Alicantina, y se salió de la carretera al deslizar su coche en una curva. Murió en el acto. Esto supuso otro punto de inflexión en la vida de Ander. Sin hermanos, sin conocer a sus abuelos maternos y sin querer saber nada de su padre ni de su familia. Sin amigos debido a esos problemas de socialización que siempre tuvo. Nada le ataba a Alicante, ni siquiera a España. Gracias al dinero de su beca pudo pagar la tasa para heredar oficialmente la casa en la que vivía, y tomó la decisión de venderla y usar el dinero como colchón para mudarse a otro país. Pero... ¿a cuál?
    Finalmente se decantó por Estados Unidos. Se fue ganando la vida con trabajillos en supermercados o restaurantes, con el dinero que obtuvo al vender el piso de su madre como colchón para poder vivir durante los periodos de tiempo en que se quedaba sin empleo. New York, Tampa y finalmente Los Ángeles, donde la conoció. Conoció a la persona a la que siempre había estado esperando.
    Ella era una chica de origen mexicano de 18 años llamada Cristal. Se conocieron de casualidad, él trabajaba como pizzero y al poco tiempo ella fue contratada. Desde el principio conectaron muy bien, y Ander enseguida se enamoró de ella. Era preciosa, divertida y tenía un punto de locura que a él le encantaba. Tardó varios meses en encontrar el valor para expresar lo que sentía por ella, y cuando lo hizo descubrió que contra todo pronóstico sus sentimientos eran recíprocos. ¿Quién lo diría? Ese chico virgen que estaba cerca de cumplir los 24 años y que nunca había sido del agrado de las mujeres había encontrado el amor a diez mil kilómetros de su ciudad natal.
    Los siguientes meses fueron los mejores de su vida. Cada día estaba lleno de risas, de afecto, locuras, ratos de tranquilidad... No podía ser más feliz. Cristal era lo que siempre había querido. Por desgracia, todo lo bueno termina... Y el final de esa bonita historia de amor fue duro.
    El principio del fin llegó una noche, mientras Ander dormía junto a su novia tranquilamente. En ese momento, algunos familiares de Cristal, que aparentemente estaban metidos en los bajos fondos, cayeron en una redada de la DEA y el FBI. Estaban en la sede de una mafia reunidos para tratar ciertos asuntos cuando de repente tiraron la puerta abajo. Hubo un tiroteo y cuatro primos de Cristal fallecieron. Por la mañana, poco después de despertar, ella recibió una llamada en la que le pidieron que fuera a reconocer los cuerpos, pues era la única familiar que tenían en la ciudad. Al ver a sus primos muertos se volvió loca, llegando a amenazar con matar a todos los agentes involucrados en un arrebato de ira, amenaza totalmente vacía. Cuando Ander logró calmarla, esta le dijo que no estaba dispuesta a seguir ahí, que se iba a México. Por supuesto, Ander se fue con ella sin saber que pocos días después la perdería.
    Su destino en México fue Izamal, una pequeña ciudad en Yucatán. Era la ciudad natal de los padres de Cristal, y donde él sentía que necesitaba estar en ese momento. Pasaron allí una semana en la que Ander se moría por dentro al ver a su chica tan apagada, por lo que decidió usar sus ahorros y aprovechar que habían poco más de 200km de distancia para llevarla a pasar un fin de semana en Cancún desconectando de todo. Esta decisión le perseguiría eternamente. El domingo de ese fin de semana, por la noche, estaban ambos en la playa bebiendo y disfrutando de sus últimas horas en el paraíso. En un momento dado Cristal se dirigió al agua a darse un baño... Y no salió de ahí con vida. Estaba muy alcoholizada y la corriente la alejó de la playa. Al ver desde la orilla que estaba teniendo problemas para nadar, Ander fue rápidamente a por ella. Por desgracia, el alcohol también le afectó y no pudo llegar a tiempo, cuando la alcanzó ya había dejado de respirar. Al salir con ella a la arena llamó rápidamente a una ambulancia y mientras tanto trató de reanimarla mediante el boca a boca sin éxito. Cuando llegó la ambulancia hicieron todo lo posible, pero no había salvación. Cristal había muerto.
    A la mañana siguiente se vio regresando a Izamal detrás de un vehículo de funeraria que transportaba el cadáver de Cristal. Esa misma tarde se realizó el funeral, al que Ander asistió por inercia. Llevaba un traje totalmente negro con un único toque de color: una corbata amarilla, el color favorito de Cristal. Pasó los siguientes días sumido en la tristeza y siempre con prendas amarillas, era su forma de guardar luto por ella.
    Al quinto día decidió que era el momento de pensar en su siguiente destino. Izamal sólo representaba tristeza para él, y aunque le gustaba la ciudad no quería regresar a Los Ángeles. En ese momento recordó que Cristal era originaria de Los Santos y siempre decía que era parecida a LA pero más pequeña. Le pareció un sitio tan bueno como cualquier otro, así que compró un billete de sólo ida destino a Los Santos con la esperanza de lograr integrarse rápido, sentirse, al fin, parte de un lugar y sobre todo recuperar la felicidad de los meses anteriores.

    EDUCACIÓN: Educación Primaria, Secundaria y Grado Medio en Sistemas Microinformáticos y Redes


Accede para responder