Jack Hunter



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    Jack Hunter es un joven de 24 años nacido en Freeport, estado de Nueva York, huérfano de madre y padre. La madre murió en el Delmont Medical Center cuando dio a luz a Jack y a su hermano gemelo Frank, complicaciones de salud la llevaron a tener un embarazo riesgoso el cual ella nunca comunicó y lamentablemente falleció.
    Tanto Jack como Frank vivieron una infancia dura ya que el padre Michael dueño de un taller mecánico de motos a las afueras de la ciudad, tenía que trabajar prácticamente día y noche para poder mantener a dos hijos, una casa y el taller. Cuando Jack cumplió los 17 años el padre le regaló una moto chopper vieja que tenía hace tiempo guardada de un cliente que nunca fue a recogerla, el hermano Frank también recibió una pero no era tan buena como la de Jack, esta moto representaba todo para él.
    Un día como cualquier otro, Jack cogió la moto para irse al taller del padre. Al llegar se encontró un grupo de coches tipo Low-Rider con gente tatuada arriba del mismo de pies a cabeza, eran una banda de Latinos llamada Los Trinitarios, un grupo sangriento que asesina a sangre fría a cualquiera que se le interponga en el camino. Jack bajó de la moto confundido y asustado, al final solo era un niño de 17 años que estaba viendo gente extraña y peligrosa en la puerta del taller de su padre, al ingresar al mismo se encontró con el padre hablando con otros dos latinos que le amenazaban diciéndole que debía pagar lo que debía que si no lo hacía, iba a correr sangre.
    Cuando estos hombres se fueron Jack confrontó al padre preguntando que había sido ese evento que acababa de presenciar, a Michael no le quedó otra que ir directo al grano sin rodeos, ya que no había espacio para más mentiras. Michael nunca pudo remontar su economía, se endeudó con toda su familia y también con Los Trinitarios los cuales había perdido una apuesta millonaria en una carrera de caballos unos meses atrás y ahora tocaba devolver el dinero que le habían prestado. Al escuchar esto Jack quedó congelado, lo único que llegó a balbucear fue “Dime que puedo hacer para ayudar por que esta gente, te va a asesinar” el padre, no respondió.

    Transcurrió un año y medio desde lo sucedido, Jack había olvidado el problema que el padre había tenido con Los Trinitarios, un día volviendo a su casa se encontró con que su hermano Frank había decidido salir de “Lone Wolf” por el país y que no sabía cuando iba a volver, se acercó al padre que estaba atónito mirando la carta que había dejado Frank sobre la pobre mesa de madera que estaba en la cocina y lo único que pudo hacer es abrazar al padre y decirle “Tranquilo” el padre lo miró y sonrió. Dos días después del evento de Frank, Jack decidió darle una visita sorpresa a su padre, ya que no estaba tranquilo sabiendo como estaba sufriendo su padre, entonces se subió a la moto, la encendió y se puso a rodar hasta el taller. Al llegar aproximadamente a las 19:30 horas de un frío Miércoles de Enero, encontró todo el taller apagado, y con la persiana metálica a medio cerrar. Jack entró corriendo al taller, para encontrarse a su padre colgando de una soga con una carta en el bolsillo del pecho de su camisa a cuadros roja. La carta decía lo siguiente:

    Perdónenme, no tuve opción mas que marchar… Para siempre, por el bien de todos, ya no puedo seguir cargando con mis muertos ni mis penas. Siento no haber sido el padre que se merecen.
    Los amo.
    Papá

    Jack quebró en llanto, del grito y llanto que tuvo los vecinos de la lavandería de al lado que justo estaban cerrando el local, lo escucharon y se acercaron a ver qué pasaba. Cuando vieron la escena, automáticamente llamaron a la policía y ayudaron a Jack a recomponerse para salir del recinto.

    Jack intentó la próxima semana poder coordinar junto con su tío Robert el velorio y entierro de su padre, nunca logró contactar con su hermano. Pasaron 2 meses y Los Trinitarios aparecieron nuevamente por el taller, nada más que esta vez… Jack era la persona que estaba trabajando en el mismo, cuando ingresaron al taller Jack levantó la mirada y lo miró fijamente esperando que comience a hablar. Le comentó que buscaban al padre ya que les debía dinero. Jack le dijo que su padre había muerto, que cuánto era lo que debía pagarle, el solamente quería sacarse el problema de encima y salir adelante. El Latino, lo miró, sonrió y le dijo la cifra “Tu padre nos debía trescientos veinte mil dólares. Ya que él no está, tú te harás cargo de su deuda, tienes 1 mes” el Latino se dió media vuelta y se fue, haciéndole gestos a su al parecer seguridad. Jack no sabía qué hacer, se desesperó, ahora cómo iba a conseguir ese dinero, si apenas podía comer, pagar la gasolina de la moto y pagar la renta de su apartamento en la zona portuaria de Freeport ya que la casa de su padre fue hipotecada debido a las deudas con el banco. A las 24 horas de ese encuentro con los pandilleros, recurrió a su tío Robert la única persona que le quedaba en la ciudad, Robert le dijo que su padre una vez le había comentado de un grupo de inversión llamado Real Estate Freeport - Investment Group que estaba comprando propiedades por la zona del taller y que le habían ofrecido comprarlo por una buena suma de dinero.

    Pasaron 2 semanas en las que Jack no paró de pensar en la posibilidad de sacarse el muerto de encima que estaba cada vez más cerca. En una decisión quizás impulsiva, cogió su moto, se puso el casco, su chaqueta y salió para las oficinas del grupo inversor, cuando llegó intentó dar con el agente que le hizo la oferta a su padre para poder venderle el taller, logró encontrarlo después de unos 40 minutos preguntando por el agente diciendo que él era el dueño de “Hunter Motorcycle”. Logró cerrar un trato y un día antes de que Los Trinitarios fueran a cobrar lo que se les debía, había conseguido vender el taller por cuatrocientos ochenta mil dólares, al otro día el mismo Latino de la vez pasada se apersonó en el taller mientras Jack juntaba las últimas cajas para meterlo en el camión de U-Haul que había rentado para mover las pocas cosas que había en la oficina de su padre, recuerdos, fotos, papeles y cosas de valor emocional.

    - ¿Intentas escaparte? dijo el Latino sonriendo mientras ponía su mano en lo que parecía una pistola sobre su cintura.

    - No, aquí tienes lo que es tuyo, ahora por favor vete. - dijo Jack tirando un paquete de papel marrón, sin siquiera levantar la mirada de la caja de cartón que tenía frente suya.

    El Latino cogió el sobre, lo contó, sonrió y se fue, sin mediar una palabra. La deuda había sido saldada, pero ¿A qué costo?.

    Jack terminó de juntar sus cosas, cogió el camión y se retiró del taller sin antes verlo por última vez y emocionarse en silencio. Dejó las cosas de su padre en la casa de su tío y se fue a casa.

    Tres días después, una mañana primaveral de Abril aproximadamente a las 05:00 AM mientras fumaba el último cigarro de la caja, mirando por la ventana trabajar a los barcos del puerto, tomó la decisión de coger su moto, ponerla a punto y dejarla como nueva con el dinero que le había sobrado, luego pasó por lo del tío le comentó que se iba a ir de Freeport de Lone Wolf como su hermano, que lo iba a estar llamando cada tanto, que debía irse de ese agujero de mala muerte y que no aguantaba más, lo abrazó y se dirigió a la ruta en dirección a Chicago, con la intención de coger la ruta 66 desde el comienzo. El primer mes de ruta por suerte pudo sustentarse con el dinero que había obtenido de la venta del taller, luego tuvo que trabajar como camarero, ayudante de ganado, en una gasolinera y mas para poder ganarse el pan, Jack… era feliz.

    A la altura de Missouri se cruzó con un grupo de moteros nómades, sin nombre todavía algunos eran europeos, otros americanos, realmente un grupo muy variado y agradable. Jack estaba feliz y cómodo con el grupo hasta el día de hoy sigue rodando con ellos, escribiendo su propia historia…

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