Biografia Ion Marturano



  • Características del Personaje alt text
    Nombre: Ión Marturano
    Edad: 27 años
    Nacionalidad: Argentina
    Peso: 78 kg
    Altura: 1.82 mts
    Acento: Argentino neutro (Aún que cuando se enoja, se le marca muchísimo)
    Fecha de Nacimiento: 06/03/94
    Signo Zodiacal: Piscis

    Virtudes:
    • Paciente, esto le hace establecer un vínculo con las personas.
    • Alto conocimiento en la ámbito médico, enfocado a cirugías.
    • Tiende la mano a las personas que le necesitan, aunque eso le ocasione un
    problema futuro.
    • Facilidad de palabra y capacidad de relacionarse fácilmente con otras
    personas.
    • Estratega.

    Defectos:
    • No tolera la idiotez de las personas, es fácil hacerse explotar.
    • Da su confianza fácilmente.
    • Inocente.
    • Trata de ocultar sus sentimientos.
    • Cuando es herido, siempre buscará venganza.
    • Temor a ser dañado sentimentalmente.

    Carácter:
    • Noble y/o amigable.
    • Una persona serena, en ocasiones.
    • Cuando pasan el límite de su paciencia, puede ser agresivo.
    • Siempre se presta para una buena fiesta.
    • Bromista.

    Rasgo característico:
    • Sus gafas de sol tintadas, un regalo de su abuelo.
    • Su cabello rapado a los lados.

    Gustos:
    • Le gusta conocer hechos reconocidos de Historia General.
    • Los caninos, específicamente el Pastor Alemán.
    • Vestir ropa moderna.
    • Deportes.
    • La buena música.Disgustos/Miedos:
    • Una fuerte aracnofobia.
    • Miedo a sufrir física o emocionalmente.
    • El cigarrillo.
    • La falta de capacidad de aprendizaje de las personas.
    • La prepotencia hacía su persona.
    • La invasión a su privacidad, exceptuando su pareja.

    Adicciones:
    • La cafeína.
    • Comida chatarra.

    Hobbies:
    • Tocar la guitarra.
    • Hacer deporte.
    • Conducir sin rumbo.

    Objetivo:
    • Mantener una vida tranquila, equilibrada, feliz sin contratiempos que dañen la misma.

    Frase:
    • “No hay nada más satisfactorio que lograr aquello que otros dijeron que no lograrías”.

    Niñez

    Ión Marturano nació un 6 de Marzo del año 1994 en Buenos Aires, Argentina. Específicamente, en la ciudad de San Justo, en el
    hospital principal de la localidad.
    El pequeño desde su nacimiento fue tranquilo, con un padre y madre muy amorosos. Su desarrollo fue acelerado, empezó a dar
    indicios de caminar a los 11 meses, a los 2 años, ya dijo su primera palabra “Papá”, un indicio de su apegada relación a su padre a
    pesar de la inexperiencia a la hora de criar un hijo, reflejado cuando sin querer le colocaba los pañales al revés o le daba solo la parte
    de goma del biberón para que simule que estaba siendo alimentado, fueron experiencias que fortalecieron el vínculo.
    Por su parte, su madre Vanesa Leiva, nacida en la provincia de Santiago Del Estero con una infancia muy difícil, pobreza,
    oportunidades escasas, pero siempre supo mantener en buen rumbo su vida y ahora la de su pequeño, por lo que lo crió con todos
    sus valores y creencias. Le dio el amor de madre que todo mundo merece, su vínculo también se fortaleció con aquellas canciones de
    cuna o los momentos compartidos.
    Y en cuanto al padre de Ión, Claudio Marturano, fue educado bajo la tutela de un padre y abuelo Testigo De Jehóva, ambos muy
    estrictos y serios. Debido al sufrimiento que tuvo por ésta crianza, se juró que no la repetiría con su propio hijo. Así que, el amor que
    le profesaba era distinto al de Vanesa, su nobleza se la trasmitió a Ión en el tiempo que compartían juntos, se encargó en todo
    momento, como buen padre, que tuviera todo lo que necesitaba, y más.
    Marturano tuvo todo lo que unos padres desearan para su hijo, comida, vestimenta, amor, buena educación. Lastimosamente, no
    pudieron darle todo, algo esencial para su crianza fue omitido, la disciplina. Ambos intentaron reñir a su hijo cuando había un
    comportamiento erróneo de su parte, pero no fueron lo suficientemente duros con él, el exceso de amor provocó que tuviera
    demasiada confianza hacía ellos, provocando que fuera un chico caprichoso. Ese comportamiento le caracterizó hasta sus 4 años, ya
    que hubo un evento que cambió por completo su visión, debido a la llegada de un personaje a su vida, su tío.
    Ramón Leiva, un hombre alto a la estatura “común”, robusto, ojos verdosos, de piel morena y con una personalidad muy seria, pero a
    su vez, amigable. El cual, debido a su mudanza al domicilio de Ión, por la perdida de su empleo y problemas económicos, se encargó
    de disciplinar como correspondía al pequeño, algo que sus padres no pudieron lograr. Su manera de disciplinarle fue muy estricta sin
    llegar a los golpes, le dirigió hacía entender cómo debía de comportarse y saber que era bueno o malo. Marturano no tenía esa
    confianza que con sus padres de no respetar una orden, al no conocerle lo suficiente desarrollo un respeto hacía su tío que lo llevó a
    tenerlo como una figura de grandes enseñanzas y que gracias a él, se pudo encaminar correctamente. El vínculo que les hizo conectarse como familia, fue el hecho que Ramón le contara grandes historias sobre él y el mundo, relatos que maravillaban a Ión,
    que aunque eran reales o crudos a la visión adulta, para su pequeña imaginación eran grandes aventuras. Pero lo único real y que le
    impactaría por mucho tiempo fue: “El conocimiento es poder” y le acompañaría en sus siguientes años de vida.
    El niño ya era un ser con principios y valores muy bien definidos, sabía que toda mala acción traía una consecuencia. Su madre era
    amorosa, su padre noble y su tío muy estricto, era un balance para llevar una vida feliz. Así fue como se desarrolló en su niñez,
    rodeado de todo lo que un pequeño deseara y una personalidad estable

    Adolescencia
    Los años de la infancia pasaron como agua entre los dedos, Ión los disfrutó más que otro niño de su misma etapa. Pero
    lamentablemente con los años llegan las experiencias, las responsabilidades y, la realidad. Con el pasar del tiempo, Ión fue
    conociendo gente que se convirtió importante para él, lo cual, lo influyó algunos de forma buena y otros, mala.
    El cambio de Primaria a Secundaria, fue un cambio muy brusco. El ambiente infantil e inocente, se convirtió en un ambiente lleno de
    problemas y malas influencias, dónde un mal paso te lleva a tomar malas decisiones. En el colegio ya no se jugaba a las canicas, sino
    se veían chicos desaliñados con peinados extraños, un cigarrillo en la oreja y otro encendido, con pensamientos promiscuos. Si bien
    era un instituto de enseñanza, no se encontraba en la lista de los mejores, los profesores se empeñaban por tener por lo menos uno
    que realmente valiera la pena y poder transmitir esos conocimientos, pero parecía algo imposible, había cosas más “importantes” que
    atender o al menos para estos chicos.
    Ión, a sus 12 años era un chico, no era igual a los otros, intentaba mantener sus ideales en alto y los valores que destacaba a su
    familia. El chico asistía a la escuela con las mejores intenciones de aprender y sus profesores lo notaban, pero era difícil con la
    influencia de todos, intentaban atraerlo a su mundo, aquel que no quería estar. Y así fue, encontró un equilibrio que podía
    permanecer en el mundo adolescente y continuar aprendiendo para alcanzar sus ideales. Era un buen estudiante, los profesores le
    felicitaban cada cuanto podían y asistía a aquellas fiestas con su grupo de amigos sin ser rechazado. Eso no implica que fuera de
    agrado a todos, había siempre un par de personas que no entendía esa forma de relacionarse que intentaban corromper ese vínculo
    entre ambas partes, le intentaban molestar a toda costa para que flaqueara, pero gracias a las enseñanzas de sus padres y sobre todo
    de su tío, quién le enseñó a defenderse en un mundo cruel. Esto le ayudó en aquellas ocasiones que intentaron golpearlo, recordó sus
    palabras “Nunca te dejes vencer y apunta a las zonas sensibles del cuerpo” y aquella posición de combate que le enseñó con tanto
    empeño, sin más, lanzó un solo golpe exactamente a la barbilla, haciendo caer inconsciente a su oponente e intimidando a los demás.
    Su vida hasta el momento era “normal”, un chico intentando aprender en un mundo de adolescentes desubicados, alguno que otro
    golpeado por él mismo, no iba dejar que le pasaran por encima por muy tranquilo o tímido que pareciera. A sus 16 años aprendió
    tanto que no sería fácil desde ese momento en adelante.
    A los 17 años, ya sabía como desempeñarse entre la gente y su visión al futuro era clara, sabía a qué quería dedicarse y qué rumbo
    seguir. Su decisión era definitiva, su sueño era ser un gran médico cirujano reconocido en toda Argentina y, ¿Porqué no?, de muchas
    partes del mundo, deseaba salvar vidas. Con ello, podía interferir en el curso natural de la vida, para el bien de las personas. Soñaba
    en poder operar un corazón, realizar un bypass, una biopsia de cerebro, entre otros procedimientos quirúrgicos y así, darle esperanza
    de vida a esa persona que lo necesite.
    Con su camino marcado, lo demás que llegara sólo iba a ser una experiencia de vida, hasta aquel día, que impactó su futuro por un
    sendero diferente al planeado.
    A medio día de un día de “verano” de Argentina, para ser más exactos: 10 de diciembre del 2011. Ión terminó de darse una ducha y se
    dirigió a su habitación, tomó un par de prendas casuales y se vistió. Una vez que estaba listo, con el teléfono en mano y texteando un
    poco, tomó una taza de café caliente como todos los días, perfecta muy a pesar del calor del exterior. El plan estaba hecho, un par de
    camaradas habían organizado una fiesta por la noche sin ningún tipo de motivo, simplemente pasar el fin de semana. Sin más,
    terminó su café, lavó sus dientes y tomó su billetera, las llaves del auto que su padre le había obsequiado por su cumpleaños 17 y se
    dirigió hacía ellos. La fiesta estaba planeada en una residencia en las afueras del centro de la ciudad, era una gran residencia con un enorme jardín y al
    centro de este, una preciosa piscina. Ión estaba sorprendido por la gran fiesta “casual”, claramente era una fiesta que sólo los ricos o
    clase alta podrían darse. El lugar era propiedad de la familia de la amiga de uno de sus mejores amigos, Tomás. Éste le había dicho a
    Marturano que el lugar era hermoso e ideal para cualquier celebración, cosa que fue cierta, la magnitud de gente que había no era
    normal y además, se había dado cuenta de los hombres de sombrero a las orillas de la propiedad, posibles vigilantes o trabajadores.
    Los chicos se acercaron a la zona de la alberca, había múltiples grupos de gente y sirvientes llevando comida o bebida, todo mundo
    parecía contento y disfrutando del momento. Ellos se colocaron cerca de la barra de bebidas y comenzaron a charlar relajadamente,
    entre una que otra bebida alcohólica y Ión con su soda de siempre, algo que no fue desapercibido por Tomás, el cual le cuestionó
    “¿Porqué soda?” y Marturano le respondió en defensa con total tranquilidad “Por que me gusta”, les había hecho entender que sus
    hábitos eran fijos y todos soltaron un par de carcajadas ante eso.
    Las charlas y copas en el lugar se consumían entre risas, entre el calor, la piscina y el buen trato
    del personal, todo mundo estaba disfrutando de esa reunión. Entre todo el bullicio, Ión se
    percató que a su izquierda se encontraba una chica muy peculiar, aquella que destacaba entre
    todo su alrededor. El cabello lacio y castaño ondeaba con el viento fresco que llegaba al lugar,
    su piel brillaba más que todos aquellos autos del fondo y su inmensidad de tatuajes, era como
    la cereza del pastel para la perfección. El chico no dejaba de mirarla mientras escuchaba las
    tontas anécdotas de sus amigos y consumía aquella fría soda, estaba grabando en su menta su
    sonrisa y movimientos. Sin pensarlo mucho, metió un codazo a Tomas cuestionandole con la
    mirada por la chica, éste sólo sonrió y le dijo secamente “Ve” tomando la soda de Marturano y
    dándole una palmada en el hombro.
    Antes de que llegara Ión, la chica se alejó un poco del grupo y se recargó en uno de los vehículos que se encontraban sobre el césped,
    encendió el cigarrillo que traía con ella y comenzó a fumar. El chico se acercó sigilosamente y al percatarse ella de su presencia, éste le
    sonrío, se recargó en otro vehículo y simplemente le dijo “Hola”, lo cual fue suficiente para comenzar una charla introductoria. Poco a
    poco el tiempo fue transcurriendo y las risas se hicieron presentes. Durante la charla, Ión tomó la mano derecha de la chica para ver el
    anillo en su índice, el cual ella le dijo que era regalo de su padre. Si bien ella le permitió tomarle la mano, éste gesto ocasionó que se
    ganara la atención y mirada de los guardias del lugar. Marturano inmediatamente se percató de las inmensas miradas y la cercanía de
    varios, por lo cual, instantáneamente le soltó la mano y con un tono sarcástico dijo “Al parecer no les caí del todo bien”. Ambos
    soltaron una carcajada y antes de que Ión se retirara, ella le ofreció su número y éste gustoso lo guardó, seguido de eso le preguntó
    por su nombre y ella le respondió con simpleza “Annie”, luego de eso quedaron de verse nuevamente.
    Después de ese encuentro que tuvo con ella, ambos se siguieron viendo constantemente durante todo un año, hasta su graduación
    de la Secundaria, dónde ella asistió. Annie se percató de su gran gusto por el café, aquella tranquilidad que le destacaba y sobre todo
    de la comida dulce, algo que ambos compartían y Ión, se dió cuenta que era una chica con carácter fuerte, viciada al cigarrillo a su
    temprana edad, su gusto por los tatuajes y su extravagante vida, pero había algo en ella que no podía explicar pero le atraía
    fuertemente. Quizá la belleza que le caracterizaba entre tantas o su forma cariñosa de ser únicamente con él o sus gustos
    compartidos, pero lo que si estaba seguro era de una cosa, estaba enamorado.



  • Continuación de la historia de mi personaje

    Adultez
    Apenas termino la secundaría comenzó con la carrera de medicina a la edad de 18 años, pasaba prácticamente todo su tiempo libre
    con Annie, paseando en su Felon GT convertible color morado. En una ocasión, la chica le informó que tenía una cena importante con
    su padre y que debía irse, por lo cual, Ión le preguntó si podía acompañarles para conocer a su padre, algo que puso tensa a Annie e
    intento en lo posible hacer desistir a Marturano, cosa que no logró y como no tuvo más opciones, aceptó y ambos se dirigieron a la
    enorme casa de ella, la cual era la segunda vez que visitaba.Entraron por el enorme recibidor y se cruzaron con el “Tigre” uno de los hombres robustos que vigilaban la casa, éste miró fijamente a
    Ión y dejó de hacerlo al recibir un “Quitate” de la chica. Sin más, se hizo a un lado, se adentraron un poco más por la casa y cuando Ión
    se cercioró que el “Trigre” ya no se encontraba cerca le susurró a Annie “Sigo sin caerles bien”, a lo que ambos soltaron unas ligeras
    carcajada. Más al fondo otro hombre robusto esperaba, rubio y gran sombrero, al cual le desagrado mucho ver una presencia
    masculina a lado de su hija. Se acercó a ella y le dio un cálido abrazo, para luego pararse frente a Marturano y cuestionar “ Y éste
    quien es?” y Ión respondió dudosamente “Buenas tardes, me llamo Ión”, cosa que hizo cambiar drásticamente el semblante del gran
    hombre y tomar la diestra del chico para estrujarla fuertemente y darle un cálido recibimiento. Los tomó de los hombros a ambos y los
    llevó con él al gran comedor, algo que le dio mucha intriga a Marturano, el cual esperaba un puñetazo o algo similar.
    La tarde se fue rápidamente y la noche cayó, los tres seguían charlando, comiendo y bebiendo, claramente aquella soda no podía
    faltar. Ión les había expresado acerca de su deseo sobre convertirse en un gran médico, sobre su curiosidad sobre el cuerpo humano y
    las enfermedades que quería curar. Ambos estaban maravillados con las grandes expectativas de él y algo hizo cambiar el ambiente,
    Ión preguntó “¿Y usted a qué se dedica?”. Como si de agua fría sobre sus hombros cayera, Annie se levantó precipitadamente
    dirigiéndose fuera del comedor y el padre sólo dijo “Me dedico a la exportación de materia prima”, para luego cambiar de tema “¿Qué
    opinas de Annie?” y ahora el sorprendido fue él, pero respondió claro “Es la chica más cariñosa y atenta que hay, tiene todo lo que
    podría querer y aún así, es simple y humilde”. El hombre notó aquel brillo en los ojos de Ión al hablar de ella, se le notaba que le
    gustaba hablar de la chica. Sin más, el sujeto le sonrió y sólo atino en decir “Por cierto, soy Gustavo”.
    Durante un mes, las visitas eran recurridas a la casa de la chica. Ión ya se había acostumbrado en ver grandes camionetas, hombres
    robustos y al “Tigre” recibirle en la entrada, el cual siempre le recibía con una mirada fría, la cual siempre le provocaba escalofríos.
    Pero sobre todo, Gustavo le recibía con un fuerte abrazo, un par de palmadas en la espalda y una amena charla mientras Annie
    aparecía.
    El 13 de Enero del 2013, un día antes del cumpleaños número 19 de Annie, Ión se había reunido con Gustavo en su casa y por suerte,
    la chica no estaba en ésta ya que se encontraba atendiendo algunos negocios de su padre. El hombre le llevó al sótano, aquel lugar
    repleto de una gran colección de vino, tomó una de sus favoritas y la destapó, sirvió en dos copas y le entregó una a Ión. Dudando un
    poco, la recibió y la miraba fijamente la copa mientras pensaba en las palabras adecuadas, a lo que Gustavo le cuestionó “Sucede
    algo?” y sin más, lo soltó “Quiero declararme a Annie, pero no tengo idea de cómo hacerlo”. Esto le causo un poco de gracia a Gustavo
    y sonriendo le respondió “Jamás vi a mi hija tan feliz como lo es contigo. No importa como lo hagas, sino que se lo digas ”,
    seguidamente choca su copa con la del chico, lo que lo hace reaccionar y levantar la mirada, le agradece y ambos beben del delicioso
    vino.
    Al día siguiente, luego de la extravagante fiesta de cumpleaños con piscina y lujosos cócteles, ambos se encontraban en la habitación
    de ella. Annie rebuscaba en sus cosas algo que le deseaba mostrar a Ión y antes de encontrarlo, Ión pronunció su nombre provocando
    que girara ante el llamado. Apenas se gira, él le toma de la cintura, lo atrae hacía él y la besa inesperadamente, sin pensarlo ella le
    correspondió el beso. Lentamente rompieron la unión de sus labios y sin soltarle de la cintura, le dijo “Te amo”. Aquellas palabras
    retumbaron en su cabeza y su corazón, le tomó de las mejillas con ambas manos y antes de volver a besarle le respondió “Tardaste
    una eternidad en decirlo”. Sin más, continuaron el beso que se quedó pendiente, dónde las manos traviesas se hicieron presentes, no
    pudieron evitar sus deseos esa noche.
    Luego de esa apasionada noche, las visitas nocturnas se hicieron muy recurrentes, hasta parecía que Ión ya era residente nuevo de
    ese lugar. Incluso, el “Tigre” salía en pijama a abrirle, lo cual le fastidiaba hacerlo ya que interrumpía su sueño, pero no podía
    desobedecer la orden de la chica. Simplemente le miraba mal, pero de tantas veces que el chico cruzaba esa puerta,
    inconscientemente le tendió la mano, aceptando quiera o no, seguiría yendo. Mencionando que el apodo de “Tigre” se le fue dado
    por la gran fuerza que poseía, así que cada vez que Marturano cruzaba esa puerta terminaba sobando sus manos por el dolor.
    Así pasaron casi 2 años. Entre visitas fortuitas, comidas en familia, fuertes apretones de manos y múltiples noches con Annie, se había
    convertido en un miembro más de la familia Luna. Ión habría conocido muy bien a Gustavo, Annie, al Tigre y a los demás trabajadores
    de la casa, pero aún no sabía nada de sus hermanos o su madre que vivían en México. Lamentablemente la tranquilidad se convirtió
    en preocupación, Annie le había informado que debía volver a México para pasar Navidad con su madre y hermanos, debido a que losnegocios de su padre terminaron en Argentina. Esto le causo mucha tristeza al chico, ya que él consideraba compartir varios años
    junto a ella, pero la realidad le golpeo fuerte. Luego de eso se le vio desanimado, cabizbajo, sin ganas de hacer lo común que hacía.
    Su tristeza continuó hasta el 12 de Diciembre del 2014. Ión se encontraba en su habitación estudiando para un examen, pero su
    atención no fue interrumpida a pesar del sonido del timbre de su casa. Varios minutos después tocaron a su habitación, era su madre,
    la cual le solicitó bajar ya que había una visita para él. Sin más, guardó sus libros y descendió las escaleras hasta la sala de su hogar.
    Ahí se encontraba Gustavo, con su gran sombrero que siempre llevaba a todos lados, pero con una mirada seria. Se imaginaba el
    porqué de su visita, pero después de una charla sólo pudo escuchar “Tengo buenas noticias para ti Ión, un amigo mío trabaja en la
    mejor universidad de Sinaloa, así que te ofrecieron una beca del 100% para estudiar medicina. Es una buena oportunidad, nosotros
    debemos volver por unos problemas con nuestro Patrón y puedes venir.” tomo un poco de agua que su madre le había ofrecido y
    continuó “Esta escuela es reconocida internacionalmente, podrías colocarte en un buen hospital en cualquier parte del mundo.
    Simplemente debes aceptar, te irías con nosotros y comenzarías en Enero. Pero lo mejor, es que ustedes seguirían juntos” y como si de
    un gran peso le quitaran de encima, todo estaba resuelto, su carrera y su futuro con la chica que amaba. Marturano se giró y vio a su
    padre, el cual sonrió y le dijo “Sigue tu sueños, si eso deseas, ve”

    Ión estaba un poco confundido sobre que hacer, era una gran oportunidad y que mejor con la persona que ama, pero eso implicaba
    alejarse de su familia y demás seres queridos. Luego de charlar una hora con sus padres y Gustavo, dónde su padre le alentó en
    hacerlo y su madre le hizo entender que seguirían estando para él aún en la distancia. Justo en ese momento, el picaporte giró y
    apareció Ramón detrás de la puerta, saludó a los presentes y tomó asiento a lado de Marturano. Vanesa le explicó la situación, quién
    era Gustavo y la gran oportunidad que había, pero en lugar de felicidad se le notó un gesto dudoso de su parte, seguido de eso miró
    al chico a los ojos y le cuestionó “¿Vos querés ir?”. Ión le explicó a detalle los pros y contras, pero antes de que terminara Ramón le
    interrumpió y preguntó de nuevo “¿Vos querés ir?”, así que respondió enseguida “Me gustaría ir”. No había más que hablar, su tío
    asintió con la cabeza y permaneció en silencio sin quitarle la mirada a Gustavo, era obvio que no era de su agrado.
    Una semana después Annie, Ión y Gustavo se encontraban en el aeropuerto. Ión en su idea de que irían en primera clase rumbo a
    México cuando le mencionaron que viajaría con comodidad, le preguntó a Annie acerca de los boletos para poder abordar el avión
    con anticipación. Ella soltó una carcajada y le dijo “¿Boletos?”, pero antes de que pudiera decir algo Ión una sobrecargo apareció y les
    informó que era tiempo de abordar. Ión siguió a la sobre cargo y aprovechó en preguntarle a Annie “¿Cómo viajaremos a México sin
    boletos?”. Luego de eso cruzaron una puerta rumbo a una pista, dónde se podía ver a lo lejos un jet negro, un par de pilotos,
    sobrecargo, el Tigre y hombres con sombrero, mismo estilo que Gustavo. Esto se le hizo muy extraño y sólo se le pudo escuchar un
    “Oh”, provocando la risa de Annie quien le tomó de la mano intentando hacerlo sentir cómodo. Los tres subieron al Jet Privado y se
    dirigieron a su nuevo hogar, Sinaloa México. Ión no pudo sentir la comodidad que le prometieron, la mirada fría del “Tigre” le
    taladraba la nuca, acaso ese hombre no cambiaría?
    Así como la ida, la llegada le sorprendió de la misma forma. Una gran hacienda sería su nuevo hogar, la cual era mucho más grande
    que su casa de Argentina. Ión conoció a María, Mario y Jacob, los cuales se comportaron muy amables con él y el recibimiento fue una
    gran fiesta para celebrar la llegada de Gustavo y Annie. Lo que inquietó mucho al chico, fue ver a un par de sujetos con ak’s 47 en
    mano y rodeando la Hacienda, sentía miedo pero a la vez protección, porque sabía que estaban custodiando el lugar, pero no
    entendía porque con armas en mano.
    Transcurrieron 5 años, dónde Ión asistió constantemente a aquella Universidad élite de la ciudad, dónde el conocimiento médico
    inundó su cabeza, además que Gustavo le había conseguido un trabajo de medio tiempo como residente quirúrgico en el mejor
    hospital y con el mejor cirujano. Por su parte Annie se había convertido en una mujer muy elegante pero su carácter se hizo más
    hostil. Los celos enfermizos se hicieron presentes con el paso de los años, toda chica que se involucraba con él de alguna forma,
    después no la volvía a ver por razones desconocidas. Además de otros comportamientos extraños que notó en su novia y Gustavo,
    salidas inesperadas, cambios de residencia, aumento de hombres de seguridad en la hacienda y sobre todo, los nuevos “guarros” o
    así les llamaron a los guardaespaldas que le asignaron a Ión. Las preguntas se hicieron presentes, ¿De dónde provenía tanto dinero?,
    ¿A dónde iban cuando salían por días?, ¿Porqué tanta seguridad tan repentinamente?. Incluso, le cuestionó todas esas dudas a Annie
    las cuales evadía instantáneamente cambiando de tema. Por lo que él se cansó de toda esa intriga, si nadie respondía el conseguiría
    las respuestas por su propia cuenta, así que lo haría.Durante varios días se escabulló de sus propios guardias y salía a escondidas como podía de la hacienda todo esto con el fin de seguir
    a Annie. Con el dinero que ganó en el hospital pudo comprarse un vehículo y usarlo para no llamar la atención, ya que los vehículos
    que la familia le dio eran fácil de reconocer. Todos esos días fracaso ya que llegaba a lugares llenos de hombres armados, los cuales
    vestían muy diferente a la gente de Gustavo y era claro, no lograría entrar por nada del mundo sin que le mataran. Era obvio, ambos
    estaban metidos en malos pasos y tenía que usar otra forma de encontrar la verdad, así que sin más, un día sólo le dijo a los guardias
    “Annie me está esperando con su padre, necesito que me lleven y tomen sus armas”, tratando de parecer seguro de saber a lo que iba
    y éstos sólo asintieron. Se colocaron máscara, los sombreros y tomaron sus cuernos de chivo (ak47), tomaron las Raptor polarizadas y
    se dirigieron al mismo lugar de antes. Cuando llegaron, se toparon con guardias desconocidos los cuales le preguntaron a la gente de
    Gustavo “¿Estos weyes son de su gente?” con un fuerte acento del norte de México y estos al reconocerlos, asintieron. Uno de ellos se
    percató de la presencia de Ión y le cuestionó “¿Qué hace aquí Patrón?”, con un poco de miedo y tragando saliva respondió “Annie me
    llamó”, seguido de eso les dejaron pasar.
    Una vez que Ión se encontraba en el interior de las bodegas escondidas y fuertemente custodiadas, se adentró a los desconocido y
    peligroso. Caminó temerosamente y llegó a una gran puerta de madera, la cual se acercó un poco para escuchar y reconoció la voz de
    Annie en el interior. Puso su temblorosa mano en el picaporte y entró precipitadamente a la habitación. Todo mundo se giró a la
    puerta y miraron sorprendidos a Marturano, por su parte, Annie y Gustavo quedaron fríos por verlo para frente a ellos, habían sido
    descubiertos. Pero antes de que dijeran algo, el anciano detrás del escritorio de oro se levantó, el cual era un miembro importante del
    Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), y dijo “¿Quién mierda es este sujeto?”, inmediatamente fue apuntado por dos
    hombres y Annie no le quedó de otra más que decir “¿Porqué carajo tardaste tanto?”. Todo eso fue suficiente para dejarlo de apuntar y
    permitirle sentarse a lado de la chica, para seguir con la negociación. Ión estaba palidecido, estaban planeado exportar varias
    toneladas de cocaína provenientes de Colombia a Estados Unidos, para luego acordar el asesinato del portavoces militar mexicano
    encargado de la frontera con Texas. Lo que no se esperaban, era que el anciano le cuestionó a Ión “¿Y tú cómo lo harías?” y en ese
    momento, no sólo el palideció, sino también los otros dos. No le quedó de otra más que tragar saliva y responder “Los pueden pasar
    en un cargamento médico, cocaína disuelta en implantes de senos, pisan la cocaína en un mortero, la disuelven en la silicona del
    implante y lo mandan como un cargamento médico para EU”. Todos se quedarían asombrados ante la respuesta bastante interesante,
    a lo que el anciano continuó el cuestionamiento “Muy listo, pero, ¿Cómo mierda sacas la coca?” y Marturano le respondió más
    tranquilo “Con varios procesos; el más importante la cristalización, lo cual es muy sencillo si usan el Hidróxido de Amonio. Luego se
    filtra el líquido de lo sólido dejando la cocaína 100% pura. Eso lo enseñan desde primaria”, comentario que no le agradó al viejo pero
    lo dejó pasar por la gran idea que había dado.
    La reunión terminó, acordaron ganancias y la estrategia, subieron los hombres un par de cajas llenas de dinero a las camionetas.
    Pero antes de partir el anciano le pidió a Gustavo “Trae de nuevo al mocoso, parece idiota, pero me gusta como piensa”, sin más se
    marcharon todos. En el camino, nadie mencionaba ni una palabra, todo estaba más callado que un cementerio, ni un pequeño gesto
    gutural se hacía sonar. Cuando llegaron, los tres se sentaron en la gran sala y Gustavo fue el que habló primero “Ahora que lo sabes,
    tienes dos opciones: Primero, irte y no saber nada de nosotros, como si nunca nos hubieras conocido o segundo, quedarte e
    involucrarte, ya que no tendrías otra opción”, a lo que Ión dirigió su mirada a Annie y ella le dijo “Es muy peligroso, si te involucras no
    hay forma de salir, por esa razón jamás te dije, no quería ponerte en peligro”, se le veía bastante afligida. Gustavo continuó la charla
    “Si te vas, te ayudaremos con dinero y no trabajarás nunca más. Pero si te quedas, no podrías volver a tu vida que llevabas, sería muy
    peligroso andar por ahí, estos hijos de puta te intentarían matar cuando tengan oportunidad”. Marturano no era tonto, sabía a lo que
    se refería y eso implicaba olvidarse de su sueño de convertirse en un gran médico o al menos por ahora. Sin decir nada, Ión se puse
    de pie, les informó “Lo pensaré” y se retiró a su habitación.
    Después de una hora, mientras el chico estaba recostado en la cama mirando al techo, llamaron a su puerta, se levantó y abrió
    inmediatamente. Era Annie, ella venía con una charola de comida que al entrar la dejó encima del buró y antes de que se fuera, Ión le
    tomó del brazo, la abrazó con fuerza y le pidió “No te vayas”. Sin más, ella correspondió el gesto besandole cálidamente y pasando la
    noche con él, reconfortándolo acariciando su rostro, para luego simplemente quedarse dormidos abrazados.
    Al amanecer, él despertó a Annie y le susurró “Sería un tonto si renunciara a seguir despertando a tu lado”, luego de eso acarició su
    cabello y le besó la frente, ayudándola a levantarse. Sin más, Ión sin saberlo, se convirtió en una pieza clave del peligroso y poderoso
    “Cartel de Sinaloa”, el cual regía en Colombia, Perú, Argentina, claramente México y Estados Unidos, buscando expandirse a
    España. Su forma de analizar las situaciones, dar respuestas innovadoras para la exportación de cocaína, marihuana y metanfetamina.Se habían olvidado de transporta en frutas, en ropa, ya eran más sofisticados gracias a él. Durante un año las ganancias habían
    aumentado de forma importante, exactamente un 78%, ya que el producto no estaba siendo reconocido en las pruebas de narcóticos,
    pasando completamente desapercibido y sin riesgos de perder el producto o arriesgar el negocio, las mulas habían quedado fuera,
    era innecesario enviar personas.
    La familia Luna y Ión, estaban viviendo con riquezas, extravagancias y lujos. El chico enviaba dinero a su familia, la cual mejoraron
    mucho su estilo de vida. Annie y él, viajaban cuanto podían, conocieron muchos lugares juntos, se relacionaban con gente importante,
    se tatuaron juntos aparte de los que ya se había hecho Ión, un mural de rosas con 3 calaveras en el brazo derecho que reflejaban lo
    bonito de la vida (Las rosas) el dolor de la misma (las espinas) y la muerte como final (las 3 calaveras), un Espartano en la espalda bajo
    una lluvia de flechas refleja la fuerza tanto de uno mismo como en conjunto y una carita feliz en la mano derecha reflejando la
    felicidad de la vida. Pero esta tranquilidad duró muy poco, Gustavo deseaba retirarse del negocio con su familia, tenían suficiente
    dinero para vivir con los lujos de los que estaban acostumbrados y ésto, les costaría muy caro.
    Gustavo se había presentado en la villa del Jefe del Cartel de Sinaloa, Jesús Alfredo Guzmán o “El Alfredillo”, hijo del muy conocido
    Joaquín “El Chapo” Guzmán, el narcotraficante más peligroso y actualmente capturado. El lugar estaba fuertemente vigilado, no sólo
    estaban los hombres de Guzmán, sino también estaba personal de la marina de México custodiando el sitio, lo cuales habían sido
    comprados para que la casa pasara desapercibida. Si bien se sabía que integrantes del Gobierno Mexicano eran corruptos y
    comprados por narcotraficantes, la policía y marina local con algunos miles de pesos matarían a cualquiera.
    Alfredillo se encontraba en el interior de la vivienda, exactamente en la piscina junto a 3 modelos locales, parecía que no le importaba
    nada en el mundo más que divertirse y era obvio, su padre trabajo el gran imperio del Cartel de Sinaloa y sus hijos sólo disfrutaban de
    los beneficios. Uno de los trabajadores se acercó a Guzmán y le informó de la presencia de Gustavo, hizo una mala cara y salió de la
    piscina dirigiéndose a una oficina exageradamente lujosa. Éste se sentó en la antigua silla de su padre y colocó sus pies encima del
    escritorio para estar cómodo. Luego de eso, miró de forma fría a Luna y le dijo “¿Qué quieres cabrón?” mientras se secaba el cabello
    con una toalla. Gustavo tragó saliva y le soltó “Quiero retirarme del negocio Patrón, siento que ya hice todo lo que tenía que hacer,
    maté mucha gente y ahora lo que quiero, es poder vivir en paz con mi familia sin temer que los maten”. El silencio se adueñó de la
    habitación, los hombres de Guzmán se miraba uno a otro esperando a que su jefe hablara. Alfredo suspiró con fuerza y comenzó a reír
    de forma muy exagerada, para que al calmarse le respondiera “Entiendo mi querido Gustavo” se puso de pie y le tomó la mano de
    Luna y la agitó “Ve a descansar con tu familia, gracias por ayudarnos mi querido amigo”, su expresión cambio y fue seria “Esta mierda
    se debe acabar para ti y tu familia, es importante que descansen y sean felices o sino terminarán como mi padre, pudriéndose en la
    cárcel o como yo, huyendo con mujeres a todas partes del mundo y gastando el dinero en mis malditos vicios.” le soltó la mano y
    caminó hacía la puerta para volver a la piscina, pero sin olvidar decirle “Recuerda que nosotros somos como una familia” y se fue.
    Gustavo aliviado volvió a casa pensando en qué lugar del mundo vivir pacíficamente.
    La familia cambio nuevamente de residencia, un poco más cerca del centro de la ciudad, construyeron varios negocios de tacos en la
    ciudad, Ión estaba en espera de poder volver a estudiar, Annie de igual forma comenzaría sus estudios y se encargaría junto con
    Marturano de gestionar el negocio de comida. Su vida era relativamente “normal”, salían como cualquier persona, convivían en
    familia, estaban viviendo de forma pacífica. Pero cuando se dieron cuenta que de pacífico no había nada, mientras la familia cenaba
    en uno de los negocios de tacos, 2 camionetas raptor negras pararon precipitadamente, de éstas descendieron varios sujetos
    armados hasta los dientes y comenzaron a acribillar el lugar, los cuales inmediatamente fueron al fondo y tomaron unas pistolas que
    tenían para defender el negocio, nada suficiente contra varias ak’s47, pero con ellas lograron abatir a un par de ellos.
    Lamentablemente en el fuego cruzado murieron varias personas que se encontraba cenando en el lugar. Rápidamente llegaron los
    cuerpos de emergencia, fueron interrogados, fueron atendidas sus heridas y pudieron volver a casa.
    Gustavo había reconocido la vestimenta de los sujetos y las camionetas, eran los hombres del Cartel de Sinaloa e intentaron matarlos,
    era obvio que la idea de retirarse era demasiado bello para ser verdad, fue tomado por Jesús Guzmán como una traición a la familia.
    Sin más, comenzaron a ir con cuidado, el Tigre consiguió del mercado negro armamento pesado, algunos chalecos para todos. Ese
    hombre a pesar de su muy mal carácter, siempre le fue fiel a Gustavo, ya que sino fuera por él y el trabajo que le dió, su familia habría
    muerto de hambre, así que su fidelidad era clara. No fue el primer intento para asesinar a la familia, varios ataques llegaron dónde
    con pocas heridas lograron salir vivos y no sólo por suerte, Ión y Tigre tenían una gran puntería, Annie y Gustavo sabía cómo se
    movían y se adelantaban para atacar o defender la zona.Desafortunadamente no pudieron controlar siempre la situación, los hombres durante un fuerte tiroteo dispararon a las piernas de
    los hermanos, Mario y Jacob, para llevarselos vivos con ellos. La familia comenzó a buscarlos como locos, Gustavo se comunicó con
    Jesús Guzmán y éste le dijo “Todos los que trabajan para mi son como mi familia, pero en éste negocio hay reglas y si te equivocas
    llevas un balazo en la cabeza y tú mi querido amigo, te equivocaste” y colgó. En ese instante Gustavo palideció y sabía lo que debía
    hacer, escapar antes de estar tres metros bajo tierra. Pero antes de irse, necesitaba recuperar a sus hijos y antes de hacer el plan, el
    Tigre entró a su habitación y le mostró algo que tenía dentro de una toalla, un cd y algunos dedos cortados. Inmediatamente la
    familia se sentó para mirar el cd, cosa que lamentarían mucho, era un narcomensaje mostrandole a Gustavo el desenlace de toda su
    familia, sus dos hijos habían sido mutilados, torturados y asesinados. Todos estaban en shock, la madre no dejaba de gritar y llorar,
    Annie estaba horrorizada y Ión intentando consolarla como podía, ya que al igual que ella, estaba impactado por lo que ese hombre
    había hecho.
    Gustavo tomó a su mujer y la llevó a la habitación, dejando solos a los tres en la gran sala. El Tigre se despidió y les mencionó que
    vigilaría los alrededores. Ión tomó como podía a Annie, llevándola a su habitación, se recostó a su lado, puso su rostro en su pecho
    fornido y le dejó llorar hasta que se quedó dormida. Marturano sabía que el amor lo había llevado a un camino muy peligroso, que
    posiblemente no saldría vivo de eso, pero aún así, no se arrepentía de ello, encontrarla y conocerla habría sido la mejor recompensa
    de todas. Estaba decidido, intentaría protegerla a toda costa.
    Al día siguiente, el Tigre entró pálido a la habitación, muy apesar de su piel morena. Llamó con una seña a Ión el cual se movió tan
    lento evitando despertar a su novia, seguido de ello siguió al Tigre y quedaron en pie de la habitación principal. A Ión se le tensaron
    los músculos, un fuerte escalofrío recorrió su cuerpo y abrió sus ojos tanto como pudo al mirar la escena tan horripilante y
    desagradable, la madre se suicido con un disparo en la boca, el cual evitó que el sonido del mismo se percibiera en la habitación de
    Annie. Su cuerpo yacía en el suelo encima de un charco de sangre, pero solamente ella, Marturano revisó con la mirada en busca de
    Gustavo y simplemente el Tigre le dijo luego de colocar su mano en el hombro del chico “Fue a intentar vengarse, no volverá vivo. Me
    pidió que los sacara de este maldito país, así que toma todo lo que puedas que nos vamos ahora”. Ión quedó un poco estático, eran
    muchas noticias que iba procesando lentamente por el impacto de violencia de esos últimos días, pero pudo reaccionar, tomó una
    maleta, colocó un poco de ropa, fotografías y un poco de dinero, despertó a Annie explicándole todo lo más rápido que pudieron y
    salieron de la casa.
    Los tres se dirigieron rápidamente al aeropuerto, pero lamentablemente no iba a ser tan fácil, habían sido interceptados por varias
    camionetas raptor negras, pero esta vez con las siglas C.D.S. en las puertas. El Tigre sabía que cuando el Cartel usaba estas camionetas
    era para matar y autenticarse las muertes como un trofeo, ésta vez, iban en serio, por lo que no se lo pensó 2 veces y tomó el cuerno
    de chivo del asiento del copiloto, les gritó a los chicos que se agacharan y cuando lo hicieron éste comenzó a disparar en contra de
    ellos, cubriéndose únicamente con la puerta de su propia camioneta. Durante el tiroteo, fue alcanzado por un disparo en la pierna
    derecha, provocando que la bala hiriera y perforara la artería femoral, la cual inmediatamente comenzó a sangrar abundantemente.
    Cuando todo parecía perdido, se escucharon más vehículos llegar a la zona, Ión levantó un poco el rostro y se percató que era el Cartel
    de Jalisco Nueva Generación, el cual se encontraba en Sinaloa intentando retomar territorio para asegurar su mercancía que venía
    desde Jalisco, debía pasar por Sinaloa, posterior Hermosillo y finalizando Tijuana, para luego ser llevada a San Diego California. Por lo
    tanto, el Cartel de Sinaloa sólo era un obstáculo que debía ser eliminado y buscando hacerlo, aprovecharon que Gustavo les informó
    que iban detrás de su hija varios miembros importantes de ésta organización para matarla personalmente. Así que no se lo pensó dos
    veces aquel anciano e intentando tomar ese territorio les cayeron de sorpresa y comenzó un fuerte tiroteo con armamento de alto
    calíbre. Ión aprovechó que ellos ya no eran el blanco, descendió junto a Annie e intentaron subir de nuevo al Tigre para salir de ahí.
    Lamentablemente la hemorragia de su pierna era grave, si llegaba al aeropuerto, llegaría muerto, así que con las pocas fuerzas que
    tuvo les dijo “Váyanse y por favor, cuida de ella. Deben ir a Albuquerque, te encontrarás con Phillip Jhonson y éste los llevará a un
    lugar seguro, es un viejo amigo, los tratará bien” luego de eso sacó del bolsillo derecho una carta y se la entegó al chico para
    desfallecer en el lugar. Con los nervios a punta de piel, dos organizaciones muy peligrosas de México tiroteándose frente a sus
    narices, Marturano sacó fuerzas y con las manos temblorosas encendió el vehículo y se fue del lugar. Cuando se aseguraron que nadie
    los seguía, fueron camino recto al aeropuerto, declararon el poco equipaje que tenían, compraron un boleto directo a Nuevo México y
    cuando abordaron, la tranquilidad volvió a ellos, estaba a salvo.Annie aunque era una chica fuerte, no podía controlar que sus lagrimas siguieran fluyendo, lo cual Ión la abrazó e intentó consolarla
    hasta llegar a Albuquerque. Cuando el avión llegó a su destino, descendieron de éste, tomaron su equipaje y se dirigieron a la puerta
    de desembarque y vieron a lo lejos un cartel con sólo una palabra “Luna”, sabían que era el hombre que los ayudaría. Se acercaron a
    él, se saludaron y éste inmediatamente les ayudó con su equipaje, reingreso al aeropuerto, les compró dos pasajes y se los entregó.
    Ión curioso los tomó y se dió cuenta que el destino era “San Andreas, Los Santos”, antes de cuestionarle el porqué, el sujeto les dijo
    “Es todo lo que puedo hacer por ustedes, una vez que lleguen a Los Santos, estarán solos y deberán olvidar México, su pasado y la
    familia. Buena suerte!” y con un apretón de manos se despidió de los dos, sin más declararon su equipaje de nuevo, abordaron el
    avión y con muchas dudas se dirigieron a su destino, su nueva vida, el inicio de todo.
    Mientras iban volando, Ión recordó la carta, la sacó de su bolsillo del pantalón y Annie al percatarse se acercó asintiendo para que la
    abriera al verlo un poco dudoso, sin más lo hizo y decía lo siguiente:
    “Queridos hijos,
    Lamento no haberme despedido de ustedes y lo que ocurrió con el amor de mi vida, ella no podía
    con el dolor de perder sus hijos y yo no podría vivir sabiendo que ella sufría, mis hijos sufrieran y yo
    quedándome con los brazos cruzados. Les confieso que siempre tuve miedo de morir, hice las cosas
    que hice porque las tenía que hacer, no tuve elección, pero siempre y les juro por la virgencita de
    Guadalupe, que quise lo mejor para todos ustedes, que no volvieran a sentir hambre, frío, dolor y
    tristeza, pero los llevé a ese destino y lo lamento mucho.
    No soy valiente, de hecho soy muy cobarde y siempre lo fui, pero hoy olvidé mi tonta cobardía y fui
    tras de ese maldito perro que mató a Mario y Jacob. Ellos qué culpa tenían?, nunca se involucraron
    en ésta mierda para terminar así, se metieron con lo que más amo en mi vida, mi familia, por lo
    único que valía vivir. En eso estás tú Ión, que a pesar de esta porquería, te quedaste por ella, la
    hiciste feliz entre tanta basura, le diste amor, un hogar y sobre todo sé que no le fallaste y le
    fallarás, nunca tuve como pagarte por eso, siempre estaré agradecido contigo por lo que hiciste
    por mi hija, por mi niña y por eso, te quise, te quiero y te querré como mi hijo. Quiero pedirte que
    cuides de mi tesoro, de la luz de mis días, de mi hija, de mi Annie, porque a pesar de lo que hizo por
    mi culpa tiene un alma cálida, un corazón muy grande, quiero que la apoyes, que la guíes, que la
    alientes en continuar cuando no quiera hacerlo. Y te pido también que te cuides tú, que te
    mantengas con esa mentalidad, paciencia, enfoque, valentía y sobre todo inteligencia que te
    caracteriza, porque tú puedes lograr lo que sea y sé que lo harás.
    Mis queridos hijos, estaré con los chicos, con mi hermosa María esperándolos cuando la vejez los
    traiga a nuestro lado, para volver a formar la preciosa familia que somos, para estar juntos por
    siempre. Por favor, no olviden poner mi nombre a uno de sus hijos, siempre quise tener un nieto,
    cargarlo, contarle historias, consentirle como pudiera.
    Ión y Annie, gracias por dejarme ser alguien para ustedes, ya que ustedes fueron todo para mi.
    Cuídense mutuamente que yo estaré velando por ustedes.
    Los ama, Gustavo.”
    Ión cerró la carta, abrazó a Annie, limpió sus lagrimas y las propias, para luego cerrar los ojos, con la expectativa de un nuevo
    mañana.


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