Kenya West



  • NOMBRE COMPLETO: Kenya West

    EDAD: 22 (31-07-1998)

    LUGAR DE NACIMIENTO: Puedes escoger sitios reales o del universo de GTA.

    NACIONALIDAD: Afroamericana

    SEXO: Mujer.

    Mi historia empieza con mi abuelo. Mi abuelo, el cuál provenía de Bayamón. Este fue
    combatiente de guerra donde el estado de América prometió a todos los voluntarios que
    fuesen a combatir que les darían casa, comida y seguro social. De ahí nació el distrito del
    Bronx, una cruda realidad, pero así fue. Por lo que mi abuelo, llevándose a mi abuela,
    emprendieron un viaje hacia el Bronx.
    Ahí nació mi madre, fruto de una relación en la que mientras mi abuelo combatía en la guerra,
    mi abuela se encargaba de la tarea de criar a una niña en un nuevo barrio lleno de huérfanos,
    pandilleros y droga, un lugar marginal que fue autoengaño del estado.
    Por lo que me han contado, mi madre fue víctima de una banda latina (le llamo victima
    porque no era consciente de sus actos). Le regia su subconsciente, un subconsciente lleno de
    poca realidad, y si de mucha ficción, de hacerle ser feliz e importante.
    En aquellos años para pertenecer a una banda latina había que pasar varias pruebas, no era
    algo que fuese fácil. Para los chicos, se empezaban desde cosas tan pequeñas como robar a
    gente por la calle o pequeñas tiendas, hasta cosas tan grandes como matar si era necesario.
    Esta era la forma de los líderes de ver quien era apto para esto. A las chicas se les tenía
    bastante infravaloradas. No se las solía tener tan enserio por lo que para entrar a una banda
    eran incluso obligadas a follar con varios hombres a parte de hacer los trabajos sucios que se
    dicen anteriormente.
    Mi madre conoció a un líder de una banda, quizás eso a ella le atrajo sentirse protegida, se
    enamoró según me conto ella, se enamoró tanto que dejo de vivir por ell a, vivía para él y la
    banda que este tenía, ya que como dije anteriormente, mi madre vivía en su propio mundo de
    ficción y este se basaba en todo lo relacionado con él, podríamos decir que fue una obsesión, o
    mejor dicho, se encontraba abducida por ese mundo. De esta relación nació mi hermana
    Shara. Una relación víctima de ese sueño profundo de mi madre de estar metida en pandillas,
    lideres, hombres con sus razones y no razones, pero era lo que ellos luchaban sus ideas, fuera
    las que fuesen.
    Mi madre quedó embarazada del líder de la banda, es decir, el padre de mi hermana (si es que
    a eso se le puede llamar padre). Esta se embarazó en unos años bastantes conflictivos y con
    una edad muy temprana. Por eso mismo, cuando ambos se enteraron de que Shara estaba en
    camino, su “padre”opto por inculcar a mi madre como un error incitándola al aborto. Debido a
    la debilidad que mi madre tenía por este hombre, se llegó a plantear lo de abortar, pero
    decidió que quería seguir adelante y no se dejó llevar por lo que le dijo lo que hasta ese
    momento era su supuesto mundo.
    Mis abuelos descubrieron la existencia de mi hermana en la barriga de mi madre, y fueron los
    que le dieron la seguridad de no abortar, ya que mis abuelos veían a mi hermana como una
    bendición del cielo, ya que eran bastante religiosos. Mi madre decidió asentar cabeza y empezó a culpabilizarse de todo lo que había hecho, y a
    llevar todo más por el lado religioso. Debido a esto, durante un poquito de embarazo, dejó
    todo lo relacionado con la banda y con lo relacionado a su mundo (el padre de mi hermana).
    Pero no todo es bueno, ella sabía que haber dejado ese mundo traería unas consecuencias
    bastante graves, ya que daba igual que fuera la mujer del líder o que fuera el santísimo
    Jesucristo, se actuaba igual, con la muerte.
    Realmente no sé qué paso... porque nunca me lo han contado ni he descubierto, pero a mi
    madre yo diría que la salvó la cárcel, a la cuál entro por los delitos cometidos en la banda.
    Entró cuando llevaba 5 meses de embarazo de mi hermana y esta nació en la cárcel.
    A la salida de la cárcel de mi madre, mi hermana era cuidada por sus abuelos, por lo que mi
    madre no se ocupaba de su educación y decidió dedicarse un tiempo a ella misma.
    Cambió su estilo de vida, empezó a trabajar en un restaurante de “pijos” como diría ella el cual
    se llamaba Kittery, situado en un barrio de Brooklyn, Carroll Gardens más concretamente.
    Gracias a este trabajo se pudo empezar a permitir un pequeño pisito decente acogedor por la
    zona para vivir mientras trabajaba en este restaurante.
    Al intentar y estar tan empeñada en olvidar su pasado, mi madre hizo una cosa de la cual yo no
    estoy muy orgullosa que digamos, dejó de ser ella misma y empezó a aparentar ser otra
    persona totalmente distinta a lo que ella realmente era, intentando dejar atrás su vida en la
    cárcel y lo mal que lo había pasado en su pasado.
    Y aquí es cuando entra mi padre, un hombre adinerado, acostumbrado a vivir en otra ficción,
    en su propia nube de perfección. Mi padre desde que era pequeño se le educó con disciplina,
    entre billetes y se le acostumbró a ser un niño mimado y consentido, por lo cual no podías no
    darle la razón. Era una persona egocéntrica, muy seductora y un hombre muy atractivo.
    Procedía de un padre latino y una madre afroamericana, por lo que su color de piel era oscuro
    y tenía ojos claros, lo que según dicen, le hacía muy atractivo.
    Sin irme más por las ramas, mi padre conoció a mi madre en el restaurante donde ella
    trabajaba, y no sé si fue porque ella estaba intentando ser una persona totalmente distinta y
    quería auto convencerse de que la vida rica sería su camino final, pero ella se “auto obligó ”por
    así decirlo a enamorarse de él, aun sabiendo que él estaba enamorada de ella.
    Nací en Brooklyn, en el hospital NYU Lagone. Soy hija de una ex carcelera y de un hombre rico.
    Mi infancia fue bastante fácil y cómoda. Básicamente cuando eres una niña pequeña digamos
    que no te enteras muy bien de las cosas y lo único que necesitas es juguetes para jugar y
    entretenerte, por lo que, sigamos que mis tres primeros años de vida fui una niña bastante
    mimada y feliz.
    Cuando cumplí los 5 ya iba siendo más consciente de las cosas, por lo que digamos que lo tenía
    todo pero no era de lo más feliz. Mi vida se basaba en ir al colegio y ser una alumna ejemplar
    desde pequeña, ver a mi padre llegar tarde a casa siempre de una manera la cual me llamaba
    la atención, ya que . Así me tiré los siguientes dos años, hasta que cumplí los 8.Cuando cumplí los 8 fue un total descontrol, los días en mi vida “perfecta” iba de mal en peor.
    Todas las noches mis padres tenían una pelea distinta y debido a las fiestas de pijos a las que
    iba mi padre, en la cual se encargaba de encocarse hasta las cejas y beber como un
    desgraciado. Esto ya era lo habitual, hasta que cuando yo tenía 10 años una noche todo se
    salió de control y mi padre le pegó una paliza a mi madre cuando se pensaba que estaba
    dormida debido a las drogas, este estaba fuera de sí.
    Según me conto mi madre, ahí fue cuando se dio cuenta de que lo que ella creía que era un
    mundo perfecto de pijos y ricos, donde teníastodos tus caprichos y todo hecho, era un pase
    directo al infierno. Lo pintaban como algo bonito y lujoso, pero ella se dio cuenta de que lo que
    estaba viviendo y esa falsa perfección no era lo que quería para mí. Todos estos
    acontecimientos hicieron que me cerrara, lo cual me hizo ser una persona muy poco sociable y
    con muchos problemas de confianza. Debido a la situación que estaba viviendo en casa bajé
    bastante las notas en el cole y esto hizo que mi padre me cambiara de colegio como castigo.
    Con 11 años mi madre dio el paso, fue capaz de irse de las manos del maldito maltratador que
    era mi padre, ya que lo que he contado anteriormente de las noches borracho y las agresiones
    a mi madre se volvió una rutina. Yo sentía impotencia, impotencia por ver como el ser que se
    apoderaba de mi padre cuando este iba así se atrevía a ponerle un solo dedo encima a mi
    madre y hacerla sufrir de esa manera, pero lo dicho, simplemente era una niña de 11 años.
    Cuando cumplí los doce todo estaba más tranquilo en mi vida. Éramos mi madre y yo contra
    todo. Decidimos mudarnos a Manhattan, a Todos estos años siempre conté con el apoyo
    emocional de mi hermana, a la cual solo veía en fechas importantes pero era el pilar
    fundamental de mi vida. Esta me apoyó mucho con el tema de cambio de casa y de barrio, ya
    que era una niña muy cerrada y me costó mucho empezar de cero en la nueva escuela pública.
    Mi adolescencia fue bastante bien. A veces ayudaba a mi madre con el curro, ya que a veces
    llegábamos justitas a fin de mes. La escuela pública me ayudo bastante, ya que hice bastantes
    amigas y ya no tenía que dar la imagen de niña perfecta a la que estaba sometida antes. Me
    sentía más yo. Empecé a desarrollar más mi personalidad y ser más extrovertida. De mi padre
    no supe nada realmente durante la adolescencia, y tampoco me apetecía saber mucho. Mis
    notas eran bastante malas para lo que era capaz de hacer pero suficientes para aprobar
    raspado. Tampoco priorizaba mucho las notas, ya que lo que realmente quería estudiar no
    requería muchos conocimientos. En esa época estaba empeñada en ser diseñadora. La verdad
    que se me daba bien dibujar bocetos y combinar distintas prendas de ropa.
    Mi madre siempre me apoyó con esto, por lo que a lo largo de mis 16 a mis 18 años mi madre
    hacía todo lo posible por conseguirme material para poder seguir con mi sueño de diseñadora.
    La verdad que mi familia se basaba en mi hermana y mi madre en ese entonces, por lo que al
    tener el apoyo incondicional de ambas me decidí. Empecé un curso de patronaje y confección
    en el cuál aprendí todo lo que necesitaba para poder diseñar y tener mi propia ropa. Por
    suerte mis amigas siguieron a mi lado apoyándome
    A los 19 empecé a buscar trabajos acorde a lo que estudié, y estuve durante 13 meses
    trabajando en una pequeña tienda de Manhattan con Susy, la mujer mayor encargada de la
    tienda. En esta me dedicaba a diseñar cosas a medida, arreglar pequeñas imperfecciones de la ropa, ajustaba prendas de ropa a la gente que venía, etc… Mi vida era eso, del trabajo a casa y
    de casa al trabajo, ya que en casa no sobraba el dinero y ayudaba económicamente como
    mejor podía. Siempre intentaba sacar tiempo para mis amigas, pero las fui perdiendo con el
    tiempo debido al poco tiempo que les dedicaba. Esto me entristeció bastante, pero yo soy de
    pensar y creer mucho en el destino, por lo que si fue así es porque tuvo que pasar. Yo solo me
    centraba en intentar devolverle a mi madre todo lo que había hecho por mí en este tiempo.
    Un día mi hermana decidió llamarme y me dijo que había dejado el curro, estaba cansada de
    los mismos aires de siempre y que si me iba con ella de viaje. Yo no dudé en aceptar la
    propuesta, ya que no tenía nada que me atara a Nueva York. Me dijo de irnos a Los Santos,
    empezar una nueva vida juntas como siempre habíamos soñado. Y aquí estoy, a punto de
    montarme en un avión de camino a mi nueva vida…

    Carácter de Keisha: Es una chica muy nerviosa e inquieta, de carácter fuerte. De primeras
    puede resultar chocante debido a que es muy desconfiada con la gente que no conoce, pero
    cuando coge confianza es una persona bastante cariñosa y muy preocupada por el bienestar
    de los suyos. Carece de empatía debido a la serie de acontecimientos que ha tenido a lo largo
    de su vida y puede llegar a ser un tanto agresiva.
    Rasgos físicos: Al tener madre latina y padre afroamericano, Keisha tiene la piel negra. Mide
    164cm y pesa 53 kg. Suele tener el pelo blanco, bastante largo, aunque lo suele llevar
    recogido. Tiene ojos azul claro y la piel muy tatuada.


Accede para responder