Dana Crowell



  • NOMBRE COMPLETO: Dana Crowell.

    EDAD: 30.

    LUGAR DE NACIMIENTO: Liberty City.

    NACIONALIDAD: Estadounidense.

    SEXO: Mujer.

    PADRES: Sofia y Robert Crowel, el padre es de estatura media y algo rechoncho aficionado a los puros y la madre es alta y delgada, le encanta cocinar tartas de manzana.

    APARIENCIA FÍSICA: Chica esbelta, 1.57 de altura con ojos azules, pelirroja y con cresta.

    PERSONALIDAD: Una chica normal, divertida, tajante con los caraduras y muy observadora..

    INFANCIA: Su infancia fue muy buena, estudiaba en los mejores colegios y tenia el amor de su madre que la adoraba.

    JUVENTUD: La juventud de Dana cambió drásticamente cuando falleció su madre y empezaba a ser consciente del trabajo de su padre, eso cambió su forma de ver las cosas.

    ACTUALIDAD: Actualmente se encuentra en una ciudad nueva sin nadie a su lado decidida a encontrar su lugar en el mundo ya que no quiere estar cerca de su familia.

    EDUCACIÓN: Dana tiene titulación universitaria en medicina y unos cuantos años de experiencia como voluntaria en la clínica del pueblo.

    OTROS: Le encanta la lluvia, las motos y un buen polvo de vez en cuando.

    Me llamo Dana Crowell y esta es mi historia:
    Nací a las afueras de Liberty City, en un pequeño barrio donde la prostitución, las drogas y las armas estaban a la orden del día. Mi familia es dueña de un prostíbulo llamado “Las Mimosas”, uno de los mas conocidos y respetados de la zona donde puedes encontrar todo tipo de mujeres procedentes de los rincones más remotos del mundo. Aparte del prostíbulo, mi familia también se dedica a la venta de sustancias; desde lo más básico como puede ser un cogollito de maría hasta drogas experimentales procedentes de oriente.
    Mi infancia fue bastante tranquila, mi padre se empeñó en que mi educación debía ser la mejor y me metió en un colegio privado; lleno de niños pijos que no han visto un barrio turbio ni en las películas, dios como los odio!
    No tenía amigos salvo mi prima y mi fiel compañero gatuno, regalo de cumpleaños de mi madre; fue el último regalo que me dio pues unos meses después de ese día unos hombres la asesinaron por un ajuste de cuentas con mi padre.
    En el colegio de pijos al que iba todos se alejaban de mi con miedo, con el tiempo comprendí que no me temían a mi, si no a mi padre que era un mafioso temido y respetado por todo el barrio. La única vida social que hacía era con mi prima que vivía en Los Santos por lo que no nos veíamos más que en vacaciones de verano pero nos tirábamos hablando todo el santo día; Solo en ella podía confiar.
    Debido a esta situación y tras la perdida de mi madre me pasaba las horas encerrada en mi cuarto acariciando a mi gato y admirando fotografías de todo tipo de motos, escuchando mis grupos favoritos de Rock mientras fantaseaba junto a mi querida prima sobre salir de este maldito barrio. Conforme crecía me iba dando cuenta, cada vez más, de cosas que no me gustaban. Entre ellas mi padre.
    No quería formar parte de una banda de contrabando y trata de blanca, no tenia nada en conta de las drogas y mucho menos de las armas, pero usar a mujeres engañadas haciéndoles sufrir un infierno solo para sacar pasta? lo siento pero no.

    Por suerte salí unos años de aquel infierno que era mi casa y me pude ir a la universidad, había encontrado otra vocación; La medicina. Me fascinaba todo lo relacionado con el cuerpo humano. Tenia un par de compañeros de clase con los que estudiábamos juntos por las tardes y por las noches nos emborrachábamos con juegos típicos y estúpidos de universidad; eran buenos chicos pero demasiado inocentes para mi gusto. Lejos de mi casa pasaba el tiempo volando y cuando me quise dar cuenta ya había terminado la carrera, había conseguido mi titulo en la facultad de medicina y era hora de volver a casa pues muy a mi pesar mi padre no me dejaría estar más tiempo lejos de él.

    Cada vez estaba mas convencida de que aquel no era mi sitio así que empecé a trabajar a escondidas de mi padre en varios trabajos como en gasolineras, dependienta, camarera, cajera ¡hasta repartí panfletos para una panadería! Se llamaba “Polvo Blanco” que resultó ser una tapadera de un laboratorio clandestino de cocaína, en definitiva; trabajaba muchas horas por una miseria, pero poco a poco conseguí ahorrar el dinero suficiente para poder comprarme un billete de avión con destino “Los Santos” para empezar una nueva vida en aquella maravillosa ciudad donde me esperaba mi prima con los brazos abiertos.
    Unos días antes de mi llegada a la ciudad mi prima consiguió un trabajo en Corea del Sur y se marchó por una temporada, nos chafó un poco el plan que teníamos planeado de vivir juntas, hacer el cabra con las motos a altas horas de la noche por la ciudad o pillarnos una cogorza por el mero hecho de pasarlo bien, pero era una gran oportunidad para ella que no podía desperdiciar.

    Estaba entusiasmada, feliz y he de reconocer que un poco asustada también, pero lo había conseguido; Por fin estaba en otra ciudad alejada de mi familia y sus trapos sucios.
    No sé qué me deparará el futuro, pero quiero una nueva vida en esta ciudad. Seguro que tiene muchas oportunidades para mi o aventuras que no me pienso perder!


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