Boris Caimanis



  • Fría y soleada mañana en Khonuu una solitaria región de la Siberia oriental del 1972.
    Irina Ivanova hace su habitual tarea de vigilar el ganado, como ha hecho los últimos 17 años de su vida. Esta vez no esta sola, carga un blanco y sonrojado bebé a su espalda, hace tres meses dio a luz a Boris su inesperado hijo, fruto de un amor tan fugaz como el silbido de una bala.
    Irina lucha todos los días por intentar olvidar al hombre que la guerra le arrebató de su vida, su único consuelo es ese pequeño pelirrojo, prueba candente de que la vida siempre encuentra su camino.

    1986:
    "Boris Caimanis!" Grita la profesora de la pequeña escuela donde nuestro muchacho empieza a decidir que camino tomar.
    Boris como de costumbre mira por la ventana pensando en el día en el que consiga reunir dinero para un billete de avión, quiere ir lejos, muy lejos.
    "El director quiere verte Boris" Dice la profesora con un tono triste.
    Nuestro curioso muchacho vuelve a tomar contacto con la realidad y asiente con la cabeza mientras se levanta decidido al despacho del director...

    Boris sabia muy bien que el estado de salud de su madre no estaba bien desde los últimos tres años, por eso tenía que vivir en la cabaña de su tío Sasha. Dicen que no hay mal que por bien no venga, pues a causa de las circunstancias, el joven Boris era el muchacho de 14 años más espabilado en mil kilómetros a la redonda. Sasha le había enseñado todo lo que necesitaba saber para sobrevivir en las frías y hostiles tierras de Khonuu.

    "Tu madre ha muerto" dijo Viktor Hovel el viejo director en un tono tan sereno pero a la vez frío, que lo único que supo hacer nuestro triste chico fue levantarse de la silla y caminar. Esta vez iba a tomar un camino largo, sin mirar atrás.

    1889:
    Tras cien fronteras y cien viajes cansado y sucio Boris llega a puerto. Los Santos, Estados Unidos de América, después de muchos años escuchando y leyendo propaganda de la decadente Unión Soviética, que tanto daño ha hecho a su gente. El joven siberiano decide que es una buena opción apostar por un futuro en la potencia mundial que le plantó cara a su natal Rusia.

    Boris ha aprendido algo de inglés después de deambular por Europa durante estos duros años viviendo de trabajos poco ideales.

    "Hey zanahorio!" Le grita hombre apoyado en un contendor comercial. Boris se acerca al tipo algo desconfiado, pero él siempre piensa que puede sacarle provecho a todas las personas.

    Unos meses mas tarde:
    Desde que el viejo Lincoln le propuso ese trabajo en Paleto a Boris le ha ido bien, gana un puñado de dólares al mes, suficiente para ahorrar y convivir con los salvajes americanos de esta zona arenosa de la isla.
    Nuestro chico no puede quitarse de la cabeza la carta que su madre le dio en su décimo cumpleaños, solo había una foto de su padre y la matricula de un vehículo americano. Las insaciables ganas de Boris de llegar hasta el fondo del asunto le habían llevado hasta la otra punta del mundo...

    Año 2000:
    Boris Caimanis ya es todo un americano adaptado a la intensa y calurosa vida de Paleto Bay, hace unos años que se encarga de revisar correctamente el funcionamiento de una humilde empresa de mercaderías, dirigida por José Habichuela el padre de su gran y verdadero amigo Josito, el mismo que hace dos años le da clases de guitarra flamenca, pues Josito es un fiel devoto del maestro Español Paco de Lucía.
    Boris había dejado olvidada la carta de su madre desde hacía ya mucho tiempo, hasta esa mañana en la que Josito le dijo "A pues perro acompáñeme al desguace wey".

    En aquel antiguo y polvoriento desguace de mala muerte Boris no podía creer lo que veían sus ojos. Aquella matrícula a la que tantas vueltas le había dado, pero nadie le había sabido decir su procedencia, allí estaba, medio oxidada y cubierta en polvo del desierto.
    La agarró inmediatamente y la limpió con la manga de su chaqueta bomber roja de cuero. "ICK 1949", Igor Caimanis Kuznetsov 1949, las iniciales de su padre y su año de nacimiento, en la foto nunca supo bien que ponía por la pobre calidad de la cámara antigua, pero allí estaba.
    Completamente atónito, sin palabras Boris sintió que tenía un propósito de nuevo y sabía que de una manera u otra iba a llegar hasta el fondo del enigma que tantos años llevaba en la sombra...

    2021:
    Josito echa de menos a su gran amigo de pelo cobrizo ,desde que desapareció ha sido incapaz de encontrarlo, su guitarra barata ya no da ni una nota y la chaqueta roja ha perdido su color...
    Se escucha el rugido un motor antiguo en la carretera solitaria de detrás de la casa, los ojos de Josito brillan sabe que algo pasa, ese sonido solo significa una cosa y piensa salir a averiguarlo.


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