Pedro LaPiedra Blanca



  • Nombre: Pedro LaPiedra Blanca
    Edad: 25
    Lugar de nacimiento: Bufalo, NY
    Nacionalidad: EEUU
    Padres: Madre trabajadora, amable, padre trbajador,
    Apariencia física: Estatura 1.98M, ojos cafés, tez morena y pelo negro
    Peso: 70
    Altura: 1.85 cm
    Personalidad: Personalidad explosiva, jamás se sabrá como reaccionara , es bastante inseguro, le cuesta bastante saber en quien confiar o no , ya que piensa que le estan tomando el pelo
    Educación: Graduado en ESO, licenciado en artes marciales,

    Pedro Lapiedra Blanca , 15 de septiembre del 1995

    Me crié en Búfalo (Nueva York). Nací de una pareja de mendigos. Fui abandonado en una caja de frutas. Afortunadamente una pareja de jóvenes españoles de Las Islas Canarias de 20 años Raquel Blanca Suarez y Aitor Lapiedra García me encontraron. Se ganaban la vida en el mundo de la hostelería y siendo jóvenes, también les gustaba salir de fiesta. Una de esas noches, oyeron un llanto y me encontraron .

    Siempre crecí sabiendo la verdad y muy agradecido del gran esfuerzo que supuso para mis padres hacerse cargo de mí. Eran jóvenes y asumiendo la responsabilidad de criarme, tuvieron que trabajar mucho más, organizarse bien y hacer frente a todos los temas legales para poder adoptarse oficialmente. Teníamos una vida sencilla, eran trabajadores y asumiendo su responsabilidad dejaron la vida nocturna.

    Cuando tenía unos ocho años en el año 2007 , nos mudamos de ciudad. Aunque económicamente estábamos muy bien , nunca nos faltó de nada dado a que mis padres eran muy trabajadores y en casa se respiraba un ambiente tranquilo, el barrio en el que vivíamos era pobre y habían muchas peleas, drogas... A menudo escuchábamos disparos por la noche y la mayoría de los vecinos tenían miedo por las noches ya que en cualquier momento podían entrar en cualquier casa a robar . La gran mayoría llevaban armas para protegerse o para resolver problemas.

    Al cumplir la mayoría de edad, yo también quería llevar algun arma para proteger ami y ami familia , pero mi familia no estaba por la labor. Mis padres pensaban que si no hacía daño a nadie, nadie me haría daño a mí. No entendían que yo solo quería sentirme protegido. Ante mi insistencia, mis padres me dejaron aprender artes marciales siempre que mis calificaciones en la escuela fueran buenas y con el compromiso de que nunca utilizaría esa enseñanza en ninguna ocasión que no sea para defenderme .
    Un día estaba entrenando y sin querer, le dí una patada a mi compañero en la nariz. Le hice una lesión mucho más grave de lo que pensé al principio. Me sentía culpable y empecé a preguntarme si debería seguir practicando artes marciales.

    En realidad, mis padres me tranquilizaron. Descubrí que eran muy comprensivos y querían que me sienta bien. Tenían claro que solo fue un accidente ya que mi intención no era lesionar. Seguí pues con los entrenamientos trabajando todavía más el dominio y autocontrol. Tanto la educación de mis padres como la formación en artes marciales, me obligó a ser disciplinado desde muy joven.

    entré en ese mundo de las artes marciales cuando tenía 15 años y lo estuve practicando alrededor de 8 años,
    durante esos años entrena ocho horas al día, seis días a la semana. Además, todas las semanas dedicaba mas de 5 horas a repasar mentalmente técnicas y movimientos y a ver vídeos para mejorar. Me encantaba entrenar con los ojos vendados. De un solo golpe, podía partir tablas y ladrillos con la mano. Llegué a ser uno de los mejores y gané varias competiciones.

    En el año 2018 me gradué y pensé en entrar en una academia para ser policía, investigador o algo en esa línea. Según fui creciendo sentía la necesidad de encontrar la respuesta a mis preguntas. ¿Cómo unos padres pueden llegar a abandonar a un hijo?

    Ya de adulto y con trabajo, pedí que me destinarán a la ciudad donde mis padres me encontraron(Bufalo-New York ). Estando en el departamento de narcos, me infiltré como vagabundo. A la vez que cumplía mi misión para desmantelar una red de narcotráfico importante, conocí a personas desafortunadas y hundidas en la miseria con demasiados problemas y víctimas de muchísima injusticia que no tenían ni para comer. También había un colectivo que habían decidido tener ese estilo de vida y no aspiraban a más.

    Cerrado el caso de mi misión laboral, encontré respuesta a mis preguntas. Llegue a la conclusión que quienes me abandonaron lo hicieron porque sabían que no podían ofrecerme una buena vida. Desistí de saber quiénes podían ser mis verdaderos . En mi corazón mis verdaderos padres, son quienes me han dado una educación y mantenido durante tantos años.

    Pedí de nuevo el traslado a Canarias, ciudad natal de mis padres, en la cual estaban ahora viviendo . Al regresar a casa me sentía satisfecho por la experiencia que había vivido en el departamento de narcos e infiltrado de vagabundo.
    En el verano del 2019 decidí alistarme a las Fuerzas Armadas Españolas , eso me ayudó a sociabilizarme y dio lugar a conocer y relacionarme con mucha gente ya que dada a mi inseguridad es algo que se me hace dificil , con quien más me entendía era con mi compañero de litera y camarada Alberto Ortiz, dado a que el tambien era adoptado , empatizamos mucho y eso dio lugar a una gran amistad, para mi eso de tener amigos era algo nuevo. ya que jamás tuve alguien en quien confiar, no llevábamos más de un año en las Fuerzas Armadas , cuando nos destinaron al desierto de Malasia , mientras montábamos el campamento 5 camiones de las fuerzas armadas de Pakistán nos bombardearon y tirotearon , a lo que Alberto fue a socorrer a nuestro brigada unos encapuchados lo secuestraron, decidí correr tras el furgón pero me alcanzaron unas cuantas balas, a lo que quede inconsciente, teniendo como última imagen la cara de mi único amigo Alberto luchando por su libertad, desperté en una playa sin ninguna de mis pertenencias, dispuesto a encontrar a mi único amigo, y empezar una nueva vida


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