Biografia P.J (Santiago_Alberdi)



  • 📖 Historia de Santiago Alberdi

    Santiago Alberdi nació en Mendoza, Argentina, un 16 de junio de 1998. Desde muy chico mostró una pasión incontrolable por los autos. Con apenas 8 años, se subió por primera vez a un karting en un circuito local, y desde ese momento el rugido de un motor pasó a ser parte de su vida.

    Durante más de una década fue escalando categorías en el automovilismo argentino, hasta llegar a cumplir uno de sus mayores sueños: correr en el Turismo Carretera, donde compitió hasta los 24 años. Su estilo de manejo agresivo pero preciso lo convirtió en un piloto respetado en las pistas, y muchos decían que tenía futuro para llegar a lo más alto.

    Sin embargo, su carrera se vio truncada de manera repentina. Una lesión crónica en la muñeca derecha empezó a provocarle dolores insoportables que le impedían mantener el control en largas carreras. Tras varias operaciones fallidas y rehabilitaciones interminables, Santiago tuvo que aceptar lo que más temía: retirarse prematuramente de la competición profesional.

    Con su mundo derrumbado, necesitaba una nueva dirección. Sus padres no veían con buenos ojos que siguiera insistiendo con los autos y lo presionaban para que buscara “algo más estable”. En contraste, sus abuelos fueron quienes le tendieron la mano y lo apoyaron económicamente para que pudiera perseguir un nuevo comienzo.

    Fue así como, a los 27 años, Santiago tomó la decisión de mudarse a Los Santos. Su objetivo no es otro que encontrar un lugar en el ambiente automovilístico de la ciudad: ya sea trabajando como mecánico especializado en competición, participando en carreras ilegales callejeras, o incluso intentando rearmar un futuro como piloto en cualquier circuito que se lo permita.

    Aunque carga con la frustración de haber perdido su carrera profesional, Santiago mantiene intacta su determinación y amor por los motores. Ve en Los Santos una ciudad llena de oportunidades, riesgos y velocidad, donde tal vez pueda recuperar lo que alguna vez le quitó la vida: la adrenalina de correr.


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