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Edad: 23 años Fecha de nacimiento:31 de Julio de 2001. ( España, Granada ) Altura: 1.87
DESCRIPCIÓN FÍSICA:
Adriano Auditore es un tipo de una altura más que notable, un físico muy bien conseguido gracias a la vida activa que lleva, que no engañe su escaso pelo ya que tiene una personalidad muy potente a la vez que pacifica. Tiene varios tatuajes en en pecho, brazos, espalda, abdomen y cuello. Cabe recalcar que siempre va con su gorra roja que lo caracteriza.
TATUAJES:
El brazo derecho simboliza sus orígenes en granada, el brazo izquierdo simboliza su carácter guerrero, el pecho simboliza el respeto que se necesita en la vida, el abdomen simboliza que no teme a la muerte, el cuello simboliza la vida callejera desde la adolescencia y por último la espalda simboliza el camino que sigue en la vida.
HABILIDADES:
Tiene mucha labia, es decir sabe hablar con todo el mundo y llevarlos a su terreno.
Una capacidad física superior a la habitual que le permite una mayor resistencia, fuerza y velocidad.
Su dilatada experiencia en la ciudad le permite conocer todos los callejones y lugares por los que escapar en caso de necesitarlo.
DEBILIDADES:
Su apariencia física no es más que una coraza para ocultar unas carencias afectivas por la pérdida de sus padres que le hacen ser muy agresivo.
A la par que agresivo, por la educación que se le dio es muy empático algo que en ciertos momentos no es lo mejor.
Tiene una pequeña adicción a la marihuana y drogas varias, que milagrosamente no afecta a su organismo.
No es muy difícil ganarse su confianza, en cambio si traicionas la misma nada volverá a ser lo mismo
CONDUCTA PSICOLÓGICA:
A menudo resuelve los problemas con violencia si la persona no se muestra colaborativa.
Es muy social, y tiene un gran sentido de la justicia.
CONDUCTA FÍSICA:
Es muy ágil, tiene mucha resistencia, velocidad y fuerza.
Su extensa experiencia en la ciudad le ha llevado a manejar con mucha habilidad todo tipo de armas.
Aunque no lleve un estilo de vida respetable, eso lo compensa con un día a día movido..
INFANCIA Y ADOLESCENCIA
En el corazón de Granada, entre las callejuelas estrechas del Albaicín y las vistas eternas de la Alhambra, nació Adriano Auditore, un niño de ojos oscuros y mirada profunda. Su familia vivía en una casa antigua, encalada y con un patio interior lleno de naranjos. Su padre, Lorenzo, era restaurador de arte y trabajaba en los frescos de iglesias olvidadas. Su madre, Sofía, enseñaba literatura en la Universidad de Granada. Adriano creció entre libros polvorientos, pinceles viejos y cuentos que hablaban de héroes y ruinas. Su infancia fue feliz, serena, rodeada del eco de las guitarras flamencas y el perfume de los jazmines.
Pero todo cambió un 14 de octubre, cuando él tenía 12 años. Una mañana, mientras desayunaban en el patio, sus padres le dieron un beso apresurado y salieron rumbo a una conferencia en Sevilla. Nunca llegaron. Un camión descontrolado en la autovía A-92 los arrebató de su camino… y de la vida de Adriano. El silencio que dejó su ausencia no fue solo emocional. La casa también se enmudeció. Las paredes dejaron de susurrar historias, las luces se atenuaron, y el aire se volvió más pesado, como si la Alhambra misma llorará por ellos. Adriano fue llevado a vivir con su tía Carmen, una mujer amable pero distante, que vivía en un piso frío cerca del Zaidín. Cambió el sonido de los pájaros por el ruido de los coches, los cuentos por las noticias, y las sonrisas por el vacío. Pasaron los años, y Adriano se convirtió en un adolescente reservado, pero con una determinación feroz.
Una noche, mientras caminaba por el Sacromonte, encontró un libro antiguo con el nombre "Auditore" grabado en la cubierta. Estaba cubierto de polvo y marcas que parecían no ser de este tiempo. A partir de ese momento, empezó a descubrir cosas sobre su linaje que no imaginaba. Secretos familiares y una conexión con algo mucho más grande que una simple tragedia. Adriano ya no era solo un niño huérfano era el descendiente de una influyente familia italiana.
ITALIA
Posterior a este descubrimiento pasan un total de 4 años en los que Adriano se empieza a encurtir, conoce un grupo de personas del bajo mundo que le enseñan los secretos más oscuros de los barrios bajos de Granada a la vez que a sobrevivir y ganar dinero de la manera que menos esperaba. Rápidamente se metió en varios trapicheos ahorrando así varios miles de euros. Al cumplir los 16 años abandonó toda su vida en España para buscar una nueva etapa en Italia junto a su familia. El avión aterrizó en Sicilia, una isla perteneciente a Italia, donde por lo que había investigado, era donde se asentaba la familia Auditore. Durante varias semanas, Adriano vivió en un hostal cerca de la costa, donde cada día investigaba por toda la isla información de la familia Auditore.
Un día inesperado, Adriano iba andando por la calle como de normal, pero una furgoneta 4x4 lo secuestró y lo llevó a una mansión donde lo metieron en una sala completamente oscura. A las pocas horas de estar ahí, una figura apareció en la puerta con un sombrero y un acento completamente italiano, no entendía mucha cosa. Iniciaron una conversación en la cual Adriano le explicó que era un Auditore, nombró a su padre, abuelo, madre y varios miembros de la familia. Al escuchar los nombres la expresión de aquel hombre cambió por completo y le dio dos besos en la mejilla a Adriano. Con una voz suave le dijo “ Benvenuti a casa fratello “
Los próximos 5 años fueron muy básicos, conocer la isla, los negocios de la familia, aprender a hacer cosas que nunca había hecho. Pero un buen día, cuando Adriano ya cumplía 21 años, se tuvieron que ir de urgencia, a establecer un nuevo negocio con una nueva familia italiana también pero esta vez en terreno desconocido, Los Santos.
ACTUALIDAD
Su estancia ahí no fue gran cosa, robo a avionetas, vehículos, buscar barriles perdidos, contenedores no es la gran cosa, pero ya se estaban empezando a labrar un nombre en la ciudad, ya se empezaba a hablar de Figli Del Silenzio, de la unión de la familia Fiore y Auditore. Pero un fatídico día, un conflicto que se les fue de las manos acabaron con la vida de toda la familia dejando a Adriano nuevamente huérfano que no lidio en el conflicto porque tenía otro negocios pendientes de la familia. Pero todo eso daba igual, otra vez se había quedado solo.
Tras varias semanas sin rumbo conoció un grupo de gente que le recordaba mucho a su viejo grupo de Granada. Hacían las mismas cosas, le vinieron recuerdos de aquella época. Adriano siempre con su gorra roja que le caracteriza se ganó el respeto de esa gente que se hacía llamar The Mostoles.