James Txurdi



    • NOMBRE COMPLETO: James Txurdi

    • EDAD: 23 años

    • LUGAR DE NACIMIENTO: El Centro Médico Central Los Santos

    • NACIONALIDAD: Estadounidense

    • SEXO: Masculino

    • APARIENCIA FÍSICA: Tez blanca, ojos un poco achinados de color verde, pelo con rulos

    Biografia:
    James Txurdi nació en Los Santos, en el Centro Médico Central, una ciudad que nunca le dio tregua. Su infancia fue difícil, marcada por la pérdida y la indiferencia. Su madre, Carla Drake, lo abandonó cuando apenas era un niño, sumida en una crisis personal y económica. Su padre, David Txurdi, un ingeniero civil venido a menos, se refugió en el alcohol y el resentimiento. James creció solo, sin guía, sin afecto, aprendiendo a sobrevivir en una ciudad que te enseña a morder antes de que te muerdan.

    Desde joven, mostró talento para la tecnología. Su primer acercamiento no fue con fines nobles, sino como necesidad. Con una computadora vieja que un vecino le vendió por partes, aprendió a forzar contraseñas, falsificar documentos y modificar sistemas básicos. No era por ambición, era por hambre. Comenzó a moverse en ambientes turbios, haciendo trabajos digitales para gente que prefería no hacer preguntas.

    Durante su adolescencia, trabajó en Buzztep, un taller mecánico con más tratos ilegales que autos reparados. Aunque su rol era técnico, James aprendió a moverse entre criminales, a entender los códigos no escritos de la calle y, sobre todo, a desconfiar de todos. Vio de cerca la traición, la codicia y la miseria humana. Su talento lo salvó de muchas, pero su carácter cerrado y reservado lo dejó solo en otras tantas.

    Su hermana mayor, Lily, había intentado ser la luz en su vida. Estudió biología marina y quiso alejarlo del ambiente en el que se estaba hundiendo. Pero un accidente la mató antes de poder lograrlo. Ese fue el punto de quiebre. James se hundió por completo. Perdió el rumbo, se volvió frío, distante, desconectado de cualquier cosa que tuviera que ver con principios o valores. Por años vivió al margen, haciendo trabajos sucios, vendiendo su conocimiento al mejor postor, sin importarle las consecuencias.

    Pero con el tiempo, esa vida le empezó a pesar. No porque tuviera remordimientos por lo que había hecho —los tenía—, sino porque empezó a notar lo que había perdido: el sentido de pertenencia, la confianza en alguien, la posibilidad de construir algo verdadero.

    Cansado de las traiciones, del dinero sucio que no llenaba nada, y de la paranoia constante, James empezó a buscar algo diferente. No una vida "limpia" en el sentido tradicional, pero sí una donde pudiera usar lo que sabía para algo más que su beneficio personal. Quería formar parte de algo real, con gente leal, que compartiera un código aunque no fuera el de la ley.

    No buscaba redención inmediata, pero sí propósito.

    Hoy, con 23 años, James Txurdi es un hombre marcado por sus errores, pero no destruido por ellos. A pesar de todo, aún tiene principios enterrados bajo las capas de desconfianza. Está listo para formar parte de algo más grande, con personas en las que pueda confiar, que no lo vean como una herramienta, sino como un igual. No le interesa el poder por el poder. Lo que realmente quiere es lealtad, unidad y la posibilidad de que su historia no termine como empezó: solo y sin rumbo.

    Sabe que no puede cambiar el pasado, pero aún puede elegir qué hacer con lo que le queda por delante.


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