Blake Peres [AN][LSPD]



  • Nombre completo: Blake Peres
    Edad: 23 años
    Sexo: Masculino

    Padres:

    Padre: Ricardo Peres, exmilitar retirado del ejército – fallecido

    Madre: Elena Vargas, trabajadora social comunitaria – viva

    Infancia:
    Blake nació en El Burro Heights, una zona obrera al este de Los Santos, marcada por el abandono institucional, la violencia callejera y la constante presencia de bandas. Su padre, Ricardo, era un veterano de guerra con una visión rígida del mundo, que intentó criar a Blake bajo valores de disciplina, respeto y autosuficiencia. La madre, Elena, trabajaba en programas de reinserción juvenil, luchando a diario contra el sistema y los entornos que absorbían a los jóvenes.

    Desde pequeño, Blake entendió la diferencia entre el bien y el mal, no por los discursos, sino por la realidad de las calles. Vio caer a amigos, hermanos de barrio, por decisiones mal tomadas. Su padre, aunque ausente emocionalmente, le enseñó a mantener la cabeza fría y la espalda recta. Su madre le inculcó la empatía, incluso en los entornos más duros.

    Adolescencia:
    A los 16 años, Ricardo falleció por complicaciones relacionadas con el estrés postraumático. Con su figura paternal ausente, Blake sintió la presión de las calles, pero resistió el empuje de los caminos fáciles. Nunca fue perfecto: se metió en peleas, fue detenido por conducta desordenada y estuvo cerca de cruzar la línea más de una vez. Sin embargo, una intervención directa de su madre y un oficial comunitario que creyó en él le dieron una última oportunidad: completar un programa de voluntariado con la policía local.

    Fue allí donde descubrió su vocación. La estructura, el propósito y el impacto real de servir marcaron su visión del futuro. Se enfocó en terminar sus estudios, entrenar duro y prepararse para un camino profesional en las fuerzas del orden.

    Actualidad:
    Hoy, con 23 años, Blake busca formar parte de Los Santos Police Departament para devolver a su comunidad lo que otros le dieron: guía, ejemplo y oportunidades reales. No es perfecto, y no lo oculta. Lleva consigo cicatrices, errores y experiencias que lo hacen entender tanto al criminal como a la víctima.

    Su enfoque es claro: trabajar con firmeza, actuar con justicia y mantener la integridad por encima de todo. Sabe lo que hay al otro lado del uniforme, y eso lo convierte en alguien que no subestima a nadie, pero tampoco duda al actuar.


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