DARRELL BISHOP



  • NOMBRE COMPLETO: Darrell Bishop

    EDAD 22

    LUGAR DE NACIMIENTO: Los Ángeles, California

    NACIONALIDAD: Estadounidense

    SEXO: Masculino

    PADRES: John Bishop - Ana Beckman

    APARIENCIA FÍSICA: Tiene una altura aproximada de 1.72 , su tono de piel es tono oscuro, al igual que su pelo, sus ojos con un café oscuro, un peso aproximado de 158 libras.
    No tiene mucha masa muscular, pero si los músculos marcados, dada su constitución y poco porcentaje de grasa.

    PERSONALIDAD: Mantiene una actitud callada frente a desconocidos, pero a la vez muy sociable. Se fija mucho en los detalles, expresiones y movimientos de la gente, le gusta observar todo de arriba a abajo.
    Tampoco es agresivo, siempre espera a que la otra persona de el primer paso.
    Le gusta hacer ejercicio en exceso, o por aburrimiento. Siempre que sale algún partido de Basket se apunta para darlo todo.
    Desde siempre le gustan los coches, al igual que las motos, la velocidad y el rugir de los motores, le viene de familia.

    HISTORIA:

    **Me llamo Darrell Bishop. Nací un 9 de abril en Los Ángeles, California, pero hace unos años me mudé a Los Santos. Tengo 22 años, no hay un solo día en que no piense en motores, velocidad y el sonido de una máquina encendida como debe ser: fuerte, agresiva, viva.

    Crecí entre fierros, aceite y humo de escape. Mi viejo era mecánico, de esos que no necesitaban planos para entender un motor, y mi madre trabajaba en una tienda de piezas para motos. Entre ellos me enseñaron que los vehículos no son solo máquinas, son extensiones de uno mismo. Si estás roto por dentro, tu motor lo siente. Si estás al cien, lo vas a escuchar rugir con el alma.

    Mido 1.72, peso unas 158 libras. No soy de esos que viven para lucir músculos, pero me gusta entrenar. Tengo el cuerpo marcado por la costumbre, por moverme, por no quedarme quieto. A veces hago ejercicio por necesidad, otras solo por aburrimiento. También me gusta el basketball, aunque no lo ande diciendo por ahí. Me ayuda a desconectar, a soltar la mente mientras me concentro en el ritmo del balón.

    No hablo mucho con gente que no conozco. Prefiero observar primero, ver cómo se mueven, cómo miran, cómo respiran incluso. Aprendí que las personas mienten con palabras, pero no con gestos. Sin embargo, si alguien se me acerca con buenas vibras, me vuelvo sociable rápido. No tengo problema en hablar, en compartir, en reír… solo no soy de dar el primer paso.

    Desde que tengo memoria, me enamoré de los motores. Armé mi primera moto con piezas viejas que encontré con mi padre. Era una Suzuki destrozada, pero la levantamos entre los dos. Ese fue el momento en que supe que lo mío era esto. Motos, coches, carreras… la velocidad me hace sentir libre, como si el mundo se quedara atrás y solo quedáramos yo y la máquina.

    Hoy, con 22 años, estoy en un punto donde quiero algo más. Quiero encontrar a gente como yo. Personas que entiendan lo que se siente apretar el acelerador hasta el fondo, que valoren más el rugido de un buen motor que una fiesta llena de ruido falso. No busco fama, ni competir por trofeos de plástico. Busco conexiones reales, respeto en la pista y fuera de ella. Quiero construir algo con los que compartan esta pasión.

    No sé exactamente dónde me llevará este camino, pero una cosa sí sé: la próxima curva me está esperando. Y cuando llegue, quiero que el motor grite conmigo.


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