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Padre: John Hollister Edad al fallecer: 42 años Lugar de nacimiento: Bozeman, Montana Profesión: Guardabosques federal Personalidad: Justo, íntegro, sereno
John Hollister nació en una familia de granjeros de Montana, donde desde chico desarrolló un profundo respeto por la vida y la naturaleza. Se unió al Servicio Forestal de los Estados Unidos y trabajó como guardabosques federal, donde patrullaba áreas remotas, cuidando tanto el medio ambiente como a quienes lo visitaban.
John era un hombre de principios firmes y corazón generoso, muy querido entre sus compañeros. Durante una patrulla, fue herido gravemente al intentar auxiliar a un grupo de senderistas perdidos durante una tormenta. Murió por la falta de atención médica a tiempo, un hecho que marcó profundamente a su hijo Gael, quien presenció el suceso y comprendió, desde ese instante, lo frágil que puede ser la línea entre la vida y la muerte.
Madre: Emily Carter Hollister Edad actual: 58 años Lugar de nacimiento: Helena, Montana Profesión: Enfermera retirada Personalidad: Compasiva, fuerte, reservada
Emily creció en un pequeño pueblo montañés y desde joven encontró su vocación en la enfermería. Trabajó en clínicas rurales, atendiendo desde partos hasta emergencias. Fue precisamente en una campaña de salud comunitaria donde conoció a John.
Tras la muerte de su esposo, dejó la enfermería para dedicarse por completo a su hijo. A través de su ejemplo de entrega y resiliencia, sembró en Gael una fuerte empatía y respeto por quienes dedican su vida a sanar. Fue su mentora emocional y la voz que siempre le recordó que ayudar a los demás también es una forma de hacer justicia.
Gael Hollister tiene una presencia firme y reconfortante. Mide 1,83 m, de complexión atlética, con brazos fuertes y espalda recta. Sus años de entrenamiento en emergencias médicas y primeros auxilios se notan en su resistencia física, pero también en su postura siempre alerta.
Tiene el cabello castaño oscuro, corto y prolijo, una ligera barba de varios días y ojos de un azul grisáceo que transmiten calma y seguridad. Su piel, clara pero curtida por años de trabajo en el exterior, lleva algunas marcas de experiencias pasadas.
Su atuendo habitual incluye pantalones cargo, camisetas lisas y chaquetas de rescate. Lleva consigo un estetoscopio en el bolsillo interior, un pequeño botiquín portátil en la mochila, y un reloj de pulsera que pertenecía a su padre, al que nunca le cambió la correa.
Gael es una persona tranquila, observadora y de palabra justa. No es extrovertido, pero sabe cómo calmar una situación tensa con una sola frase. Prefiere actuar antes que hablar, y rara vez pierde el control.
Tiene un profundo sentido del deber y un deseo genuino de salvar vidas. No se deja llevar por el caos, y en situaciones críticas su mente se vuelve analítica y precisa. Posee una gran compasión, pero no es ingenuo: sabe que en el mundo real, a veces, no todos pueden salvarse, aunque lo intente con todo su ser.
Nunca se jacta de sus logros y evita los elogios. Para él, la verdadera victoria es ver a alguien salir del hospital caminando.
Gael creció en una cabaña cercana al bosque, rodeado de árboles, animales y aire puro. Pasaba los días jugando al aire libre y ayudando a su madre en tareas básicas de enfermería: desde tomar la temperatura hasta aprender a hacer un vendaje.
Pero su niñez dio un giro doloroso a los 10 años. Mientras acompañaba a su padre en una patrulla, una tormenta los sorprendió en plena montaña. Un desprendimiento dejó herido a John, y aunque Gael hizo todo lo que pudo, la ayuda médica tardó demasiado. Ver morir a su padre sin poder hacer más lo marcó para siempre.
Desde ese día, se prometió que dedicaría su vida a evitar que otras familias pasaran por lo mismo. La medicina se convirtió, más que en una vocación, en una misión personal.
En Denver, ya adolescente, Gael se volvió metódico y resiliente. Mientras sus amigos jugaban, él asistía a talleres de primeros auxilios, brigadas juveniles de rescate y simulacros de emergencias médicas.
Estudió anatomía por su cuenta, leía manuales de respuesta ante desastres, y ayudaba como voluntario en campañas de donación de sangre o vacunación. También entrenaba en defensa personal para poder proteger a otros si la situación lo requería.
Aunque su círculo social era pequeño, tenía un gran respeto entre compañeros y docentes. Era el primero en ofrecer ayuda, y el último en rendirse ante una situación difícil.
Gael ingresó a la Universidad de Colorado en Boulder, donde se graduó en Ciencias de la Salud con especialización en Emergencias Médicas. Durante sus años universitarios, participó en el equipo de paramédicos voluntarios del campus y fue parte del cuerpo de respuesta rápida ante catástrofes naturales.
Posteriormente, se formó en la Academia Nacional de Servicios Médicos Tácticos, donde aprendió a operar bajo presión en zonas de alto riesgo. Allí combinó conocimientos clínicos con entrenamiento físico y táctico, y se graduó con distinciones.
Hoy en día, Gael trabaja como paramédico especializado en rescate de montaña y entornos urbanos complejos. Su motivación sigue siendo la misma: que nadie más tenga que perder a un ser querido por falta de asistencia.