ALEJANDRO URUEÑA



  • NOMBRE COMPLETO: Alejandro Urueña
    EDAD: 25 años
    LUGAR DE NACIMIENTO: Bogotá, Colombia
    NACIONALIDAD: Colombiano
    SEXO: Masculino

    PADRES:
    Michael Urueña y Sarah Collins
    Ambos padres son estadounidenses, oriundos de Texas y Chicago, respectivamente. Michael, exmilitar retirado del ejército de EE. UU., siempre inculcó valores de disciplina, respeto y servicio. Sarah, enfermera de urgencias, fue una figura de estabilidad emocional para Alejandro. A pesar de que Alejandro nació en Bogotá, Colombia, sus padres lo llevaron a vivir a Estados Unidos siendo apenas un bebé. Toda su formación, experiencias y carácter se forjaron en suelo estadounidense, aunque nunca perdió su vínculo con sus raíces colombianas.

    APARIENCIA FÍSICA:
    Mide 1.78 metros, de complexión atlética gracias a su entrenamiento constante. Su piel es trigueña clara, con rasgos fuertes y mandíbula marcada. Ojos marrones oscuros, cabello negro corto y barba perfectamente recortada. Su porte es sobrio y profesional, siempre viste con sencillez pero proyectando autoridad. Su mirada transmite firmeza, y cuando está en silencio, impone respeto sin necesidad de levantar la voz.

    PERSONALIDAD:
    Alejandro es reservado, centrado, y maduro para su edad. Tiene una determinación fría y calculada, pero detrás de esa fachada hay una empatía profunda, especialmente hacia quienes respetan su espacio. Es extremadamente disciplinado, herencia directa de su padre militar. No soporta la injusticia ni la mediocridad. No le gusta hablar de sí mismo, pero escucha con atención. Es leal, resistente, y mentalmente fuerte, alguien que siempre está listo para adaptarse sin rendirse.

    INFANCIA:
    Aunque nació en Bogotá, sus padres se mudaron con él a Estados Unidos cuando tenía apenas seis meses. Creció en un barrio residencial de Dallas, Texas, en un entorno seguro pero con retos personales. Su padre fue estricto pero justo, exigiendo siempre lo mejor de Alejandro, mientras que su madre fue la voz calmada en medio del rigor. Desde niño se sintió diferente: era colombiano, pero vivía como cualquier otro estadounidense. Aprendió inglés primero que español, pero su madre siempre le recordaba de dónde venía.

    Su infancia estuvo marcada por la exigencia. No había excusas en casa: si empezaba algo, lo terminaba. Participó en deportes, entrenamientos y talleres extracurriculares. Nunca se rindió, incluso cuando sentía presión. Desde joven se interesó por la seguridad, la justicia y la estructura.

    JUVENTUD:
    En la adolescencia, Alejandro siguió el camino del orden. Ingresó a programas juveniles de defensa civil, y trabajó medio tiempo en seguridad privada mientras estudiaba. No se dejó llevar por el ambiente relajado de sus compañeros. Él era distinto. A los 19, obtuvo certificaciones en vigilancia, primeros auxilios, y defensa personal. Su vida era clara: entrenar, estudiar, trabajar. Su admiración por la vida militar creció con los años. Veía en el uniforme no solo respeto, sino propósito.

    Durante este tiempo, también comenzó a buscar su identidad: era colombiano de sangre, pero gringo de crianza. Esa dualidad le enseñó a no encajar en ningún molde, y más bien construir el suyo propio.

    ACTUALIDAD:
    Hoy, a sus 25 años, Alejandro trabaja como guardia de seguridad en un complejo residencial en Florida. Es respetado, eficiente y siempre cumple. Pero no es su meta final. Está en proceso de enlistarse en el Ejército de los Estados Unidos. Se prepara todos los días: entrenamiento físico, control mental, y lectura de manuales tácticos. No busca ser militar por violencia, sino por vocación. Siente que servir le dará un propósito más grande que él mismo.

    Aunque vive en EE. UU., aún conserva sus raíces colombianas. Habla español con fluidez, aunque con acento, y planea visitar su país de nacimiento algún día, no como turista, sino como un hombre completo.

    EDUCACIÓN:
    Finalizó sus estudios secundarios en Estados Unidos con honores en disciplina y comportamiento. Posteriormente realizó múltiples cursos técnicos en seguridad, prevención de riesgos, defensa táctica y liderazgo en situaciones de crisis. También ha tomado cursos autodidactas sobre geopolítica, estrategia militar y ética operacional.


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