historia de personaje Alexx_Rodriguez



  • Alejandro “Alexx” rodriguez nació el 6 de marzo de 2001 en el barrio de Davis, al sur de Los Santos, en una de las zonas más golpeadas por el crimen y la pobreza. Fue criado por sus padres, Gabriel Reyes y Lucía Morales. Gabriel era un mecánico honesto, de manos llenas de grasa y corazón noble, que trabajaba largas jornadas en un taller cerca del puerto. Su madre, Lucía, era enfermera en el turno nocturno del hospital de Central Los Santos, conocida entre sus vecinos por su voz suave y su capacidad de calmar hasta al más duro de los pacientes. Eran una familia sencilla, de valores fuertes, que nunca tuvo mucho, pero lo compartía todo.

    Desde muy pequeño, Alexx aprendió a convivir con el miedo. Sus noches eran interrumpidas por sirenas, gritos o ráfagas de disparos. A los 4 años vivió su primer tiroteo serio: su madre lo empujó al suelo mientras las balas atravesaban las ventanas del local de abajo. Esa fue su primera lección sobre lo que significaba vivir en Los Santos.

    Cuando Alexx cumplió 8, sus padres decidieron mudarse a Vespucci Beach. Querían darle una oportunidad a su hijo de crecer lejos del fuego cruzado, de conocer otra cara de la ciudad. Allí aprendió a nadar, a correr libre por la arena, a respirar con menos miedo. Su padre incluso soñaba con abrir su propio taller. Pero todo cambió dos años después.

    Gabriel fue asesinado una noche mientras volvía del trabajo. Intentó evitar el robo de un auto en Strawberry y recibió dos disparos en el pecho. El caso nunca fue resuelto. “Falta de pruebas”, dijeron. Para Alexx, esa frase se clavó como un hierro caliente. Perdió a su padre, su guía, y con él, la fe en que alguien realmente cuidara a gente como su familia.
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    Desde ese día, algo cambió en él. Mientras otros se perdían en la rabia o el odio, Alexx canalizó su dolor entrenando, estudiando y aprendiendo cómo funcionaba el sistema. Se inscribió en un pequeño gimnasio del barrio, donde un exdetective retirado daba clases de boxeo para mantener a los chicos fuera de las pandillas. Ahí, Alexx no solo aprendió a pelear, sino a pensar. El detective Martínez le enseñó que ser fuerte no era lo mismo que ser violento, y que si quería cambiar algo de verdad, tenía que hacerlo desde adentro.

    Durante la secundaria, Alexx se mantuvo alejado de los problemas. Mientras sus amigos de la infancia se iban metiendo en la calle, él se enfocaba en terminar sus estudios. A los 15 años ingresó a un programa juvenil del LSPD como cadete voluntario. No era un oficial ni un recluta oficial aún, pero era su primer paso. Le fascinaba ver cómo trabajaban los policías de verdad, cómo se organizaban, cómo reaccionaban. Cada día aprendía algo nuevo y lo anotaba en una libreta vieja que todavía guarda.
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    Tras graduarse, entró a la Universidad Estatal de San Andreas en Los Santos y estudió Criminología, mientras trabajaba como socorrista en la playa y guardia de seguridad por las noches. Al mismo tiempo, su madre comenzó a enfermar; el cansancio de tantos años acumulados le pasó factura. Alexx tuvo que dividirse entre estudios, trabajos y cuidados. Pero nunca se rindió.

    Hoy, con 24 años, Alexx Rodriguez no es oficial todavía. Pero quiere serlo. Sueña con entrar a la academia del LSPD, no por el uniforme ni por la placa, sino porque quiere ser parte de la solución. Porque sabe lo que es crecer sin sentirte protegido, y quiere evitar que otros pasen por lo mismo. Corre todas las mañanas, entrena como si ya estuviera en formación, estudia los manuales de procedimientos y se presenta a cualquier oportunidad que le acerque un poco más a su meta.

    No tiene contactos ni influencias. Solo tiene su historia, su fuerza, y la promesa que le hizo a su madre: que un día, ella lo verá vestido con el uniforme azul, caminando por las calles no como una víctima del sistema… sino como alguien que lo cambió desde dentro.


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