Emma Benedetti



  • Nombre completo: Emma Benedetti
    EDAD: 24 años
    LUGAR DE NACIMIENTO: Vinewood, Los Santos
    NACIONALIDAD: Hondureña
    SEXO: Mujer

    Padres:
    Claudia Rivas: fue una mujer rota que nunca aprendió a escapar. Con los ojos llenos de miedo y la voz siempre temblando, Claudia vivía atrapada en su propia jaula, una jaula que su esposo le construyó con gritos, control y silencios cargados de veneno. Amó a Emma, pero nunca supo cómo cuidarla. A veces le susurraba por las noches: “Perdóname, hija. Perdóname por no ser suficiente.”

    Marco Benedetti, fue un hombre duro, frío, el tipo de persona que hablaba con puños y miradas que congelaban la sangre. Nunca le enseñó a Emma lo que era el cariño, pero sí lo que era el miedo. Siempre con el ceño fruncido, la copa en la mano, y la rabia a flor de piel, Marco le enseñó que el amor puede doler... y que el silencio puede gritar más fuerte que un insulto.

    Infancia:
    Emma creció en un hogar donde el amor era una promesa rota. Su madre, Claudia Rivas, era una mujer dulce, pero frágil. Siempre con la mirada baja y las manos temblorosas, vivía bajo la sombra de un hombre que la consumía poco a poco. Le susurraba a Emma por las noches: “Perdóname, hija. Perdóname por no poder sacarte de aquí.”

    Desde ese momento, Emma siempre quiso estar del lado de la justicia, desde pequeña quiso aprender el camino de la ley debido a los malos tratos de su padre, miraba a los policías como sus heroes

    Juventud:
    A los 14 años, Emma se cansó de sobrevivir en silencio. Una noche tomó sus pocas cosas y se fue, sin promesas, sin despedidas. No lo hizo por odio… lo hizo para salvarse.

    La calle le enseñó otras formas de dureza. Dormía en lugares prestados, trabajaba en lo que podía, y cada día era una batalla nueva. Pero al menos, ahora la pelea era suya. Nadie decidía por ella.

    La adolescencia fue cruda: conoció la traición, la necesidad, el hambre y la soledad. Pero también empezó a descubrir su fuerza. Emma no se rindió. Si algo aprendió de niña fue a resistir. Pero ahora, además, aprendía a avanzar.

    Se prometió no repetir la historia de sus padres. Juró que nadie volvería a hacerla sentir pequeña. Y aunque no confiaba en casi nadie, construyó su propia brújula moral… a golpes, sí, pero suya.

    Y ahi decidió ir por el lado de la justicia.

    Actualidad:
    Hoy, Emma Benedetti es una mujer de carácter firme y mirada que no se desvía. Su voz no tiembla. Sus pasos no dudan. Donde antes hubo miedo, ahora hay determinación.

    No habla mucho de su pasado, pero se nota en la forma en que se protege. En cómo observa antes de hablar, en cómo se aleja cuando siente que algo se parece al control. A veces, en sus noches más frías, recuerda a su madre y le susurra al viento: “Tranquila… ya no estoy allí.”

    Emma no quiere compasión ni quiere dar lástima. No quiere que la llamen valiente. Solo quiere vivir en paz, a su manera, sin cadenas. Y si el mundo no le da espacio, no tiene miedo de abrirse paso por sí sola.

    Porque Emma Benedetti no es solo una sobreviviente. Es una mujer hecha de cicatrices… que ya no duelen, pero nunca se olvidan.

    Educación:

    Emma, saco cursos de criminalista, saco cursos de primeros auxilios estuvo en unas pasantillas de cómo ser un policía
    por ende, tiene un amplio conocimiento como policía.


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