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NOMBRE COMPLETO: Lydia Deetz EDAD: 20 años LUGAR DE NACIMIENTO: Vinewood, Los Santos NACIONALIDAD: Estadounidense SEXO: Mujer
PADRES: Barbara Deetz: Madre de Lydia. Fotógrafa freelance y amante del arte. Siempre incentivó a Lydia a expresarse y pensar diferente, pero también le enseñó a ser firme con sus decisiones.
Charles Deetz: Padre empresario con una vida ajetreada y poco presente, pero económicamente estable. Lydia aprendió a no depender emocionalmente de nadie y a forjar su propio camino.
APARIENCIA FÍSICA:
1.68 m de altura
Piel blanca
Cabello negro, casi siempre recogido
Estilo alternativo, sobrio pero elegante
Ojos claros, mirada tranquila pero firme
PERSONALIDAD: Lydia es analítica, calmada y algo introvertida. No le gusta llamar la atención, pero cuando habla, suele dejar una impresión clara. Le gusta observar antes de actuar y tiene una forma muy racional de entender las cosas. A pesar de su actitud tranquila, es decidida y no se deja llevar por presiones externas. Tiene una ética fuerte y un deseo real de ayudar a otros sin necesidad de reconocimiento.
Lydia creció en un entorno algo artístico y diferente en Vinewood. A pesar de vivir rodeada de superficialidad, ella siempre fue más profunda. Su madre la crió con libertad, pero con límites claros. Desde pequeña mostró interés por lo que pasaba "detrás de escena", por cómo funcionaban las cosas realmente, más allá de lo que se veía. A los 10 años, presenció un robo en la calle que quedó impune, y desde entonces se obsesionó con la idea de la justicia real.
En la adolescencia, Lydia se alejó de lo típico prefería leer, escribir o caminar sola observando la ciudad. Participó en programas de debate, psicología y seguridad ciudadana. Su visión siempre fue diferente: no quería poder, quería entendimiento. Tuvo algunos problemas con la autoridad escolar por ser demasiado directa, pero eso no le impidió graduarse con buenas notas. A los 18 años, empezó a estudiar criminología de forma autodidacta mientras trabajaba medio tiempo en una biblioteca comunitaria.
Actualmente, Lydia vive sola en un pequeño departamento en Adams. No le interesa el lujo, solo la tranquilidad. Ha estado entrenando por su cuenta, manteniéndose en forma y aprendiendo todo lo posible sobre procedimientos policiales y resolución de conflictos. A sus 20 años, quiere formar parte del Sheriff's Department o LSPD, no por la placa, sino porque cree que hace falta más gente que entienda y escuche. Personas que puedan actuar con firmeza pero con humanidad.