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MIKEY BROWN
El 2 de diciembre de 2006, en un pequeño y humilde barrio de Texas, nació Mikey Brown. De ascendencia afroamericana, Mikey creció rodeado de carencias pero también de amor familiar. Su padre, un hombre bondadoso y trabajador, siempre hizo lo posible por sacar adelante a su familia, mientras que su madre lidiaba con las dificultades del hogar. En este entorno también creció Fernando, el hermanastro de Mikey, quien era hijo de su madre con otro hombre que los había abandonado. Sin embargo, para el padre de Mikey, Fernando era un hijo más, y lo crió con el mismo amor y dedicación.
Todo cambió cuando Mickey tenía apenas nueve años. La muerte de su padre dejó a la familia destrozada, y poco tiempo después, su madre los abandonó a su suerte. En un abrir y cerrar de ojos, Mikey y Fernando se encontraron solos en un mundo que parecía no tener lugar para ellos. Sin otra opción, los dos hermanos decidieron tomar las riendas de su destino y dejar atrás el barrio precario que los había visto crecer.
Impulsados por la esperanza de una vida mejor, Mikey y Fernando emprendieron un viaje peligroso y lleno de incertidumbre. Cruzaron hacia otra ciudad de manera ilegal, enfrentando obstáculos que pocos podrían superar a tan corta edad. Finalmente, llegaron a Los Santos, donde buscarían construir una nueva vida. Mikey tenía solo 17 años en ese momento, pero ya había aprendido que la supervivencia requería astucia, determinación y, sobre todo, una red de aliados.
En las calles de Grove Street, Mikey comenzó a moverse con destreza, acumulando contactos y realizando pequeños negocios para poder comer día a día. Fernando, fiel a la memoria del hombre que lo había criado como a un hijo, decidió adoptar el apellido Brown, sellando así el vínculo fraternal que los unía más allá de la sangre.
Hoy, Mikey y Fernando tomaron rienda suelta y se empezaron a mover por el camino ilegal con pandilleros del barrio de Grove Street. asi adentrandose en peleas callejeras y disparos luchando por encontrar su lugar en el barrio.