La vida de un Pelirrojo



  • |-La vida de un Pelirrojo-|

    Aron siempre tuvo una vida difícil. Nació en el campo, en una granja aislada, rodeado de silencio y tierra seca. Su infancia fue breve. A los 8 años, su padre murió en circunstancias que nadie supo explicar. Dijeron que fue un accidente con las máquinas, pero el cuerpo tenía marcas que no encajaban.

    Desde entonces, Aron tuvo que crecer de golpe. Aprendió a encender el fuego, a alimentar a los animales, a enterrar cosas sin hacer preguntas.

    Su madre, cada vez más ausente, vivía entre susurros y cartas que escondía bajo la almohada. Nunca hablaban mucho, pero se entendían con miradas tristes.

    Cuando Aron cumplió 17, ella también murió. Esta vez en la cocina, con la tetera aún silbando y una sombra que desapareció entre los árboles. Nadie investigó demasiado. “Una desgracia más”, dijeron los del pueblo.

    Aron se quedó solo. Pasó un año entero en la granja, cuidando un lugar que ya no se sentía suyo, escuchando ruidos por las noches y soñando con voces que lo llamaban desde el campo.

    Finalmente, vendió la granja y se mudó a la ciudad. Pero entre edificios altos y calles llenas de luces, Aron se sentía más perdido que nunca. El ruido no tapaba el silencio que llevaba dentro.


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