Dione Takosha

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Dione Takosha nació en Osaka, en una familia marcada por la deuda y la presión del bajo mundo. Desde joven, su tío —un veterano yakuza— lo obligó a trabajar para la organización como mensajero y cobrador. Aunque su corazón siempre fue pacífico, sabía que desobedecer significaba arriesgar la vida de su madre enferma.

A los 19 años, tras un encargo donde tuvo que presenciar una golpiza brutal, Dione tomó una decisión: huir. Sabía que desertar significaba una sentencia de muerte, pero no podía seguir manchando sus manos. Robó una suma modesta del dinero sucio y escapó hacia el norte, bajo el nombre falso de "Hiroshi".

Se refugió en una aldea rural en Hokkaido, donde trabajó como ayudante en una librería. Durante las noches, escribía en un viejo diario, relatando su vida pasada como forma de expiar sus culpas. Pero la Yakuza no olvida.

Un día, un forastero llegó al pueblo, preguntando por él. Dione supo que no podía huir eternamente. En lugar de esconderse otra vez, escribió una carta a su madre y enfrentó su destino.

Pero no con violencia.

Utilizó la información que conocía de la organización para negociar su libertad con una facción rival, a cambio de protección. Fue arriesgado, pero funcionó. Le ofrecieron una nueva vida a cambio de su silencio... y su exilio total del país.

Hoy, Dione vive en los Santos bajo el apoyo de Panda clases de karate . A veces, cuando el sol se pone, mira su vieja katana oxidada —la única reliquia de su pasado— y murmura:

"Nunca quise ser uno de ellos... pero escapar fue lo que me hizo libre."