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Gabriel Zamora nacio en San Fierro, pero se mudó a Los Santos con su madre y su hermana menor cuando tenía 9 años, después de que su padre fuera arrestado por cargos federales que su familia aún prefiere no mencionar. Creció en el barrio de Davis, entre callejones llenos de grafitis y patrullas que pasaban cada noche como parte del paisaje.
Desde chico, Gabriel se dió cuenta que vivir "del otro lado de la ley" era fácil, pero no era lo suyo. Mientras varios de sus amigos se metían en problemas con pandillas o trapicheaban para sobrevivir, él prefería quedarse en casa estudiando o ayudando a su madre en un pequeño puesto de comida que atendían los fines de semana.
A los 18 años consiguió su primer trabajo formal como ayudante de estacionamiento en el centro, y después de unos años logró entrar como guardia de seguridad en una empresa privada de vigilancia. Ahí aprendió a manejar situaciones de estrés, control de accesos, uso de radio, y sobre todo, a tener paciencia con gente complicada. Actualmente trabaja turnos nocturnos en una fábrica en Cypress Flats.
Aunque no tiene estudios universitarios, terminó la secundaria con buenas notas y tomó cursos básicos de defensa personal y primeros auxilios en una ONG local. También participa de forma voluntaria en actividades barriales, ayudando a jóvenes en riesgo a alejarse de las calles.
Gabriel quiere entrar al LSPD porque cree que la verdadera diferencia se hace desde adentro, y siente que su historia, lejos de ser una desventaja, es lo que lo prepara para entender a la gente de su ciudad.