Jaden Burton



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    Mientras Kobbe intentaba preservar el legado de su padre, Jaden creció entre la contradicción de lo que veía y lo que sentía. A diferencia de Kobbe y Brock. Jaden no conoció un hogar lleno de amor ni recibió enseñanzas de padres ejemplares. Su brújula moral era la calle. Su refugio era la pandilla. Aprendió a moverse entre las grietas del sistema, rápido con las manos y con la mente, siempre un paso adelante.

    Desde los 12 años, empezó a delinquir por su cuenta. Robos menores, entregas, grafitis. Se convirtió en una sombra inquieta en Jamestown Street, admirando a Kobbe pero sabiendo que su camino era otro. La adrenalina le daba sentido. Su estilo era más impulsivo, más desafiante. Donde Kobbe buscaba preservar, Jaden prefería quemar todo y empezar de nuevo. Pero no por odio, sino por frustración. Porque nunca tuvo algo que preservar.

    Y sin embargo, cuando se sentaban en la azotea de la casa de la abuela —una vieja construcción agrietada con vista a un horizonte de edificios derruidos—, Jaden escuchaba. Escuchaba a Kobbe y Brock hablar, aunque fuera poco, sobre su padre, sobre la importancia de no olvidar. Y, aunque no lo decía, le dolía no tener una historia parecida que contar. Solo tenía silencios, abandono… y rabia.

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    Hoy en día, Jaden Burton es un joven que vive con intensidad cada segundo, como si supiera que el tiempo le está contando los días. Se desliza entre lo ilegal y lo inevitable en la pandilla 𝐖𝐢𝐋𝐃𝐨𝐮𝐓𝐖𝐡𝐞𝐄𝐋𝐢𝐞𝐁𝐨𝐘𝐳 entre los valores rotos y la lealtad a sangre. Su vínculo con el grupo es de esos que no necesita palabras, y con Kobbe Brock forma una triada peligrosa, respetada en todo Jamestown.


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