Ariel Freeway



  • Ariel Freeway nació con el rugido de un motor en los oídos y olor a gasolina en las venas. Desde niño, vivió rodeado de autos: su padre era corredor ilegal retirado y su tío tenía un taller en los suburbios de San Fierro. A los 12 ya sabía manejar un auto como si fuera una extensión de su cuerpo, y a los 15, ganaba carreras clandestinas contra tipos con el doble de edad.

    Pero Ariel no se conformó con ser "rápido". Quería ser temido. Quería que su nombre fuera sinónimo de respeto y peligro.

    A los 17, se metió con la gente equivocada… o la correcta, según cómo se vea. Un cartel lo contrató como piloto de escape. El trabajo salió perfecto, y desde entonces no salió del juego. En menos de dos años, Ariel se convirtió en el conductor más confiable de Los Santos para trabajos sucios: transportes de droga, huidas después de asesinatos, persecuciones a muerte.

    Pero lo que muchos no saben es que Ariel también dispara. Cuando hay que mancharse las manos, no duda. Ya ha hecho trabajos de limpieza para el crimen organizado: ajustes de cuentas, desapariciones silenciosas y traiciones cobradas con plomo. No es un psicópata, pero tampoco tiembla el pulso.

    Fuera de los negocios, Ariel es un aficionado extremo a los autos. Tiene una pequeña colección secreta de coches modificados, cada uno con una historia de crimen detrás. Viste con estilo callejero caro, tiene contactos en las altas y bajas esferas, y se mueve como un fantasma: todos lo conocen, pero pocos saben realmente quién es.

    Ariel Freeway es joven, pero ya marca su propia ruta en el submundo. No tiene jefes. Tiene alianzas. No busca fama, busca poder. Y en las calles de Los Santos, hay dos cosas seguras:
    si lo escuchas llegar, ya es tarde. Y si lo ves irse… mejor no digas nada.


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