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Gustavo Hayden, nacido en una familia de millonarios, creció en un entorno privilegiado, rodeado de lujos y comodidades. Desde joven mostró una inteligencia afilada y una ambición insostenible. No solo amaba las motos, también comprendía la influencia del dinero y soñaba con amasar su propia fortuna, sin depender del legado de sus padres. En su adolescencia, Gustavo desarrolló una habilidad excepcional para manejar motos de alta velocidad, y su destreza lo llevó a competir en circuitos de renombre. Sin embargo, a medida que crecía, el mundo de las carreras legales comenzó a parecer limitado y monótono. A los 22 años, tras un accidente en la pista que lo dejó fuera de MotoGP, Gustavo abandonó oficialmente las competencias. Aunque esto podría haber sido devastador para otros pilotos, él encontró una nueva motivación en el submundo que se escondía detrás de cada carrera. En las gradas y las zonas de VIP, se conectó con individuos de alto poder adquisitivo, algunos de ellos inmersos en negocios ilegales. Estas amistades le mostraron un mundo oscuro, atractivo y lleno de oportunidades, donde las reglas no existían y las ganancias eran enormes. Fue en ese ambiente donde Gustavo comenzó a forjar su verdadera identidad.
Con el apoyo financiero y logístico de sus nuevos amigos, Gustavo fundó Mercy Black, una escudería que pronto se transformaría en una organización criminal. Los miembros del club eran empresarios, herederos y magnates sin escrúpulos, quienes compartían su pasión por la velocidad y el dinero fácil. Las reuniones de Mercy Black se realizaban en lugares exclusivos, lejos de las miradas indiscretas, y sus integrantes usaban motos de lujo para recorrer la ciudad y cerrar tratos en el mundo clandestino.
La Cúpula Con el crecimiento y la expansión de Mercy Black, Gustavo y Samantha Hayden entendieron que una organización de tal magnitud necesitaba una estructura sólida, y así nació la cúpula interna de la organización: "Los Hayden". Este grupo selecto, integrado por personas de máxima confianza y habilidad, tenía la tarea de gestionar todos los aspectos operativos, financieros y estratégicos de Mercy Black, funcionando como el núcleo administrativo y de seguridad de la organización. Bajo el mando absoluto de Gustavo y la supervisión disciplinada de Samantha, "Los Hayden" garantizaban que cada detalle funcionara con precisión y que la organización mantuviera su lugar en la cima del mundo ilegal.
A lo largo de la historia Mercy Black fue una organizacion que cada vez se hacia mas conocida y su nombre resonaba cada vez mas en Los Santos. Gracias a esto pudo hacerse con contactos los cuales fue ahi donde Mercy Black comenzo con sus primeros negocios en el mundo Ilegal, al cabo de un tiempo una alianza HERMANA de Mercy Black la cual era Bardero$ se reunieron un dia a hablar ciertos temas (Negocios, Conflictos etc...) Lukas Lombardo nos habla de una organizacion que residia en una Isla muy alejada a Los Santos la cual es Cayo Perico. Esta organizacion conocida por ser proovedora de cargamentos de muy buena calidad ya sea Droga, Armas, Municiones, Contactos etc.... El dia 13/10/2024 se llevo a cabo una reunion con esta organizacion "Cartel Cayo Perico" en una de las instalaciones de Bardero$. En dicha reunion nos presentamos cada una de las organizaciones buscando entablar una relacion de negocios por lo cual cada uno comenzo diciendo lo que podia ofrecer, buscando que sea beneficioso para todas las organizaciones por igual
Despues de la charla que tuvimos en las instalaciones de Bardero$, luego de unas semanas Cartel Cayo Perico se comunica con Gustavo Hayden para recibir el primer cargamento en alta mar, fue una noche larga ya que CCP estuvo preparando el cargamento y asi mismo esperando a que lanchas lleguen a la isla y cargando todos los productos solicitados para emprender el retorno a la ciudad el cual se vio comprometido por la llegada de los militares a la zona. Tras una larga persecucion logramos escapar y asegurar la mercancia en la ciudad.
Tras numerosos tratos exitosos con el temido Cartel de Cayo Perico, Mercy logró establecer un vínculo de confianza mutua, forjando una relación estratégica entre ambas organizaciones. En reconocimiento a esta alianza, el Cartel extendió una invitación exclusiva a una de sus legendarias subastas en la lujosa mansión de la isla.
El evento no fue solo una subasta, sino también una gran fiesta que reunió a las bandas más influyentes de Los Santos. Bajo la luz de la luna, se exhibían las mercancías más codiciadas jamás vistas: armas, contrabando exótico y artefactos únicos, cada uno despertando la codicia de los asistentes. Las apuestas volaban alto mientras los líderes criminales competían ferozmente por hacerse con los artículos más valiosos, en una noche que prometía marcar un antes y un después en el panorama del crimen organizado.
A medida que Mercy Black expandía sus operaciones y consolidaba su lugar entre las organizaciones más influyentes de Los Santos, la demanda de mercancía creció exponencialmente. Con almacenes cada vez más vacíos y las rutas de suministro volviéndose inestables, Gustavo y Samantha Hayden tomaron medidas inmediatas para asegurar el flujo constante de cocaína.
Gracias a sus contactos y las alianzas previamente formadas, aseguraron el ingreso de grandes cargamentos de hojas de coca provenientes de proveedores confiables, creando así un sistema de abastecimiento propio y seguro. Una vez dentro del territorio de Mercy Black, convocaron a los miembros de la organización y los guiaron en un proceso meticuloso de procesamiento, donde la hoja cruda se transformaba en cocaína de alta pureza, garantizando producto suficiente para abastecer a sus distribuidores y mantener el control del mercado.
El trabajo coordinado entre Veterans y New Mercys no solo permitió restablecer las reservas, sino que reforzó la estructura interna, mostrando que en Mercy Black, cada eslabón es clave para sostener el imperio que los Hayden construyeron desde las sombras.
Con el crecimiento de Mercy Black y su expansión en Los Santos, surgió la oportunidad de conectar directamente con uno de los proveedores más importantes de la región: Cayo Perico.
Maximilian, uno de los hombres de confianza de Gustavo Hayden, organizó una operación clave para asegurar y transportar un cargamento de drogas. El equipo de Mercy Black cubrió distintas rutas en la ciudad, asegurando el traslado de un bote cargado con 16 kilogramos de cocaína de alta pureza.
Tras escoltar el bote hasta Cayo Perico, Maximilian se reunió con el contacto del cartel. En el muelle, realizaron el intercambio de la mercancía por una suma considerable de dinero, consolidando así el inicio de una alianza estratégica entre ambas organizaciones.
Este primer trato marcó un nuevo paso para Mercy Black, asegurando acceso a productos de alta calidad y fortaleciendo su presencia en el mundo clandestino.
Con el crecimiento acelerado de Mercy Black y la llegada constante de nuevos miembros leales al legado de los Hayden, la organización se fortaleció al punto de volverse una de las más temidas en Los Santos. Esta expansión no solo consolidó su poder, sino que abrió las puertas a oportunidades aún mayores, incluyendo el acceso al Gran Mercado Negro, un territorio codiciado donde solo las organizaciones más fuertes podían imponer su ley.
Gustavo y Samantha, conscientes de la importancia de este dominio, movilizaron a toda la organización en una campaña estratégica sin precedentes. Desde infiltraciones sigilosas y operaciones clandestinas, hasta la eliminación directa de rivales y la destrucción de sus recursos, Mercy Black ejecutó cada movimiento con precisión militar. Cada miembro fue equipado con armamento pesado, municiones de sobra y la instrucción clara de asegurar cada punto crítico, dejando en claro que el mercado negro ahora les pertenecía.
La verdadera prueba llegó en La Gran Disputa, donde Mercy Black se enfrentó cara a cara con una organización rival en una batalla decisiva. La brutalidad y el trabajo en equipo de los Hayden y su gente terminaron por inclinar la balanza, asegurando la victoria y marcando un nuevo capítulo en la historia de Mercy Black: el dominio absoluto del MERCADO NEGRO.
Con el mercado negro bajo su dominio y un flujo constante de ingresos por el monopolio de cargadores, drogas y armas, Mercy Black consolidó su poder en la ciudad. Gustavo y Samantha, con la visión estratégica que los caracteriza, reinvirtieron las ganancias en propiedades clave para fortalecer la estructura de la organización. Entre estas adquisiciones, destacaban un amplio almacén en Cypress, ideal para el almacenamiento y distribución de mercancía ilícita, y una modesta casa en un barrio discreto, perfecta para reuniones estratégicas y operaciones encubiertas. Cada propiedad era una pieza más en el tablero de control que Mercy Black había construido, extendiendo sus raíces en cada rincón de la ciudad.
Con el control absoluto de varios negocios ilícitos y una reputación temida en cada rincón de Los Santos, Mercy Black decidió lanzar La Gran Carrera, un evento clandestino abierto al público, organizado por Gustavo, para coronar al mejor piloto de motocicletas de la ciudad.
Días antes del gran evento, el taller de Mercy Black fue el epicentro de la acción. Entre herramientas, piezas y ajustes de última hora, los miembros se reunieron para revisar y preparar cada moto. No solo afinaban motores, afinaban su orgullo. Cada piloto sabía que, en esta carrera, la velocidad no era lo único en juego: el prestigio de Mercy Black y el respeto de toda la escena callejera de Los Santos también estaban en la línea de meta.
La Gran Carrera Con el circuito de Vinewood como escenario y una multitud expectante, La Gran Carrera dio inicio. Pilotos de toda la ciudad se alinearon para demostrar quién era el verdadero rey de la velocidad.
El rugido de los motores marcó el comienzo. Entre giros cerrados y tramos a toda velocidad, los corredores arriesgaron todo por el primer puesto. En juego no solo estaba la victoria, sino también el respeto de Los Santos y el nombre de Mercy Black en lo más alto.
Tras una carrera intensa y llena de adrenalina en el circuito de Vinewood, Mercy Black no tardó en celebrar la victoria. Con la reputación intacta y el nombre en lo más alto, Gustavo organizó una fiesta privada en uno de sus locales más exclusivos.
Luces de neón, música a todo volumen y copas alzadas en honor al triunfo. Pilotos, miembros de la organización e invitados especiales disfrutaron de la noche, recordando las mejores jugadas de la carrera entre risas, brindis y motores aún calientes.
Esa noche, Mercy Black no solo festejaba una victoria… festejaba el dominio absoluto de las calles de Los Santos.
Tras la caída del Cartel de Cayo Perico, comenzaron a circular rumores: los antiguos secuaces estaban en movimiento. Sin invitaciones formales, el mensaje llegó de boca en boca a quienes realmente contaban. Mercy Black fue uno de ellos.
Poco después, una reunión secreta entre los secuaces y la cúpula de Mercy tuvo lugar en Los Santos. Querían revivir el legado del cartel y necesitaban aliados fuertes. La propuesta fue clara: una fiesta en la isla como fachada y una reunión subterránea para sellar nuevas alianzas.
La noche cayó sobre Cayo Perico y con ella llegó una fiesta que parecía solo otra celebración exótica más. Música, alcohol y lujos envolvían la mansión, mientras los asistentes figuras clave del crimen organizado brindaban y compartían negocios bajo sonrisas falsas.
Pero para unos pocos, la verdadera razón de la invitación se encontraba bajo tierra. Mientras la fiesta seguía en la superficie, la cúpula de Mercy Black descendía al subsuelo, donde los secuaces del antiguo cartel los esperaban.
Allí, lejos del ruido, se discutieron planes, rutas y territorios. No era solo una reunión, era el primer paso hacia el resurgimiento de un poder que había estado dormido… y Mercy estaba dispuesto a escucharlos.
Tras la reunión con los secuaces del extinto Cartel, el nombre de Mercy Black volvió a resonar con fuerza en el mundo criminal. No pasó mucho tiempo hasta que otra organización, interesada en formar lazos sólidos, se acercó para proponer una alianza.
La reunión no fue algo discreto ni reservado. Gustavo convocó a gran parte de los miembros de Mercy, dejando en claro que cada paso dado iba más allá de simples palabras: era un mensaje de poder.
Entre todos, escucharon la propuesta. Intercambiaron información, condiciones y posibles beneficios. Los negocios estaban sobre la mesa, y Mercy Black tenía claro que no iban a cerrarla con cualquiera.
El nombre de Mercy Black seguía retumbando en cada rincón del bajo mundo. Sus movimientos calculados y la reputación ganada a base de estrategia y poder, los colocaban como una de las organizaciones más influyentes de la ciudad.
Con el paso de los días, los tratos se multiplicaban. Diferentes organizaciones buscaban acuerdos, ya sea por respeto, necesidad o simple conveniencia. Mercy negociaba con todos, pero se aliaba solo con los que mostraban verdadero valor.
Sin levantar demasiado ruido, la red de contactos crecía... y con ella, el dominio de Mercy Black.
Mercy Black recibió la visita de un misterioso grupo en una de sus propiedades. Estos presentaron una propuesta ambiciosa: abrir un casino clandestino de lujo llamado Hotel Continental, un punto de encuentro exclusivo para las organizaciones más influyentes de la ciudad, incluida Mercy.
La idea era clara: un lugar donde el dinero, las armas y el poder cambiarían de manos con cada apuesta.
Cuando llegó el día del evento, los miembros de Mercy se prepararon con entusiasmo. Armados y listos, llevaron consigo varias piezas de alto valor, dispuestos a apostar fuerte… porque en el Continental, la suerte no era lo único que se ponía en juego.