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Nombre: Joseph Brown Edad: 22 Nacionalidad: Estado Unidense Origen: Sandy Shores, San Andreas Ocupación actual: Postulante para la LSPD
Joseph Brown nació y se crió en Sandy Shores, un pueblito donde no pasa nada… bueno, casi nada, porque siempre hay algún lío que resolver. Desde pequeño, Joseph tuvo claro que su vida no iba a quedarse limitada a las calles polvorientas y los chismes de los vecinos. Su padre, mecánico de toda la vida, y su madre, dueña de una tiendita donde siempre había una Coca-Cola fresca y una palabra amable, le enseñaron lo básico: ser honesto, trabajar duro y no dejar que nadie te pase por encima.
Aunque su infancia fue sencilla, Joseph siempre sintió que estaba hecho para algo más. Su tío, un ex policía que aparecía por Sandy Shores de vez en cuando, le contaba historias épicas de persecuciones y operativos en Los Santos. Mientras otros niños jugaban al béisbol, Joseph jugaba a ser poli, usando cajas y conos viejos para montar su “puesto de control”. “Algún día, yo voy a ser el que lleve la placa de verdad”, decía siempre.
Cuando cumplió 18, Joseph decidió dejar atrás Sandy Shores y lanzarse a la aventura en Los Santos. No fue fácil: llegó con una mochila, unos cuantos dólares y muchas ganas de demostrar que podía hacer algo grande. Trabajó de todo un poco: mecánico, repartidor, incluso ayudando en un taller, pero cada día veía más claro que su sueño de ser parte de la LSPD no iba a quedarse en eso, un sueño.
Entre turnos y noches largas, Joseph se apuntó a cursos de criminología y se entrenó para estar en forma. La vida en la ciudad le enseñó a ser rápido, a pensar en frío y a no dejar que los problemas lo abrumaran. A pesar de las dificultades, siempre mantuvo los pies en el suelo y los ojos en su objetivo.
Joseph no quiere ser policía por el uniforme o por la placa, lo quiere porque sabe lo que significa de verdad ayudar a la gente. Creció viendo cómo la comunidad de Sandy Shores se las arreglaba sola, y eso le dejó claro que la policía puede ser un cambio positivo cuando se hace bien.
Está decidido a demostrar que, aunque venga de un lugar pequeño, tiene lo que hace falta para enfrentarse a los retos de Los Santos. Quiere ser el oficial que todos recuerden, el que siempre está ahí cuando hace falta, el que escucha y actúa con corazón. Para Joseph, ser parte de la LSPD es mucho más que un trabajo: es cumplir el sueño de su vida, y hacerlo con el mismo orgullo y dedicación con los que creció.
Y si hay algo que Joseph tiene claro, es que nadie va a trabajar más duro que él para proteger y servir. Porque para él, rendirse no es una opción.