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NOMBRE COMPLETO: Sebastián Ospina
EDAD: 24años
LUGAR DE NACIMIENTO: Bogotá, Colombia
NACIONALIDAD: Colombiano
SEXO: Hombre
PADRES: Sebastián es hijo de Alejandro Ospina y María González. Alejandro era un trabajador de la construcción en Bogotá, un hombre honesto pero de pocas oportunidades, mientras que María trabajaba como costurera en casa para poder cuidar de Sebastián y sus hermanos menores. Ambos provenían de familias humildes, y desde pequeño Sebastián entendió lo que significaba luchar por la supervivencia.
APARIENCIA FÍSICA: Sebastián mide 1,78 metros de estatura, de complexión atlética debido a los trabajos físicos que ha desempeñado a lo largo de su vida. Su piel es trigueña, tiene ojos marrones oscuros y cabello negro y ondulado que suele mantener corto. Tiene una cicatriz en el mentón, recuerdo de un accidente durante su juventud en una obra de construcción. Suele vestir de manera sencilla, con camisetas y jeans desgastados, aunque desde que llegó a Los Santos, ha comenzado a adoptar un estilo más ostentoso.
PERSONALIDAD: Sebastián es determinado y ambicioso, pero también impulsivo. Aunque en su juventud valoraba mucho la familia y los valores que sus padres le inculcaron, su llegada a Los Santos lo fue cambiando poco a poco. A veces puede ser frío y calculador, sobre todo cuando se trata de tomar decisiones difíciles. Aunque en el fondo mantiene una lealtad profunda hacia aquellos a quienes considera su verdadera familia, no duda en tomar atajos cuando siente que está acorralado.
INFANCIA: Sebastián creció en las calles de Bogotá, en un barrio humilde donde el ruido del tráfico y el bullicio de la ciudad eran parte de su vida cotidiana. Desde muy joven aprendió a lidiar con las dificultades económicas de su familia. A menudo, después de la escuela, ayudaba a su madre con trabajos pequeños o acompañaba a su padre a las obras de construcción, donde aprendió a manejar herramientas y a entender la dureza del trabajo físico. Aunque era un niño noble, las privaciones y las injusticias de la vida comenzaron a endurecer su carácter.
JUVENTUD: En su adolescencia, Sebastián ya sentía el peso de las responsabilidades familiares. Aunque sus padres querían que estudiara y aspirara a una vida mejor, la necesidad lo llevó a dejar la escuela y trabajar a tiempo completo. Al mismo tiempo, Sebastián empezó a juntarse con algunos chicos del barrio que veían en las actividades ilegales una vía rápida para escapar de la pobreza. Aunque no se involucró directamente en esos negocios en ese momento, la idea del dinero fácil quedó grabada en su mente.
ACTUALIDAD: Hoy en día, Sebastián vive en Los Santos, la ciudad donde busca cumplir el sueño americano. Llegó con su primo Augusto Fernández, ambos dispuestos a trabajar para salir adelante. Sin embargo, a diferencia de Augusto, que sigue aferrado a la vía legal, Sebastián decidió dar el salto al mundo ilegal. Las promesas de dinero rápido y la frustración por no avanzar lo llevaron a asociarse con personas peligrosas. Ahora vive en una constante lucha interna entre el deseo de éxito y las consecuencias de sus decisiones. Vive con lujos que antes solo podía imaginar, pero a menudo se pregunta si el precio que ha pagado realmente vale la pena.
EDUCACIÓN: Debido a las dificultades económicas de su familia, Sebastián no completó su educación secundaria. A pesar de esto, su experiencia en el trabajo físico le dio habilidades prácticas, como el manejo de herramientas y la capacidad de liderar pequeños equipos en proyectos de construcción. No obstante, en Los Santos ha aprendido a desenvolverse en el submundo criminal, adquiriendo habilidades que nunca habría imaginado.
OTROS: Sebastián mantiene una relación tensa con su primo Augusto. Aunque ambos llegaron a Los Santos con los mismos sueños, sus caminos divergieron. Sebastián siente un profundo respeto por la honestidad de Augusto, pero también cierta envidia y frustración por la vida diferente que han tomado.