Undercover MC [ANDROMEDA]



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    Hace muchos años… En el tranquilo, pero polvoriento pueblo de Sandy Shores, cuatro moteros legendarios forjaron su camino sobre dos ruedas. Dejando huellas profundas en los caminos y en las vidas de sus hijos. Estos hombres fueron los padres de Ernesto, Ryan, Máximo y Blake, cuatro jóvenes que, aunque el destino los separó durante su infancia, estaban destinados a reencontrarse.

    Los padres de estos muchachos eran parte de un motorclub que gobernaba las rutas de Paleto, pero un oscuro día en un enfrentamiento brutal con una mafia desconocida… acompañada de policías corruptos, terminó con sus vidas.
    Los pequeños quedaron huérfanos y el tiempo los dispersó. Cada uno de ellos creció buscando su propio destino, sin saber que, años más tarde, el rugido de las motocicletas volvería a unirlos.

    El primero en descubrir el pasado olvidado fue Ernesto; mientras revisaba las viejas pertenencias de su padre, encontró una fotografía desgastada por los años. En la misma, cuatro hombres, “Marco, Ben, Tomas y Lion” posaban frente a sus poderosas máquinas. Al darle la vuelta a la foto, no reconocía todos los nombres, pero sabía que de alguna manera estos hombres estaban conectados con su pasado. Inició una búsqueda meticulosa, investigando los nombres y las pocas pistas que tenía.

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    Fue así como dió con Máximo, hijo de Ben. Al reencontrarse, ambos comenzaron a atar cabos sueltos, compartiendo sus historias y dándose cuenta de que su destino estaba entrelazado. No pasó mucho tiempo antes de que encontraran a Ryan, quien, aunque había tomado un camino más tranquilo como mecánico, había rozado el peligro al trabajar para una banda en los suburbios. Ryan conocía bien a Blake, su primo, quien también se había adentrado en el mundo de lo ilegal, investigando con más profundidad las conexiones ocultas entre bandas y el tráfico de armas.

    Un día, decidieron reunirse en un viejo bar de Sandy Shores, “Yellow Jack”, el mismo que sus padres solían visitar… era el típico lugar donde el polvo de la ruta se mezclaba con la cerveza barata y el sonido de las motos resonaba como un eco constante en el aire caluroso. Allí, entre risas, historias y cerveza, los cuatro compartieron sus vivencias. Ernesto contó su búsqueda incansable de su madre adoptiva, quien había desaparecido bajo circunstancias misteriosas, con rumores que sugerían que el gobierno la tenía retenida. Blake y Ryan detallaron su paso por los suburbios, siempre esquivando la ley y tratando de sobrevivir en un mundo que parecía empujarlos hacia lo ilegal. Máximo, por su parte, habló de los muchos trabajos que había tenido, desde jefe de un taller hasta formar parte de una pandilla.

    La conversación tomó un giro más serio cuando el tema de sus padres salió a flote. Habían muerto como hermanos de sangre, unidos por la pasión por las motos y el amor por la libertad. Los cuatro jóvenes se dieron cuenta de que, al igual que sus padres, ellos también estaban hartos de las pandillas sureñas, del caos y la violencia que arruinaban sus vidas.

    Fue entonces cuando Ernesto, con el vaso de cerveza en alto, propuso algo que resonó con todos ellos. “¿Oíste, por qué no seguimos los pasos de nuestros viejos? Pero esta vez, lo hacemos a nuestra manera, tu sabe neno. Sin pandillas, sin jefes. Solo nosotros y nuestras motos. Podemos formar nuestro propio motorclub... el Undercover MC”.

    Así nació el Undercover MC, un motorclub que, bajo la superficie, parecía una simple hermandad de moteros, pero que en realidad buscaba justicia para sus padres, respuestas sobre el pasado y un camino hacia la redención. Con el rugir de sus motos como banda sonora, los cuatro amigos emprendieron un nuevo viaje, llenos de adrenalina, libertad y una promesa silenciosa: jamás olvidarían de dónde venían ni lo que les habían arrebatado.

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