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Gregory Méndez nació en una pequeña ciudad donde aprendió desde muy joven el valor de la comunidad y el poder de la solidaridad. Hijo de padres trabajadores, creció rodeado de un entorno donde la colaboración y el apoyo mutuo eran fundamentales. Estos principios se arraigaron profundamente en él, y con el tiempo, se convirtieron en su brújula personal y profesional.
Desde su adolescencia, Gregory sintió un fuerte impulso por ayudar a los demás. Participaba activamente en actividades comunitarias y se ofrecía como voluntario en diferentes organizaciones locales. A lo largo de los años, esta vocación se fue fortaleciendo, impulsada por su convicción de que una sociedad más justa y equitativa solo se logra cuando cada persona aporta al bienestar colectivo.
Tras completar sus estudios en ciencias sociales, Gregory comenzó a trabajar en diversas ONG, enfocándose en mejorar la calidad de vida de las comunidades más vulnerables. A lo largo de su carrera, fue ganando experiencia y habilidades en áreas como la gestión de proyectos sociales, la mediación y la creación de políticas públicas inclusivas.
Su deseo de hacer más por la gente lo llevó a considerar una carrera en el servicio público. Para Gregory, ser parte de una institución gubernamental representa una oportunidad única para generar un impacto positivo más amplio y estructural. Está convencido de que, desde el servicio público, puede implementar cambios duraderos que promuevan el bienestar de la sociedad, especialmente de quienes más lo necesitan.
Su sueño es integrarse a una rama del gobierno donde pueda contribuir al desarrollo de políticas inclusivas y sostenibles. Gregory se ve como un servidor público comprometido, con los pies en la tierra y siempre dispuesto a escuchar y aprender de las necesidades de la gente. Para él, el servicio público no es solo un trabajo, sino un compromiso de vida con la mejora de su comunidad y el bienestar colectivo.