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Apodo: Kiiwi. Nacido: Tijuana, baja california (México). Fecha de nacimiento: 10. 11. 99. (Edad actual 23). Estado civil: Soltero. Padre: Juan Ochoa flores (mexicano). Madre: Jimena Suarez de la Cruz (mexicana). Hermana: Vega Ochoa Suarez (mexicana). Piel: tez morena-blanca. Complexión: Delgada-fibrosa. Altura: 1,86 cm. Peso: 83 kg. Ojos: Azules.
Descripción actual: Con pelo corto, varios tatuajes repartidos por el cuerpo. Enzo es un joven mexicano de personalidad alegre pese a todos los acontecimientos que ha vivido desde edad temprana, algo despistado, es de las personas que cuando algo llama su interés o preocupación se olvida de lo demás, gastando toda su energía en ello. Le encanta bromear, sobre todo lo hace cuando está nervioso para lidiar con situaciones, para estrechar relaciones y para tantear a otras personas. No posee ningún tipo de maldad, pero si un temperamento fuerte en situaciones límites. Es observador; resultado de la vida tan humilde que siempre ha llevado, de donde procede no puedes permitirte el lujo de caer en la misma piedra dos veces, y si te andas listo aprendes de las caídas de otros, sinónimo de menos peligro. Para él la lealtad es algo que se gana, y no hay nada más sagrado para Enzo que la familia, ya sea de sangre o para la sangre, valora y está unido a todo aquel que de alguna manera le ha ayudado a lo largo de su vida, si la quebrantan ya no habrá marcha atrás para él. Es inteligente pero siempre para los negocios ilegales, para este mexicano la legalidad no tiene sentido ni salida. Tiene claro que el dinero da oportunidades que por muchos valores que se tengan, los billetes abren todas las puertas hacia el éxito y mucho antes que en un trabajo acorde a la sociedad, en la cual ni se ve reflejado ni ha hecho nunca nada ni por su familia ni por él. Ha vivido siempre con la adrenalina bajo su piel, y aunque es un chico calmado en su día a día, es lo que le hace diferente; Su semblante relajado, pero con un interior que le pide emociones, con los años aprendió que las apariencias, aunque engañan ayudan, y que es mejor dentro que fuera, así que puede estar robando y con policías siguiéndolo, que congela todas sus emociones dándole paso a la adrenalina y a su ingenio agudo, para salir del problema en el que se encuentra. Es un joven valiente, que ve la vida como un juego, para poder afrontarla, un niño al que le obligaron a ser un hombre, pero que siempre conservara la infancia disfrazada en bromas que relucen cuando se siente en familia. Enzo, hijo menor de la familia, de procedencia mexicana y humilde. Nacido y criado en la zona de baja california, al igual que su madre Jimena, su padre Juan y su hermana mayor Vega; con la cual se lleva una diferencia de tres años. Este fue un hijo muy deseado por todos, sobre todo por su hermana que ansiaba tener un hermano al cual proteger por encima de todo. Los padres de este mexicano se dedican a la venta ambulante mucho antes de la llegada de Enzo, con Vega en la barriga de Jimena, el negocio le iba tan bien que montaron un pequeño y modesto local con toda clase de productos, lo que se denomina un abarrote en México. El barrio donde se asentaron la familia de Enzo era muy conflictivo, pero con un alquiler asequible, por eso constantemente les iban a robar a la tienda; mantenían como podían el negocio a flote y con la llegada de Enzo a la vida, Juan, el padre, se sentía tan agobiado por las deudas y por la responsabilidad que acarreaba ser un padre de familia, que se metió a la venta de drogas, siendo uno de tantos en aquel barrio y en México en general. La infancia de Enzo fue feliz, llena de valores, inculcados por sus padres, sin lujos, pero con un techo, una cama, algún que otro juguete de tercera mano, comida caliente todos los días y ropa heredada de los niños del barrio, que las madres del lugar se iban pasando para que sus niños pudieran ir medianamente decentes. Lo que más tenía Enzo era el amor de su familia y el de sus muchos amigos del barrio, era un crio popular, que se pasaba el día de la escuela, después en la tienda, ayudando a su madre, y el resto de la tarde jugando con sus amigos, a lo que la imaginación de esos niños les proporcionase. Tenía una relación muy afectiva con su padre, el cual se pasaba a la tienda siempre para la hora del café para contar la caja, llevarse el dinero, para evitar robos y de paso darle charlas al pequeño Enzo; -Mira bien donde pisas mijo, que uno tiene que recordar siempre de donde viene, pero sobre todo a donde va, le decía Juan repetidas veces a su hijo, sin este saber qué sentido tenían esas palabras. Le encantaba las visitas de su padre a la tienda, porque era el miembro de la familia que siempre estaba más ausente, siempre andaba haciendo negocios para el futuro de la familia, según el aseguraba. Su padre era un hombre serio, por eso sorprendía tanto cuando gastaba alguna broma, con los únicos estudios que adquirió en la primera etapa del colegio, siempre estuvo trabajando desde muy pequeño, vivía par y por su familia. Admiraba a su madre, siempre sintió fascinación por la dedicación que le daba a todo lo que hacía dejándose el alma, como ayudaba a los del barrio y como sus besos siempre le hacían cosquillitas en las mejillas del pequeño Enzo. Era una mujer que tenía a todos en su corazón y viceversa, sin estudios, pero con unos valores de unidad, dignos de una líder. Llevaba la tienda, la casa y a sus hijos prácticamente ella sola, y no descuidaba ni un detalle. Por su hermana Vega sentía una debilidad increíble, era tanto lo que la quería, que siempre la tuvo como referente, y le guardaba un profundo respeto, porque siempre que él y sus amigos tenían problema con algunos niños de otro barrio era ella quien daba la cara, siempre estaba ahí para ayudarlo, y se sentía protegido por ella. Vega tenía mucho carácter, siempre se le noto, de ideas fija y sin miedo a nada, pero muy inconsciente a las consecuencias de sus actos. Le encantaba que todas las noches se inventara un cuento o una canción para dormirlo, le relajaba tanto la voz de su hermana que siempre se quedaba dormido antes de que acabara. Todo iba bien, desde la ignorancia de un niño de 5 años, donde en su mundo solo existía el juego y más juego; pero lo cierto es que estaban muy mal económicamente, hasta el punto de tener que cerrar la tienda, donde su familia estaba ya ahogada por numerosas deudas, sumándole las deudas acarreadas, por un padre que se dedicaba a ser camello para una organización a la cual le debía más del dinero que pudiera generar ese hombre en su miserable vida. Venía con sus amigos de jugar un partido de futbol con otros críos de otro barrio cerca del suyo, cuando se encontró a su madre desgarrada de dolor llorando en la puerta de su casa y a su hermana agachada abrazándola con un semblante lleno de ira y con lágrimas en los ojos, rodeadas de vecinas, que mostraban su apoyo a esa familia rota, varios sanitarios y dos patrullas de policía. Cuando Enzo vio la situación corrió como alma que lleva el diablo hacia su hermana y su madre gritando a pulmón que había pasado, ninguna de las dos fue capaz de mediar ni una sola palabra a causa del dolor, fueron las vecinas que con la pena reflejada en los ojos le contaron que su padre había fallecido, que lo habían asesinado. En ese instante no fue capaz de asimilar el golpe de realidad, y se desmallo. Cuando despertó estaban su hermana y su madre en su cama, y le contaron que estaban hasta arriba de deudas, que debían dinero aun a los proveedores de la tienda que tuvieron que cerrar, y que estaban en peligro porque su padre traficaba con droga, la cual adquiría por medio de una organización, y por consecuencia le debían una suma desorbitada de dinero, y amenazaban con matarlos si no asumían la deuda de su padre, siendo ese el motivo del asesinato de su padre; un ajuste de cuentas por impago. El joven mexicano asimilo como pudo toda la situación, haciendo que algo en el cambiara y lo enfocara en la solución con tan solo 7 años. Miraba a su hermana, y solo encontraba en su cara signos de furia y venganza; algo en su interior le decía que se avecinaban más problemas de los que había. Enzo conocedor de la realidad, decidió empezar a robar comida para intentar sobrevivir con su hermana y su madre. Empezó con pequeñas cantidades, y descubrió que se le daba bien. A medida que crecía en su niñez hacia la adolescencia, adquiría más experiencia y movía empezo a mover pequeñas cantidades de droga ; sabia como evitar y dar esquinazo a la policía, y sobre todo sabia con quién rodearse para que no le robaran. Se gano un nombre en ese mundo. Por otra parte, Vega, con tan solo 17 años asumió la responsabilidad de su padre hacia la organización, y comenzó a trabajar para ellos como camella para saldar la deuda pendiente. Así que entre ellos dos lograron quedar limpios de deudas, y asegurar la vida de la persona que ellos más querían, su madre, que poco a poco se iba apagando más; conocedora de la situación y a lo que se dedicaban sus hijos, sabía que los que entran en ese mundo mueren en él, a corto plazo y cuando menos te lo esperas, le mataba lentamente la muerte anunciada de sus hijos. Enzo tenía 14 años cuando la deuda quedo saldada, pero su hermana que tenía intenciones más allá que pagar lo que se debía, decidió seguir trabajando para la organización, como consecuencia y visto lo bien que se le daba, al ya adolescente mexicano, ese mundo en el que se había tenido que introducir a la fuerza, comenzó a tener sus propios camellos, se había ganado el respeto de muchos y el más importante el de sus proveedores, sabia donde cuando y como, sabia como lidiar con situaciones extremas y que decir en cada momento, parecía que había nacido para ese mundo, y siempre tenía hambre de más, se pasaba siempre en su mente trazando estrategias para librarse de todos los obstáculos que había a la hora de la adquisición de la droga, repartición, y venta. Pero de lo que aun pecaba, era de dar confianza a gente que no debía, porque se la jugaba, con 16 años se tuvo que enfrentar a una situación de vida o muerte extrema; había estado trabajando con un camello que con el tiempo se ganó su confianza, hecho que ese chico aprovecho para darle un golpe a Enzo, el camello juntos a otros chicos más que se dedicaban al mismo mundo, lo asaltaron cuando transportaban la droga con otros chicos de la confianza de Enzo, les sorprendieron en el acto matando a casi todos los que iban con el joven mexicano, dejando a este para lo último, propinándole una paliza que casi lo dejan sin vida y en coma. Por otra parte, Vega, la hermana de Enzo, abordó una noche al jefe de la organización matándolo para cobrase la venganza de la muerte del padre, con tan mala suerte, que justo cuando acabo con la vida del asesino de Juan, intervino la policía, que venían en redada para llevarse al jefe de la organización, pillándola en el acto. La hermana mayor de Enzo entro en la cárcel, y este estaba en coma, en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de México. Su madre ante tanta desgracia asumida a la que ya la estaba matando, dio todo el dinero que le habían dado sus hijos este tiempo, al hospital, para que a Enzo no le faltase cuidados médicos para el resto de su vida, y más tarde decidió suicidarse, al no poder soportar de ver el cuerpo de su hijo Enzo vivo solo por una máquina, que lo hacía estar en coma, y a su hija en la cárcel, condenada a muchos años en prisión. La paliza que le dieron a Enzo fue brutal, los causantes de ellas pensaron que lo habían matado como a los demás. Gracias a los trabajadores de algodón que iban a realizar sus labores de recolecta en el campo, cerca de donde sorprendieron a Enzo, los ladrones se fueron con la droga y no siguieron golpeándolo, y fue uno de esos trabajadores el que llevo a Enzo al hospital más cercano, salvándose de la muerte. Se llevo tres años en coma, soñando con su padre y todos los consejos que le dio de chico hasta, que un 2 de noviembre, abrió los ojos desorientados; se celebraba en México el día de los muertos. El personal del hospital no daba crédito la recuperación de Enzo, y menos justo el día de los muertos. Le explicaron que había pasado según lo que conto el hombre que lo trajo al hospital, renacido y con unas ganas de vivir enorme a sus 19 años, sentía dentro de él una fuerza increíble alimentada por todo el tiempo que había soñado con su padre, recordando cada palabra de su boca y dándole sentido. En el hospital Enzo se hizo muy famoso por la vuelta a la vida de su coma y por la coincidencia del día de su despertar, coincidiendo en el día de los muertos y de todos los santos, hecho que lo le dio más fama en su localidad, atrayendo la atención de los medios de comunicación del lugar, al cual lo apodaron localmente Kiiwi, donde concedió entrevista, abrumado por esa inesperada popularidad, mostros su deseo de irse del hospital al personal sanitario, que después de realizarle varias pruebas, le dieron el visto bueno para su alta. Deseoso de ver a su madre y a su hermana, regreso a su barrio, a su casa, y cuál fue la sorpresa que cuando llamo a la puerta y vio que le abría un hombre de mediana edad, dándole el pésame y la noticia de la muerte de su madre, destrozado fue a buscar consuelo en las vecinas que lo habían visto crecer para que le dijeran el paradero de su hermana, pero solo sabían que la habían metido presa por un asesinato, que su madre nunca dijo en que cárcel estaba, por dolor a la situación. El barrio se mostró noble con él, y le demostraron su cariño dejándole quedarse a vivir en sus casas hasta que encontrase algo estable. Pasadas unas semanas fue a visitar la tumba de su madre, donde se encontró a un hombre muy elegante poniéndole unas flores, cuando se giró y mostro la cara, a Enzo le exploto la adrenalina por dentro, era el dueño del cargamento que le robaron, que se había enterado de su regreso a la vida por la prensa, porque él lo daban por muerto, y venia aquí para saldar la deuda que este le debía al que era su proveedor, con fecha límite y más tarde se marchó. Nervioso, de vuelta a las andadas, lloro en la tumba de su madre, sintiéndose culpable de su muerte, pero jurándole que iba a encontrar a su hermana y cuidaría de Vega como no pudo hacer con ella; con su madre. Los días que le siguieron, comenzó a ver viejos amigos de confianza del mundo de la droga, se puso al día, y compartió la situación en la que se encontraba para entrar de nuevo al mundo, con intención de devolver el dinero que debía. Supo por unos amigos que, para conseguir dinero rápido, habiendo perdido el contacto del proveedor de la droga, era robando coches y después venderlo, robar farmacias, tiendas y joyerías; y así fue como de la droga paso a los robos, sin miedo, exponiéndose hasta el límite para conseguir su objetivo, al que logro antes de la fecha estipulada, ganándose de nuevo la confianza de su proveedor, el que le dijo el nombre de todos los que le habían robado, que ya estaban muerto por su propia orden, y el paradero de su hermana. Se reunió con Vega en una cárcel de Sinaloa, esta no daba crédito al ver a su hermano vivo y delante de ella, lo hacía muerto; le explico que se encontraba en prisión por matar al asesino de su padre y que la policía la pillo cuando aún estaba allí, necesitaba dinero y había hecho amigos allí, que tenía planes de futuro, saldría dentro de cinco años si pagaban una suma de cantidad bastante elevada. Lo que siguió después de ese encuentro fue tatuarse en la tienda de tatuajes más cercana de la cárcel donde estaba su hermana, una calavera en el pecho, en símbolo de esta nueva vida que le habían dado, y no pensaba ni ser más ingenuo ni que su hermana estuviera más tiempo del que debía en esa cárcel; “Kiiwi” en la cara, entre otros tatuajes representativos. Con la experiencia adquirida que casi le lleva a la muerte, recordando a fuego los consejos de su padre, llevando a su madre en el corazón, y con el propósito de cuidar a su hermana, se centró y se especializo en mover, vender droga y robar establecimientos, esa era su vida; trabajar en lo ilegal, que no lo pillaran y visitar a su hermana. Paso los cinco años, y Enzo reunió dinero más que de sobra para sacar a su hermana de la cárcel, pago, y al día siguiente que se suponía que la soltaban, se quedó esperándola horas y horas en la cárcel, hasta que le dijeron que la soltaron el mismo día del pago, confundido, se fue a casa, donde le esperaba un niño con una carta. La carta era de su hermana donde le explicaba que se había ido a New York con la gente de confianza que había conocido en la ciudad, porque la organización a la cual ella había matado a su líder, la estaba buscando aun para matarla, y por eso motivo no lo había avisado, que en el sobre había un pasaporte para él, y que, si quería venir con ella, era más que bien recibido allí, que en México ya no le quedaba nada, salvo dolor y peligro. Al leer la carta ni se lo pensó dos veces, fue a la estación a comprar un ticket para el avion que lo llevase a New York, para el día siguiente, deseando de ver a su hermana y a él libres, sin barrotes de por medio, ni más dolor, esperando todo lo su corazón anhelaba en esa tierra, que significaba para el otra vida, otra oportunidad, pero esta vez como Kiiwi.