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Wang Chenchén:
Edad: 33 años. Altura: 1,79. Nacionalidad: Nacido en Korea del norte, actualmente reside en LS. Personalidad: Persona tranquila, difícilmente alterable. No suele usar armas de fuego, pero sabría usarla.
¿Qué podríamos contar de Wang? Nacido en Korea del norte en una familia de buen estatus social, seguía los pasos de su padre para convertirse en miembro del partido comunista de Korea del norte. Su vida era perfecta, podía disfrutar de un reluciente piso en Pionyang capital de Korea en la que vivía una vida agradable con su padre y madre siendo hijo unico.
El estatus de su padre le brindaba beneficios a los que no cualquier ciudadano coreano podía acceder, como tener un coche propio. Mientras el resto de los ciudadanos se trasladaban a sus trabajos en bicicleta, el que mejor podía y el resto a pie, Wang disfrutaba de su clásico Mercedes de 150 caballos, tracción trasera.
Se deleitaba con películas de contrabando, las cuales si lo hubieran pillado viendo habrían tenido unas consecuencias nefastas para él y su familia, cómo ¨ a todo gas¨o ¨Transporter¨. Wang se conformaba con esas pequeñas cosas de la vida, alguna película de contrabando, poder ser una de las pocas personas del país que tenía coche, le hacía sentir muy afortunado.
Y entonces llegó el amor a la tierna edad de 24 años. Wang conoció a lo que él denominó como su ¨amor verdadero¨ en uno de los mitines del partido. Hija de unos de los más importantes políticos cuya cercanía al líder era absoluta, la cual también se enamoró de él perdidamente, lo que no pasó inadvertido para sus padres, que prohibieron la relación desde el primer momento.
Aunque Wang era de buena familia, tuvo la mala suerte de enamorarse de un inalcanzable. La familia de la chica era de un estatus social muy superior al de Wang y el padre de ella ya tenía planes para casarla con alguien más adecuado y con mayor estatus.
Ninguno de los dos estaba conforme con esto y decidieron escapar. Wang cogió lo poco que tenía, algo de ropa y todo su dinero y se dispuso a salir del país con su amada, dejando a su familia y todo lo que conocía atrás. Después de días a la fuga por el país por caminos rurales y persecuciones, consiguieron atravesar el país y escapar por la frontera de Corea del Sur, país que dio asilo a Wang y su enamorada. Habían echado un pulso al destino y habían ganado la mano, que no la partida.
El padre de la chica era demasiado importante, tanto que abogó por la ayuda del amado líder, el cual mandó a todo un equipo de sus mejores rastreadores tras Wang y Dallia. Wang tenía a mano la vieja pistola de su padre, la cual sabía usar perfectamente. En corea, todo hombre pasa por el servicio militar y Wang ya había realizado prácticas de tiro en el ejército.
Esa noche nada importaba, lo habían dejado atrás, pero estaban juntos y eso era lo único importante. Una luz cegadora invadió la habitación acompañada de una gran explosión y eso es lo único que recuerda Wang. Cuando despertó, empapado por su propia sangre y gran dolor en la cara, lo primero que hizo fue buscar alrededor a Dallia, pero no estaba allí. Sentía como si un caballo le hubiera pateado la cara, se incorporó como pudo para mirar en el baño de aquella habitación de motel de mala muerte, pero no había nadie. Apoyado en el lavamanos del cuarto de baño, subió su mirada para verse reflejado en el espejo sobre esta y descubrir por qué aún estaba vivo.
Su ojo izquierdo había desaparecido, todo lo que quedaba era un agujero supurante en su rostro, por suerte, la bala salió por la nuca sin tocar la columna o el cerebro. Al salir a rastras de la habitación, pudo ver en el suelo junto a la cama la granada aturdidora. Habían entrado y disparado a Wang en la cabeza, dado por muerto y raptado a Dallia. Y así, en menos de un segundo, la vida de Wang dio un giro de 180 grados.
No sabía si Dallia estaba viva o muerta, daba por hecho que la habrían regresado con su padre y, tras pagar a un veterinario para curar sus heridas y pasar unos meses recuperándose en un motel de mala muerte, era hora de trazar un plan.
No podía volver, ese disparo fue uno entre un millón, una segunda oportunidad que le regalaba el destino, una ficha de vida extra entregada por el dios que quiera que exista o como quieras llamarlo. Tenía que aprovechar la situación, ellos creían que había muerto y no podía desperdiciar eso. Tenía que salir de ese país, irse lo más lejos que pudiera y quizá algún día... regresar a por Dallia.
Salir del país fue sencillo, pero muy doloroso. Ya nadie le buscaba, pero él recordaba lo que dejaba atrás. Consiguió comprar un viejo coche que cambió por la pistola de su padre, la cual ya no necesitaba, y con el que recorrió Europa entera hasta llegar a Francia, donde vendió su viejo coche para comprar un billete en barco hasta Estados Unidos.
Las pesadillas eran constantes. Había conseguido cruzar el gran océano y sobrevivir a los asesinos del amado líder, y aunque tenía la seguridad de que pensarían que estaba muerto, no podía evitar esas pesadillas. Estaban juntos en esa habitación cuando de repente una luz cegadora lo invade todo y se despierta, entre sudores fríos, empapado por completo.
Tiene que buscar una salida, algo que le permita progresar y ganar algo de dinero. La vida en Estados Unidos no es fácil y no tiene nada que ver con Corea. La primera noche robaron a Wang mientras dormía en un parque cercano al puerto donde llegó y se despertó sin cartera ni zapatos. Estaba tan exhausto por el viaje que ni siquiera se dio cuenta cuando le robaron, algo impensable en Corea. Era hora de adaptarse.
Sabía inglés gracias a la escuela para hijos de personas importantes de su país, a la que tuvo la fortuna de ir gracias a la posición de su padre en el partido y eso le valió un puesto como repartidor con una vieja burrito destartalada para una empresa de poca monta, pero consiguió que el dueño le dejara la furgoneta para dormir en ella mientras hacia algo de dinero. Y así pasaron los primeros meses en la ciudad de LS, trabajando de día y durmiendo de noche en el mismo furgón con el que por el día hacía sus repartos.
Dicen que quien juega con fuego se acaba quemando, bien, pues quien juega con coches termina chocando. Y de esta maravillosa manera conoció a Xianhu el que pasaría a ser socio de la futura empresa Global S.L. ( Puedes leer más en la historia de Global S.L. ). https://gtahub.gg/topic/47224/global-s-l-mecanica-transporte-y-alquiler-de-vehiculos
Pasan los meses y Wang es un gran trabajador, hace ganar dinero a su jefe y eso se traduce en ascensos. No le pagan mal, pero él quiere ser su propio jefe y dar rienda suelta a sus sueños de corredor callejero. No puede evitar recordar su viejo coche de tracción trasera con el que tanto se divertía y las películas de carreras de contrabando en su país de origen y ya tiene algo de dinero ahorrado para el que será su primer coche.
Sí, sabe que no es gran cosa, pero todos empezamos por algo y este coche fue idóneo para empezar a introducirse en el mundo del Tuning y las carreras callejeras. El gran Tulip con su tracción trasera y 4 puertas, ideal para ir con amigos donde necesites y con suficiente potencia de motor y escapes ruidosos para llamar la atención.
Es hora de crear algo, algo nuestro, algo diferente, algo único. Y con estos pensamientos surgió Global S.L., transporte, mecánica y limpieza, todo en uno. Con la ayuda de Xianhu y José, quien después de remontar su empresa de limpieza y comprársela a su antiguo jefe, se unió a Global para formar parte de la dirección de la empresa junto con Wang y Xianhu.
Parecía que la vida comenzaba a mostrar un futuro prometedor. No tenían un taller propio, pero trabajaban en el comunitario mientras solicitaban en el ayuntamiento su nuevo taller, algo que sabían que sería casi imposible, pero entre los 3 pondrían la toda la carne en el asador para que ese sueño conjunto sucediera. Asistían a quedadas y concursos de Tuning, incluso Xianhu ganó algún premio con su ¨ Proyecto kiwi.
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El nombre de Global S.L. empezaba a estar en boca de la gente. Los trabajos de Wang, Xianhu y Jose de carácter ¨Exclusivo¨ tenían mucho éxito.
Les gustaba trabajar de manera única y solo tuneaban un coche al día como mucho. El proceso de tuneo llevaba su tiempo y a ninguno de los 3 les gustaban las prisas, así que el que dejaba su coche en manos de Wang, Xianhu o Jose sabía que podía despedirse de él durante todo el día o más. La lista de espera para nuevos proyectos crecia.
En ese tiempo el coche entraría en ¨La crisálida¨̈̈, un garaje en el que desatarían toda su creatividad para sacar el máximo rendimiento, tanto estético como mecánico al coche del cliente mientras esperan pacientes la construcción del suyo propio.
J*der, como lo peta Wang, le da por presentarse al concurso de Tuning del FlyWells y revienta con este Elli, un brutal Ford Mustang GT500 del 69 en gris Skyline y dos franjas negras que dicen ¨he bro, mirame¨ y dejan a este coche en posición de ataque.
¿Te he contado que también ha tuneado este Windsor? El cliente buscaba un estilo señorial con un toque gótico y optó por este color en crema y dorado y unas llantas Classic del Beny`s con radios gruesos imitando a cruces y una línea elegante blanca en el neumático.