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Sigmund Liszt nació el 15 de marzo de 1992 en Graz, Austria. Hijo de Jacob y Alice Liszt, es el segundo de tres hermanos. Un hermano mayor y una hermana menor. Durante su infancia en Graz, Sigmund fue un chico tranquilo y reservado, al igual que su hermano mayor Stephen. No tenía muchos amigos debido a su naturaleza introvertida y su dificultad para socializar. Sus calificaciones en la escuela eran promedio, ni sobresalientes ni deficientes. Destacaba en ciencias exactas como matemáticas, física y química. También era atlético y se desempeñaba bien en educación física. Sus materias más débiles eran historia, geografía y lenguas extranjeras. En el gymnasium (escuela secundaria austriaca), Sigmund se unió al equipo de fútbol de la escuela, jugando como defensa central. En su primer año, el equipo llegó a las semifinales del torneo regional, pero perdió 2-1. Aunque la derrota lo desanimó, Sigmund continuó practicando el deporte con pasión. Graduarse del gymnasium fue un proceso desafiante debido a sus notas, pero finalmente lo logró. Cuando Sigmund tenía 12 años, su familia decidió mudarse a Los Santos, Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades laborales. Su padre, Jacob, consiguió trabajo como policía gracias a su experiencia previa. Sigmund admiraba profundamente a su padre, quien ascendió rápidamente hasta convertirse en inspector del cuerpo de policía de Los Santos. Las anécdotas que Jacob compartía durante las cenas familiares fascinaban a Sigmund, quien escuchaba atentamente cada historia, por increíble que pareciera. La trágica muerte de Jacob el 9 de diciembre de 2010 afectó profundamente a toda la familia, incluido Sigmund, quien tenía entonces 18 años. Al igual que su hermano Stephen, Sigmund cayó en una profunda depresión que duró casi un año. Con apoyo psicológico y de sus seres queridos, logró salir adelante. Después de un período de incertidumbre, Sigmund decidió seguir los pasos de su hermano mayor y se inscribió en la carrera de medicina en una universidad estadounidense. Completó sus estudios y obtuvo su título de médico. Consiguió trabajo en un hospital de Los Santos, pero sentía que algo faltaba en su vida. La pérdida de su padre seguía pesando en él, y sentía que no estaba honrando su memoria como debería. Inspirado por las acciones de su hermano Stephen, Sigmund decidió dar un giro a su vida. Utilizando sus ahorros, se matriculó en una carrera de criminología. Su nuevo objetivo era unirse al FIB, al igual que su hermano. Sigmund no quería limitarse a resolver crímenes menores; aspiraba a combatir el crimen organizado y los delitos de gran escala que afectaban a la ciudad a nivel federal. Tras siete años de estudio intenso, Sigmund se graduó en criminología y completó una maestría en psicología forense. Ahora estaba listo para perseguir su verdadero sueño y postular al FIB. Aunque no tenía garantías de éxito, rebosaba de determinación para lograrlo. Solo el tiempo dirá si tomó la decisión correcta o equivocada.