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Tyson Blackwell nació en una pequeña ciudad de Texas en 1990, en el seno de una familia supremacista blanca. Desde muy joven, Tyson estuvo expuesto a ideologías de odio y segregación, que eran el pan de cada día en su hogar. Sin embargo, a pesar de la insistencia de sus padres en inculcar estos valores, Tyson nunca se sintió completamente identificado con ellos. Algo en su interior rechazaba la noción de que una persona pudiera ser juzgada únicamente por el color de su piel.
A lo largo de su infancia, Tyson experimentó una constante lucha interna. Su entorno familiar y social le recordaba constantemente su "deber" de mantener las "tradiciones" familiares, pero Tyson también tenía un fuerte sentido de justicia y una curiosidad natural que le hacían cuestionar las creencias de sus padres. En la escuela, hizo amigos de diferentes orígenes, y estas relaciones lo ayudaron a ver más allá de la estrecha visión del mundo que le habían enseñado en casa.
Al cumplir 20 años, Tyson tomó la decisión que cambiaría el rumbo de su vida. Cansado de la presión y del ambiente tóxico en su hogar, decidió unirse a la Guardia Militar del Estado de Texas. Esta elección fue un doble escape: una oportunidad para alejarse de la influencia de su familia y una forma de encontrar un propósito propio. Durante su entrenamiento y servicio inicial, Tyson se destacó como un soldado disciplinado y dedicado, ganándose el respeto de sus compañeros y superiores.
El ejército le ofreció algo que nunca había tenido: un sentido de pertenencia que no estaba basado en el odio o el prejuicio. Aquí, la lealtad y el respeto se ganaban por las acciones y el carácter, no por la ascendencia o el color de piel. Tyson empezó a descubrir que había otra forma de vida, una en la que el respeto y la camaradería podían existir independientemente de las diferencias raciales.
Después de años de servicio en Texas, Tyson fue transferido a una nueva base: Los Santos Armed Forces (LSAF), en la ciudad de Los Santos. La mudanza representó un nuevo comienzo en muchos sentidos. Los Santos, con su vibrante diversidad cultural, era un mundo completamente diferente al que conocía. Y ahora Tyson se encuentra preparándose mental y físicamente para opositar a su nuevo hogar, las fuerzas armadas de Los Santos.